Imperfecta | Los juegos del Hambre

4_ Arena I

4_ Arena I

-No estarás emborrachandote ¿verdad? –La voz del anciano llega hasta mis oídos, una sonrisa divertida escapa de mis labios- el alcohol es una mierda, no vayas por ese camino.

-Solo es gaseosa, no te preocupes- susurro elevando la copa de mis manos, el rubio asiente antes de sentarse a mi lateral, una queja escapándose por sus labios mientras apoya la espalda contra el enterregado de la azotea, el fresco sacudiendo nuestros cabellos.

-Mañana es el gran día –asiento, dando un sorbo al interior de la copa- ¿Ya hiciste llorar a Tigris negándote a todo lo que te pida para lucir bonita en cámaras?

-Aun no, pero es temprano –farfulló con un encogimiento de hombros, el silencio vuelve a instalarse entre ambos- ¿La vida siempre es dura o solo se siente así ahora?

-La vida siempre es una mierda –vuelvo a asentir en completo silencio, como si de alguna forma eso fuera un consuelo- aunque depende de a quién le preguntes, la histérica de Effie te dirá que eso no es así

-...Deberías haberme presentado a Effie, me iré teniendo curiosidad de como se ve

-Ya te dije, imagínate una araña colorida y es ella –la risa escapa de mis labios ante su comentario sin emoción- ¿Estás segura de lo que harás?

-Haymitch...

-Sé que dije que respetara tu decisión y no saque el tema durante una semana pero no quiero que mueras, Sapphire –me interrumpe, las palabras mueren en mi garganta antes de salir debido a su declaración- es egoísta, lo sé.

-Tampoco me gusta la idea de morir, en el fondo espero que la vida me de otra opción –confieso, su mirada se clava sobre la mía- pero no lo hace, no aparece una maldita tercera opción, es morir en la arena o morir en vida regresando al distrito uno y... prefiero hacerlo rápido

-...Espero que sea rápido, lo mereces. Rápido e indoloro –suelto una risa triste, mis ojos cosquillean y arden al mismo tiempo cuando mi mirada se clava sobre el líquido gaseoso de la copa, todo mi cuerpo dolía en un susurro claro: en el fondo no deseaba morir, solo no veía otra opción. –Tranquila, estarás bien, y prometo que te recordaré. Escribiré tu nombre por algún lado para acordarme aunque el alcohol me mate las neuronas –sus brazos me rodean sorpresivamente, su mano acaricia mi espalda cubierta por espasmos

¿Espasmos? ¿En qué momento comenzó a llorar? No sabía y realmente no me importaba, me encontré correspondiendo el abrazo de Haymitch, mi rostro ahogándose en su pecho con olor a perfume y alcohol mientras los sollozos escapaban de mis labios, sus dedos pasaron por mis rizos desarmándolos para volverlos a armar en un gesto amable, su voz susurrando palabras que esperaban que se grabarán en el interior de mi cabeza, simplemente consolándose mientras todo el mundo se derrumbaba a mi alrededor.

Mientras yo me derrumbaba, hasta que fui absorbida por Morfeo.

-Pero Tigris, no llores –la mujer aspira sonoramente, su mano pasando por su mejilla para eliminar el rastro de lágrimas que le cubrían

-¡Es que estás tan linda! –Solloza, sorbiendo por su nariz- No puedo creer que el uniforme para los juegos te quede tan bonito, te ves adorable y...

-Tigris, solo es un uniforme negro

-¡Lo sé! –la mujer vuelve a llorar e inhalo lentamente, recordando que no puedo burlarme de sus dramas porque esta mujer de verdad está sintiendo lo que dice y yo debía ser, aunque sea un poco, empática.

-Yo creo que tú ya estás así que... solo sube aquí y espera –propone finalmente, señalando el tubo transparente que me haría subir cuando los juegos iniciarán –Te deseo la mejor de las suertes y quiero que sepas que estaré diseñando tu vestido para cuando tengas la entrevista de los vencedores.