Consumido

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Pete POV

La calma después de la tormenta, había escuchado esa frase un centenar de veces a lo largo de mi vida, nunca le di demasiadas vueltas, no parecía algo que necesitara una profunda explicación, la gente solía murmurarla con una sonrisa después de las lluvias de verano o las nevadas de invierno y se entendía su significado.

Al menos eso pensaba hasta que lo vi al final de la escalera, tras días de encierro, sin tener información de él, adolorido, asustado, desesperado y envuelto entre un sinfín de prendas que llegaban a mí impregnadas de su aroma, verlo se sintió como la calma después de la tormenta.

Cuando creces siendo educado para convertirte en un consejero real, rara vez prestas atención a la parte de ti que es un omega, se vuelve insignificante y en ocasiones hasta molesto, las necesidades del género pasan a segundo plano, no hay sueños de nidos o fantasías con destinados. Sin embargo, esa noche, después de ser arrancado de mis brazos y sollozar hasta quedarme sin voz, solo pude pensar como un omega añorando el encuentro con su compañero.

Murmuraba su nombre entre sueños, acomodaba las prendas que dejaban para mí con extremo cuidado sobre la cama y me ocultaba entre ellas el resto del día, no creía haber hecho un nido desde que era un niño robando las prendas de mis padres porque había tenido una pesadilla, pero hacía menos de una hora había tenido que aferrarme a la puerta para permitir que lo desarmaran y se llevaran sus prendas para lavarlas.

Aun ahora, cuando el celo ya no podía controlarme, seguía pensando únicamente como un omega, necesitaba su aroma en mí y el mío en él, su fuerte agarré sosteniéndome, recordándome que no me había abandonado, que él también me había echado de menos. Deseaba ser arropado como un niño con pesadillas y tener fantasías con nidos y destinados. Incluso si el consejero en mi cabeza solo me daba unas horas de libertad.

―Ya estoy aquí. ―con ojos acuosos me escondí en su pecho, estaba aquí y no iba a dejarme, era todo lo que quería saber. ―Mi padre debe estarnos esperando para desayunar, le pediré permiso para pasar el día juntos y a solas ¿de acuerdo? ―asentí tragándome el nudo en la garganta, después del alboroto que causamos y los tres días de baja por el celo, no creía merecerme un descanso, tenía deberes que atender y debía buscar los apuntes que hice entre las habitaciones olvidadas del castillo.

―Siento que no he trabajado un solo día desde que llegaste aquí. ―murmuré con honestidad, una ligera carcajada vibro en su pecho y lleno la habitación, inundando el resto de mis sentidos.

―Te has encargado de domar una bestia, eso toma mucho tiempo. ―musitó dejando un casto beso en mi frente que disparó un cálido sentimiento por todo mi cuerpo. ―Y ahora tendremos que organizar una coronación y una boda, porque si mi padre vuelve a encerrarme en el calabozo para evitar que me acerque a ti durante el celo, creo que moriré. ―exclamó divertido, tratando de relajar el ambiente, pero no pude reírme, mis manos se cerraron con más fuerza en su chaqueta y me negué a pensar en su muerte, aun si era solo una broma. ―Tenemos trabajo de sobra. ―añadió meciéndonos suavemente al final de la escalera.

―Debo encontrar un nuevo consejero antes de la coronación, no puedo dejar que vuelva a ocurrir lo de esa noche. ―musité levantando el rostro para verlo a los ojos. ―Si sigue lloviendo así se perderán las cosechas y las familias que dependen de sus ventas sufrirán en el invierno. ―sus dedos tomaron un mechón suelto de mi cabello regresándolo a su lugar y soltó un largo suspiró.

―Puedo enviar ayuda a esas familias, armaremos cestas con alimentos y ayudas monetarias. ―fruncí el ceño y sus dedos se deslizaron por mi mejilla. ―No quiero otro consejero, si voy a ser Rey, te quiero a ti a mi lado.

―Lo estaré...de una forma diferente.

―Sera solo el primer año, una vez que completemos el vinculo te será más fácil manejar el equilibrio de Arya. Mientas tanto podemos ayudar a esas familias de ser necesario y... ―llevé mis dedos cubiertos nuevamente por los guantes hasta sus labios, deteniendo su preparado discurso.

Call me yoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora