20_ Sinsajo

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20_ Sinsajo

Finnick estaba molesto, era consciente de eso y no planeaba intentar modificar como se encontraba, sé que no está de acuerdo con lo que hago y que le preocupa lo que pueda ocurrir si el Capitolio lo descubre, es obvia su actitud cuando ni siquiera se aproxima al departamento del doceavo distrito, a pesar de que en años anteriores lo hacía de forma cotidiana.

Lo sé, pero tampoco podía simplemente quedarme sin hacer nada y era mejor ayudar a Peeta y Katniss estando encerrados en el distrito doce, sin cámaras ni intrusos, que en una sala de ejercitación cargada de otros tributos, abierta a los mentores y donde incluso algunos periodistas podían entrar libremente, en caso de ingresar al edificio. Haymitch se había resignado al hecho de que realmente no dejaría pasar esta situación así que, en su lugar, se encontró a sí mismo ayudándome a entrenarlos, dando consejos, buscando patrocinadores.

Era la primera vez en más de veinte años que realmente estaba intentándolo, casi se veía esperanzado.

Trabajar con Peeta era sencillo, pero es que él, de cierta forma, lo era. Era fácil hablar con él, enseñarle a pelear o aconsejar, el rubio escuchaba y recibe la información, no se ponía violento a pesar de que a veces no tuviésemos los mejores medios educativos y no respondía a las malas palabras con sarcasmo ni terquedad; Katniss, por otro lado, era un tema completamente diferente, desde el minuto cero nos odiaba a todos, principalmente a mi y, en su defensa, tenía un punto.

-Solo se puede ayudar a quien quiere ser ayudado –me advirtió Haymitch luego del segundo día donde intenté buscarla, insinuando que debería resignarme a perseguir a la mujer castaña, que salteaba completamente mis intentos por orientarla.

-Que complicado –suspiro, el hombre rubio suelta una sonrisa- ¿Qué?

-Me recuerda a alguien que también estaba negada a participar en los juegos aunque fuera tributo –frunzo el ceño, la mirada celeste se clava sobre mi- alguien que no iba a entrenar, no buscaba patrocinadores, no estaba interesada en entrevistas... ¿Recuerdas?

-Estás preciosa hoy ¿no, viejo? –respondo con sequedad, el anciano dobla la sonrisa claramente burlona- quédate con tus niños raros, combinan, debe ser cosa del distrito, igual que lo desagradable y gruñón –bromeo, frunciendo la nariz

-Ay, eres encantadora y sumamente agradable –contesta Haymitch con claro sarcasmo

-Gracias, nací así –me alejo de la sala del departamento, atravieso la sala de estar, Effie estaba intentando hablar con Katniss mientras esta le ignoraba olímpicamente, claramente irritada por toda la situación, la cabeza de la mujer de peluca rosada se gira cuando escucha la puerta, encontrándome

-¡Mi niña! ¿ya te vas? –asiento, la mujer suelta un suspiro- ¿A dónde?

-A buscar a Fin, creó, en su defecto a Jo –respondo con tranquilidad, Effie vuelve a asentir antes de regresar a la conversación previa, satisfecha al saber dónde estaría, yo subo al ascensor y la puerta se cierra frente a mi en lo que aprieto el botón hacia el piso inferior.

Seguramente ambos estaban por ahí, entrenando a sus tributos o viendo entrenar a los demás, ni siquiera me arriesgaría a ir al departamento del distrito cuatro sabiendo que seguramente el rubio no estaba allí.

Cuando las puertas del ascensor se abren doy el primer paso pero me quedo petrificada fuera del enorme instrumento, reconociendo al instante al hombre de tez dorada y cabellos de oro que, de espaldas a mi persona, hablaba con otro sujeto, alguien claramente reconocible: un hombre un poco más bajo, anciano, de barba blanca, cabello del mismo tono, con una rosa decorando su saco y una sonrisa escalofriante en labios. El presidente Snow.

Imperfecta | Los juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora