BREATHLESS

50 9 1
                                    

La mañana se vislumbra en el horizonte cuando aparca la furgoneta en la entrada de casa de su madre, pero no siente ni una pizca de cansancio, a pesar de no haber dormido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mañana se vislumbra en el horizonte cuando aparca la furgoneta en la entrada de casa de su madre, pero no siente ni una pizca de cansancio, a pesar de no haber dormido.

El trayecto desde la ciudad es un borrón, su atención se centra en lo que tiene delante.

Las ventanas de la casa de su madre están a oscuras.

Aún tiene la llave. Se queda callada mientras sube al porche y entra por la puerta principal, un poco sorprendida de que su siempre vengativa madre no haya cambiado las cerraduras.

La deja ligeramente entreabierta detrás de ella, tanto para evitar ruidos como para permitir una huida rápida, y pasa sigilosamente por delante de la habitación de Joy, sube la escalera y llega al rellano del segundo piso.

La puerta de la antigua habitación de Maggie está cerrada. La había mantenido así cuando aún vivía aquí, ella espera, mientras gira el pomo y la empuja para abrirla, que sus hermanos hayan hecho lo mismo.

Es un riesgo que va a tener que correr, la habitación está demasiado oscura para que pueda ver algo más que sombras apagadas, así que, sin más remedio, enciende la luz.

Se sobresalta, pero la forma que aparece en la cama de Maggie no es uno de sus hermanos, esperando en la oscuridad. Es una pila de ropa vieja de su hermana y un montón de mantas dobladas. Justo donde May las dejó.

No va a por la ropa. Se dirige a la pila de cajas que hay junto a la pared del fondo.

Ella misma llenó esas cajas, después de la muerte de Maggie. Parece que sus hermanos las han revisado, pero ha sido superficial, aunque están un poco más torcidas de lo que recuerda haberlas dejado, y su contenido se desparrama aquí y allá, no parece faltar nada.

Por supuesto que no, porque Maggie no tenía dinero, ni muchos bienes. Nada que pudiera interesar a sus hermanos, en cualquier caso.

Ella, en cambio, no está aquí por dinero.

Tarda un poco en cavar, el trabajo es más lento de lo que le gustaría, debido a la necesidad de silencio, pero finalmente encuentra la caja que busca.

Es pequeña y empieza a oler a moho por tantos años de abandono, también está llena de papeles.

Coge el certificado de nacimiento de su hermana. El pasaporte que nunca usó, su tarjeta de la seguridad social y, por último, el carné de conducir.

Este último, lo sostiene un rato, agachada en un rincón, y se queda mirándolo mientras la habitación se llena lentamente de luz solar.

La foto fue tomada antes de que Maggie enfermara, en ella sonríe, tímida, pero tiene buen aspecto. Al igual que May, su hermana siempre ha parecido joven para su edad y, aunque le llevaba quince años en el momento de su muerte, ha acortado esa distancia en unos cuantos años.

THE THIRD OPTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora