CAP. 1 - Episodio 24 - Sangre Fría

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CAPÍTULO 1 – Estrellas que caen del Cielo

Episodio 24: Sangre Fría



{Dmitri}

"¿Cómo fue que pasó todo esto?"

"¿Cómo fue que pasó todo esto?"

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Dmitri: Recuerdo los días antes de que todo se desmoronara, cuando mi vida en Varzuga era tan simple como la de cualquier otro niño en el pueblo. Las mañanas comenzaban con el canto de los gallos, el sonido de los carros de madera rodando por las calles y el suave murmullo del río que bordeaba nuestra aldea.


En mi memoria, los días antes del caos siempre se presentan con tranquilidad. El pueblo de Varzuga tenía un ritmo lento, un orden casi natural pues cada mañana el sol apenas despuntaba cuando mi madre me sacaba de la cama.


—Dmitri, el día no espera a nadie —Solía decir con su voz fría.


Mi padre ya se había ido cuando yo me levantaba. Un hombre fuerte, poco dado a las palabras. Su silencio hablaba más que cualquier cosa, a veces me preguntaba si me apreciaba de verdad o si simplemente cumplía con su deber como padre, pues era alguien distante. Los niños jugaban en el campo, soñando con ser pastores o cazadores. Yo, sin embargo, siempre sentí algo diferente, mi mente no se conformaba con las respuestas fáciles que los demás me daban. Y no estaba dispuesto a desperdiciar mi vida cuidando un montón de vacas, yo necesitaba más. Y fue entonces cuando el profesor Kuznetsov llegó al pueblo a dármelo.

El día que vi su carruaje llegar, supe que mi vida cambiaría, los aldeanos lo miraban con recelo, como a todo lo que no comprendían. Pero yo estaba fascinado. Kuznetsov no era como los demás. Él sabía cosas... cosas que ningún otro en el pueblo podía siquiera imaginar. Empecé a seguirlo, esperando el momento en que pudiera hablar con él.

Una tarde, mientras merodeaba cerca de su cabaña, él me sorprendió observándolo desde las lejanías, oculto tras un árbol.


Kuznetsov //: ¿Qué haces ahí, muchacho? —su voz era grave, pero no agresiva.

Dmitri //: Quiero aprender, señor, quiero saber por qué las cosas son como son. —Me observó con detenimiento, como si evaluara algo en mi interior que yo mismo no conocía.

Kuznetsov //: ¿Y qué te hace pensar que podrías obtenerlo conmigo?


Yo tragué saliva, sentía que, si fallaba en este momento, la puerta que estaba entreabierta para salir de aquí se cerraría para siempre.

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