Risas y revelaciones

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La puerta de la oficina se abrió de golpe, y Derek Morgan entró con una sonrisa que iluminaba todo su rostro. Se quitó las gafas de sol con un gesto confiado mientras saludaba a sus compañeros con un enérgico movimiento de la mano. Como siempre, estaba lleno de energía, pero había algo más en él aquella mañana. Algo diferente, casi como si estuviera aún más animado de lo habitual.

JJ y Prentiss lo notaron al instante, intercambiando miradas curiosas desde sus escritorios. Reid, sentado en la mesa con un montón de informes, también levantó la vista, confundido por la evidente euforia de Morgan.

—Buenos días, equipo —dijo Morgan, su voz resonando alegremente por la sala mientras se dejaba caer en una silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza, relajado.

—¿Qué te tiene tan contento a estas horas? —preguntó Prentiss, arqueando una ceja, divertida por su entusiasmo.

Morgan se encogió de hombros, haciéndose el desentendido mientras mantenía la sonrisa en su rostro.

—Digamos que tuve un encuentro bastante... interesante esta mañana —respondió, dejando la frase en el aire para generar expectación.

Reid, que ya estaba acostumbrado a los comentarios ambiguos de Morgan, decidió no morder el anzuelo, volviendo a concentrarse en sus informes. Pero Prentiss y JJ lo miraron con curiosidad.

—¿Qué tipo de encuentro? —preguntó JJ, levantando una ceja, divertida—. ¿Ya estuviste coqueteando con alguien de buena mañana?

Morgan soltó una carcajada y sacudió la cabeza.

—Oh, nada de eso. —Hizo una pausa dramática, disfrutando de la atención que ahora tenía—. ¿Pero... adivinad a quién me encontré paseando a un gato por el parque?

Hubo un breve silencio, y las cejas de JJ y Prentiss se arquearon de inmediato, mientras que Reid, que estaba intentando concentrarse en el trabajo, frunció el ceño, visiblemente confundido.

—¿Un gato? —repitió Prentiss, incrédula—. ¿Alguien paseando a un gato?

Morgan asintió lentamente, disfrutando de la incredulidad en los rostros de sus compañeros.

—Así es. La mismísima agente Mia Reid —anunció, dándole un toque casi teatral a sus palabras.

Prentiss y JJ soltaron una carcajada instantánea, mientras Reid, con los ojos muy abiertos, dejó caer el bolígrafo de sorpresa.

—Ah, sí. Goliat. ¿Qué pasa? Le gusta el aire fresco.

Todos estallaron en risas. Morgan asintió, encantado de tener toda la atención de la sala.

—No me lo podía creer —continuó—. Estaba haciendo mi rutina matutina cuando la veo paseando a un gato... con correa y todo. Y para que conste, sí, se llamaba Goliat. ¿Quién llama así a un gato? —añadió, como si ese detalle hiciera la historia aún más surrealista.

JJ soltó una risa tan fuerte que tuvo que taparse la boca con la mano.

—¡No puedo imaginarme a Mia con un gato! —exclamó JJ, aún riendo—. La verdad es que parece más del tipo que tendría... no sé, un Doberman o algo así.

—Yo también pensé lo mismo —dijo Morgan, con una risa entre dientes—. Pero ahí estaba, paseando a Goliat como si fuera lo más normal del mundo.

Prentiss, con una sonrisa traviesa en el rostro, se inclinó hacia Morgan.

—¿Y cómo fue el encuentro, Morgan? Porque dudo que Mia te haya recibido con los brazos abiertos.

Morgan dejó escapar un suspiro exagerado, apoyándose en el respaldo de su silla.

—Oh, te aseguro que no lo hizo. —Sacudió la cabeza con una sonrisa divertida—. Me miró como si fuera la cosa más irritante del planeta. Creo que si Goliat hubiera tenido algo afilado, lo habría usado en mi contra.

El equipo estalló en carcajadas, especialmente JJ y Prentiss, que disfrutaban de la imagen mental de Mia enfrentándose a Morgan.

—Espera, espera —dijo Prentiss, aún riendo—. Déjame adivinar... ¿Le dijiste alguno de tus comentarios?

Morgan se encogió de hombros, con una sonrisa despreocupada.

—Bueno, claro que sí. No podía dejar pasar la oportunidad de bromear un poco. Le dije algo sobre estar paseando al "perro" y... digamos que no le gustó mucho la broma.

JJ se llevó una mano a la frente, incapaz de contener la risa.

—¡Morgan! Sabes que a Mia no le gustan esas cosas. Es como la versión más intensa de Reid.

Reid, que hasta ese momento había estado intentando mantenerse neutral, finalmente dejó escapar una risa.

—Lo peor es que tienes razón, JJ. —Miró a Morgan con una expresión de resignación divertida—. No sé si es buena idea que sigas provocándola, Derek. Mia no es del tipo que se toma las cosas a la ligera.

Morgan sonrió con confianza, sin mostrar signos de arrepentimiento.

—Eso es lo que lo hace divertido, genio —replicó Morgan, dándole una palmada a Reid en el hombro—. Además, creo que bajo esa coraza de hielo... Mia y yo podríamos llevarnos bien.

JJ y Prentiss intercambiaron miradas escépticas, pero sonriendo, mientras Reid lo miraba con una mezcla de diversión y advertencia.

—Solo te digo que tengas cuidado, Morgan —dijo Reid—. Mia no se anda con rodeos, y si sigues provocándola... 

Morgan rió entre dientes, mirando a Reid con una mirada llena de desafío.

—A mí me gusta un buen reto, Reid. Veremos quién gana.

Prentiss sacudió la cabeza, divertida, mientras volvía a centrarse en sus informes.

—Esto va a ser interesante de ver.

Morgan sonrió ampliamente, mientras se levantaba de la silla para ir por un café.

—Definitivamente lo será.

Justo en ese momento, la puerta de la oficina se abrió, y todos miraron hacia ella para ver entrar a Mia, acompañada por varios de sus compañeros de la policía local. Llevaba su habitual expresión seria y su ropa perfectamente impecable, sin rastro de la relajación que Morgan había presenciado aquella mañana.

El ambiente en la sala cambió ligeramente, volviéndose más formal, pero Morgan no pudo evitar observarla con una sonrisa de satisfacción, recordando la escena del parque

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El ambiente en la sala cambió ligeramente, volviéndose más formal, pero Morgan no pudo evitar observarla con una sonrisa de satisfacción, recordando la escena del parque. La Mia Reid que estaba frente a él ahora era la misma de siempre, fría y distante. Pero él sabía que bajo esa fachada había algo más, algo que había vislumbrado esa mañana y que, sin duda, intentaría descubrir.

Sin decir una palabra, Mia pasó junto al equipo, dirigiéndose a la sala de reuniones con sus informes en mano. No hizo contacto visual con Morgan, pero él pudo notar la leve tensión en su postura, como si supiera que él seguía recordando lo ocurrido horas antes.

—Esto apenas empieza —murmuró Morgan para sí mismo, con una sonrisa astuta mientras volvía a su escritorio.

Mentes Criminales: La hermana de Reid (Derek Morgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora