Fricciones iniciales

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La estación de policía de la pequeña ciudad costera era una estructura modesta, con paredes decoradas con fotos de eventos comunitarios y un aroma a café recién hecho. El equipo de la BAU entró, seguido por Mia Reid, que lideraba el camino con paso firme.

Una vez en la sala de conferencias, Morgan, JJ, Prentiss, Rossi y Reid se acomodaron alrededor de una mesa, mientras Mia se dirigía hacia el frente con una actitud que demostraba su dominio del lugar. La sala estaba equipada con una pizarra blanca y un proyector que proyectaba imágenes de los casos en curso.

Morgan tomó asiento y se permitió un comentario casual.

—Entonces, ¿qué tenemos aquí? —preguntó, mirando alrededor con una sonrisa que intentaba ser amigable.

Mia, sin prestarle mucha atención, comenzó a repasar los detalles del caso.

—Tenemos un patrón de ataques que ha afectado a varios residentes. Las víctimas parecen no tener un vínculo obvio entre sí, pero los ataques son cada vez más violentos. He estado trabajando en esto con un par de oficiales locales, pero no hemos conseguido mucho progreso.

Reid, con la esperanza de suavizar el ambiente, se dirigió a su hermana.

—Mia, ¿puedes mostrarles los detalles que tenemos hasta ahora?

Mia asintió y se dirigió hacia la pizarra blanca, marcando con un rotulador los puntos clave del caso. Mientras lo hacía, su postura era rígida y profesional, pero no había suavidad en su interacción con el equipo de la BAU. Cada gesto y cada palabra parecían cuidadosamente medidos para mantener una distancia profesional.

Prentiss observó la presentación y luego se inclinó hacia adelante, tratando de contribuir.

—¿Hemos considerado la posibilidad de que los ataques puedan estar relacionados con alguna disputa local o conflicto de interés? A veces, los patrones de comportamiento en comunidades pequeñas pueden estar vinculados a problemas específicos de la región.

Mia se giró, con una expresión que denotaba su sorpresa por la pregunta.

—Sí, lo hemos considerado. De hecho, hemos revisado algunos conflictos locales, pero no hemos encontrado nada que conecte claramente a las víctimas. Sin embargo, cualquier sugerencia es bienvenida.

Morgan, notando la tensión creciente, intentó suavizar el ambiente con un comentario más ligero.

—¿Eso es todo? Bueno, parece que tenemos mucho trabajo por delante...

Mia, con los brazos cruzados y una postura desafiante, no parecía dispuesta a ceder terreno. Morgan, que normalmente dominaba las interacciones con su carisma, notó de inmediato la barrera que ella había erigido entre ellos.

—Por eso estás aquí, ¿no? —espetó Mia, su tono lleno de sarcasmo—. Para iluminar lo que hemos estado pasando por alto. Genial. Empieza a hacerlo.

El aire en la sala se volvió denso de inmediato. Morgan, sorprendido por la hostilidad, se cruzó de brazos y la miró de arriba abajo con una sonrisa forzada. No estaba acostumbrado a ese tipo de confrontación, y mucho menos a que alguien lo recibiera de esa forma tan directa.

—No vine aquí para quitarte tu lugar, Reid. Estamos en el mismo equipo —respondió, intentando mantener la calma aunque su ego ya sentía las primeras grietas.

—No estoy tan segura de eso —respondió Mia, levantando una ceja y manteniendo su mirada fija en la de Morgan—. Pareces más interesado en imponer tu presencia que en ayudar. Si tienes algo útil que decir, dilo. Sino, te sugiero que no pierdas mi tiempo.

La tensión en la sala era palpable. El resto del equipo de la BAU intercambió miradas incómodas. Hotch, con su usual calma, decidió intervenir antes de que las cosas se descontrolaran más.

Mentes Criminales: La hermana de Reid (Derek Morgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora