Dos corazones eternos
Después de la feroz batalla contra la Reina demonio Morghanna, la realeza y el pueblo de RedSun se sumergieron en la ardua tarea de reconstrucción. Los ecos de la lucha aún resonaban en las calles, mientras los ciudadanos, con manos temblorosas pero corazones firmes, levantaban los escombros y reconstruían sus hogares. El aire estaba cargado de polvo y esperanza, una mezcla que se sentía en cada respiración.
Nosotros, por otro lado, nos dirigíamos hacia las tierras de Eldoria. El camino era largo y sinuoso, bordeado de árboles cuyas hojas susurraban secretos antiguos al viento. Durante el trayecto, me enteré de la situación crítica en Eldoria y ya tenía un plan para purificar esas tierras. Sin embargo, antes de poder llevarlo a cabo, era necesario enfrentar a la nobleza corrupta que seguía acechando y oprimiendo al pueblo. Aunque ahora estaban protegidos por el rey de Flor Azul, nada los detenía en su camino de corrupción y poder.
—¿Qué piensas hacer con los demás duques? —Preguntó Lysandra, su voz cargada de preocupación mientras sus ojos buscaban los míos en busca de respuestas—. El primer y segundo príncipe están con las manos atadas, según ellos el rey no piensa hacer nada.
Sentí un nudo en el estómago al escuchar sus palabras. Mi padre, el rey, una vez valiente y decidido, ahora era una sombra de lo que fue. Su miedo lo paralizaba, a pesar de tener a los generales más fuertes a su disposición.
—Mi padre es un cobarde —respondí con amargura, apretando los puños—. No hará nada porque tiene miedo. Su miedo opaca lo que una vez fue.
Lysandra asintió, su rostro reflejando una mezcla de tristeza y determinación. El general Teo, que había estado escuchando en silencio, intervino con una voz grave y llena de preocupación.
—Príncipe William, ¿no será alguna maldición o control mental por parte de los duques? —preguntó, sus ojos llenos de sospecha mientras observaba el horizonte.
La idea me golpeó como un rayo, un destello de claridad en medio de la tormenta de mis pensamientos. ¿Podría ser posible? ¿Podrían los duques estar manipulando a mi padre de alguna manera? Mis pensamientos se arremolinaron, llenos de dudas y posibilidades, como un torbellino imparable. Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de miedo y determinación. Tenía que descubrir la verdad y liberar a mi padre de cualquier influencia maligna. La misión en Eldoria se volvía cada vez más compleja, pero no podía permitir que el miedo y la corrupción siguieran gobernando nuestras tierras.
Con una nueva determinación, miré a Lysandra y al general Teo. La luz del atardecer se filtraba por las ventanas, bañando la sala en un resplandor dorado. Podía ver la preocupación en los ojos de Lysandra, y la firmeza en el rostro del general Teo.
—Una vez lleguemos a la ciudad del Imperio de Flor Azul, reunirán a nuestros soldados y partiremos hacia la antigua capital —dije, mi voz firme pero cargada de emoción—. Tengo algo que buscar en la habitación de mi padre, pero quiero que contraten a unos informantes del grupo mercenario llamado Shadow Runes. Quiero que espíen y recolecten información de cada duque que pertenece al consejo.
Lysandra asintió, sus ojos brillando con una mezcla de preocupación y resolución. —príncipe William, ¿estás seguro de esto? —Preguntó, su voz suave pero llena de inquietud—. Esto podría ser peligroso.
Sentí un calor reconfortante en su preocupación, pero sabía que no podía dejarme llevar por el miedo. —No tenemos otra opción, Lysandra —respondí, tratando de infundir confianza en mis palabras—. Si los duques están manipulando a mi padre, necesitamos pruebas. Y si hay corrupción en el consejo, debemos seguir erradicarla.
El general Teo, siempre el pragmático, intervino con su voz grave y autoritaria. —Nos aseguraremos de que los Shadow Runes hagan su trabajo discretamente. No podemos permitirnos errores en esta misión.
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El resurgir del ultimo Drakoitar
Fantasía★Se aceptan ideas y/o sugerencias para mejorar la historia. ★ Totalmente prohibido copias o adaptación de cualquier tipo de esta historia En un mundo donde la magia es tan real como el viento entre los árboles, Aiden, considerado la última esperanza...