Familias

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Pete POV

El paso del tiempo creo una nueva rutina para todos los presentes en el castillo, mis días transcurrían entre la habitación de Porchay y recorridos eternos entre las calles del reino, la mitad del tiempo preparaba recetas de las que solo había leído para ayudar al omega en cinta, para después salir al pueblo a conocer a personas que temían de mi reino por mentiras de su anterior Rey.

Los guardias que velaban por mi seguridad no entendían que hacía en aquel cuarto, para quién o qué llevaba comida todos los días, ni porque solo yo podía entrar ahí, podía ver la preocupación en sus ojos cada que cruzaba la puerta, como si temieran que estuviera a punto de alimentar a una bestia. El único que parecía hacerse una idea de que estaba sucediendo era Macao, reconocía las recetas que preparaba y las hojas que pedía para hacer tés, me miraba prepararlo con el ceño fruncido, siempre a punto de hacer una pregunta que no lograba expulsar por sus labios.

―El barco del príncipe llegara mañana por la noche. ―la minúscula cocina improvisada que Kim había mandado armar en el último piso del castillo, se había convertido en nuestro cuarto de reuniones, Suchart me daba informes diarios del estado de Arya y traía las cartas de Vegas al mismo tiempo que se llevaba las mías.

Apenas cabíamos dentro todos de pie, así que Suchart organizaba cambios de guardias, dentro estaba uno de ellos como vigía, con ordenes exactas de jamás quitarme los ojos de encima, mientras afuera hacían guardia el resto de la escolta, algunos justo frente a la puerta y otros esparcidos por el pasillo hasta el inicio de las escaleras.

―Estaré listo. ―musité terminando de machacar las hojas traídas de Ágama para el té de Porchay. ― ¿Le entregaron mi última carta?

―Sí. ―murmuró con la voz tumultuosa. ―Organizaran todo para traer a Preecha aquí lo antes posible. ―levanté la mirada hasta su rostro cansino, sabía que tenerlos aquí juntos, forzados a convivir y trabajar en equipo era cruel en varios niveles, pero no había tenido más opciones.

La condición de Porchay era delicada, cada mañana despertaba con miedo de verlo sangrar de nuevo, los brebajes y cuidados que había implementado apenas si mostraban mejoría en él, no pasaba un solo día en que no lo viera quejarse de dolor y mientras más cerca estábamos del parto, más nervioso me sentía.

Kim se negó a traer a una partera, temía poner sobre aviso a aquellos que trataron de matarlo la primera vez, pero aceptó que llamara a Preecha, excusándonos en mi necesidad de compañía. En mi última carta le pedí a Vegas le explicara la situación completa a Preecha antes de enviarlo, esperaba que así viniese preparado.

Ninguno de los dos tenía adiestramiento en traer niños al mundo, tampoco habíamos tenido hijos propios, pero confiaba en él, en sus conocimientos y habilidades.

―Puedes regresar a Arya si es demasiado para ti. ―murmuré atrapando la mirada ansiosa de Suchart, por un segundo pareció meditarlo, pero rápidamente oculto el sentimiento agitando la cabeza en una negativa.

―No se preocupe por mí, majestad. ―musitó con la voz ronca y cansada, de pronto sus canas fueron demasiado evidentes y el paso de los años por su rostro fue incapaz de ignorar. ―En realidad, aprecio el tiempo que puedo pasar cerca de él, incluso si no es como me gustaría que fuera.

― ¿Estás seguro? ―una triste sonrisa se deslizó entre sus labios.

―Es mi compañero, me odia por lo que le he hecho, pero sigue siendo la otra parte de mi marca, lo añoro cuando está lejos, quisiera seguirlo cada que abandona el castillo para volver a su pueblo, pero sé que él no me perdonaría que lo hiciera y ya le he hecho demasiado daño en el pasado, para agregar sal a la herida. ―su voz me erizó la piel, solía pensar en el dolor de Preecha cuando los veía juntos, pero jamás sentí pena por Suchart, habían sido sus decisiones las que los trajeron aquí, no creía que tuviera derecho a sufrir la separación, olvide que los sentimientos no eran algo a lo que tuvieras derecho o no, solo estaban ahí, doblegándote en vida. ―Me conformó con verlo cada que el Rey extraña a su amigo y lo trae al castillo, aun si no hablamos o si me mira con rencor, sentirlo cerca es más de lo que merezco.

Call me yoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora