Imperfecta | Los juegos del Hambre

11_ Cosecha

11_ Cosecha

-Recuerda princesa, si te asustas, nos vamos –su palabra suena en mi oído con amabilidad y descubro que, en medio de mis pensamientos desviados ya habíamos llegado a la plaza del distrito, la gente estaba comenzando a llegar y, repentinamente, considere que esto no era una buena idea.

Hacía entrevistas, sí, pero las hacía ignorando por completo al público y asumiendo que solo había un anfitrión, solo una cada cierta cantidad de tiempo, cuando no podía seguir negándome sin quedar mal con el capitolio, cuando Effie me decía que ya no podía seguir retrasando sin ser juzgada, en el último año había hecho tres. Solo tres en doce meses.

Y ahora estaría parada en una plaza con más de cien personas, varios guardias de la paz, el representante del capitolio, los antiguos vencedores y...

"Es un poco graciosa esta sensación por dentro, no soy uno de esos que pueden ocultarse fácilmente..." pestañeo repentinamente desconcentrada, el sonido del piano acompañada de la voz golpeando contra mi oído "No tengo mucho dinero pero, si lo tuviera, compraría una casa grande donde ambos podríamos vivir" elevo la mano hacia el oído, presionando para notar la pequeña joya que funcionaba como mi auricular inalámbrico ¿en qué momento había llegado allí? "Si fuera escultor pero otra vez, no, o un hombre que hace pociones en un show ambulante, sé que no es mucho pero es lo mejor que puedo hacer, mi regalo es mi canción y esta es para ti..."

-¿Mejor? –la voz de Finnick aparece en mi otro lateral, le observó con sorpresa, la duda seguro está dibujada en mis facciones porque responde por mí- Lo traje del distrito doce, lo acomode mientras te peinaba, pensé que te darías cuenta pero ni siquiera reaccionaste hasta que puse la música. Elegí mis gustos, perdón.

Había traído los auriculares del distrito doce, a pesar de que yo misma no había reaccionado él no se había olvidado de eso, lo había puesto mientras me peinaba a sabiendas de que seguramente tendría una crisis que aún no había registrado, descubrió que estaba entrando en ella incluso cuando yo lo estaba comenzando a detectar recién y lo había arreglado.

Mierda. Mi corazón dolía. "...y le puedes decir a todo el mundo que esta es tu canción..."

-Dime que no estás por llorar debido a una crisis –su voz vuelve a aparecer y niego con la cabeza, olvidándome de las personas del distrito cuatro, de los guardias de la paz, de los periodistas y del capitolio cuando sus brazos me rodean suavemente, pegándome a su lado- ¿Entonces?

-Solo se siente raro tener personas tan buenas en mi vida –no era mentira del todo, el rubio suelta una carcajada ante mi declaración y le codeo vagamente, sin alejarme- deja de reírte, tonto.

-Princesa, deberemos hacer algo con tu terminó de buenas personas –me regaña con suavidad, frunzo el ceño ante ello- que te haya puesto música cuando vas a tener una crisis no me hace una buena persona, es lo que una persona debería hacer, punto. Ten un poco más altas las expectativas o cuando busques pareja terminarás yendo con un idiota- me regaña, trago en seco.

¿Expectativas más altas? ¿Cómo mierda le explicaba que mis expectativas se basaban en él?

-Tranquilo, para la vista de todo el capitolio ya estoy saliendo con un idiota –le confieso con burla, la sonrisa torcida de sus labios aparecen una vez más y me giro aun en su abrazo para enfrentar a la gente, descubriendo que varios periodistas habían tomado fotos de nuestra interacción. Bueno, era lo mejor, seguramente.

Me olvido por completo de la gente, clavó la mirada sobre el centro, como si estuviese prestando atención, pero mi vista no registra realmente que ocurre y en esta situación era lo mejor, me concentré en escuchar la canción contra mi oído y en la sensación de los brazos de Finnick cubriéndome por detrás, como si estuviese preparado para sacarme de allí en cuanto viese que no soportaría más.