23_ Especial
Mi vista se pasea por la cartera, mi ceño fruncido mientras removía el bolso intentando buscar algo en su interior, el bufido de frustración sale de mis labios al mismo tiempo que una voz que reconocía bien llegaba a mis oídos, desconcentrado.
-¿También ves un ángel en la puerta o soy la única que lo ve? -me giro, Mags caminaba a un lado de Finnick ,su envejecido rostro me dedicó una sonrisa
-Es... ella definitivamente no es un ángel, Mags- le corrige el rubio, mi ceño se frunce ante su frase, maldito desgraciado sin corazón ¿qué insinuaba?
-¿No es Sapphire?
-Y por eso lo digo -el chico suelta una risa, sus brazos rodeándome cuando finalmente llega hasta donde estoy, Mags niega con la cabeza- ¿Qué haces fuera de casa, princesa?
-Yo iré a la mía ¡Nos vemos, Ángel!
-¡Nos vemos, Mags! -me despido de la mujer, mis ojos se mueven entonces, fijandome en el rubio que aún me sostiene entre sus brazos
-¿Y bien? ¿por qué no entraste? Para algo te di una copia de la llave, así no debias esperar afuera si venias sin avisar -repite la pregunta, ignorando por completo la interrupción de mags
-... puede que no encuentre la llave- sus ojos se abren vagamente luego una risa burlona se escapa de sus labios
-¿Perdiste las llaves que te di hace solo unos días?
-...Bueno, digamos más bien que se escondieron -propongo, su risa vuelve a resonar y se acerca lo suficiente como para presionar un beso en mi frente antes de separarse, usando su propia llave para abrir la casa- creo que están en el bolso que dejé en casa .-murmuró
-No te preocupes, la encontraremos y si cambiamos la cerradura y te paso otra llave -sujeta mi mano, haciéndome entrar en la casa, la sonrisa se desliza por mi rostro- puedes perder todas las llaves que quieras, princesa, tengo el dinero suficiente como para cambiar la cerradura por día unos... cuarenta años más.
-¡No la perdí! -le reclamo, el rubio se ríe entre dientes- La llave se escondió
-Seguramente, sí -ruedo los ojos mientras tomo asiento en el sofá del living, en realidad había ido con Finnick por un motivo no tan lindo como debería: el aviso de los 75° juegos del hambre sería presentado este día y hacía bastante tiempo que no dejaba que el rubio lo viese solo, principalmente porque si hacían alguna estupidez le terminaba perjudicando, aunque dijese que no o intentará negarlo, tampoco lo dejaba solo durante la cosecha- ¡Princesa!
-¿Hm? -indago, girandome hacia el otro lado
-¿Quieres limonada y fruta? -propone, muerdo mi labio un momento, intentando esconder la sonrisa
-¡Sí! -acepto- ¿Quieres que te ayude?
-No, está bien, ve prendiendo esa cosa.
Me estiro en el sofá para poder tomar el control del televisor y vuelvo a recostarme, esta vez estirando las piernas a lo largo del sillón, extiendo el aparatejo y presiono el botón de encendidos, debido a la hora solo un canal estaba habilitado: aquel que era del presidente Snow y su gente.
Cuánto lo odiaba, lo veía y solo podía ver a Finnick sufriendo.
-Princesa -me llama nuevamente el chico, dejó caer mi nuca hacia atrás para verle, estaba parado contra el umbral de la cocina- ¿Trajiste...?
-En la mochila -adivino, el rubio se acerca sin dudar para poder husmear el interior del bolso, retirando algunas de las tartas que hornee y guarde antes de venir, ni siquiera se preocupa en acomodarlas en una bandeja o traer cubiertos antes de morder la primera -nadie te robara la comida, Finn
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Imperfecta | Los juegos del Hambre
FanficEn el Distrito Uno, el lujo y la perfección lo son todo: las gemas más preciosas, los tributos más brillantes... excepto por Sapphire; ella, desde su nacimiento, ha sido la pieza defectuosa en un mundo de esplendor, exiliada y rechazada por no ser "...