La villa de Alex estaba llena de un bullicio alegre y sofisticado, el ambiente estaba impregnado del aroma de deliciosos platillos y vino. Las risas y charlas resonaban por doquier mientras los invitados disfrutaban de la reunión de negocios que su padre había organizado. Sin embargo, para Alex, la atmósfera festiva era un recordatorio constante de su lucha interna. Mientras su padre se movía entre los invitados, luciendo orgulloso, Alex se sentía como un extraño en su propia casa.
Su padre, un empresario prominente en la isla, siempre se había asegurado de que todos conocieran sus logros, y en esta ocasión, no era diferente. Con un gesto grandilocuente, estaba alardeando de su hijo, presentándolo como un modelo a seguir frente a sus colegas. Pero para Alex, el brillo de la admiración se desvanecía frente a la presión que sentía de encajar en un molde que no le pertenecía.
-¿Te importa si te dejo un momento? -preguntó Alex a Leo, notando que su amigo estaba a su lado.
-Claro, ve -respondió Leo, aunque su tono dejó entrever que preferiría quedarse. Alex no podía ignorar la chispa de decepción en su mirada.
Alex se dirigió a donde su padre estaba rodeado de un grupo de hombres de negocios, sintiendo que la separación de Leo era necesaria aunque no deseada.
Leo, por otro lado, estaba disfrutando de la fiesta, pero sabía que su misión era más importante que la diversión. Estaba esperando el momento adecuado para encontrarse con la madre de Julen y asegurarse de que el plan seguía en marcha. Cuando la vio acercarse, sintió que su corazón latía con más fuerza.
-Leo -dijo la madre de Julen, su voz suave pero decidida-. Necesito saber que estás siguiendo el plan para alejar a Alex de mi hijo.
Leo asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. -Sí, claro. He estado trabajando en ello. Alex sigue siendo un objetivo difícil, pero estoy haciendo lo que puedo.
La madre de Julen se acercó más, bajando la voz para que solo Leo pudiera escuchar. -Quiero que sigas engatusando a Alex. Haz que se sienta inseguro y distante. Si Julen se entera de lo que está pasando, podría arruinar todo.
Alex, desde lejos, los observaba conversando. Su corazón se hundió al ver la cercanía entre Leo y la madre de Julen. La preocupación lo invadió y, en un impulso, decidió enviar un mensaje a su amigo.
"Julen, tu madre está aquí en la villa. Necesito que vengas."
No pasó mucho tiempo antes de que Julen, que estaba en su propia villa, sintiera vibrar su teléfono. Al leer el mensaje, una oleada de inquietud lo atravesó. ¿Por qué estaba su madre en la reunión de Alex? Sin pensarlo dos veces, se puso su chaqueta y salió disparado hacia su moto, decidido a averiguar qué estaba sucediendo.
Con el motor rugiendo, Julen se dirigió rápidamente a la villa de Alex. A medida que la brisa del mar lo envolvía, su mente estaba en ebullición. ¿Qué estaba planeando su madre? La preocupación lo impulsaba a acelerar aún más.
Al llegar, el sonido de la música y las risas se intensificaron. Julen estacionó su moto frente a la villa, pero cuando intentó entrar, se detuvo. La puerta estaba cerrada y, a través de las ventanas, podía ver a los invitados disfrutando de la fiesta. Se sintió frustrado al no poder entrar.
"¿Cómo voy a colarme?" pensó, buscando una solución. Se movió hacia un lado de la villa, tratando de encontrar una forma de acceder sin ser visto. Observó a los invitados que pasaban, riendo y disfrutando del evento, y sintió que un nudo se formaba en su estómago.
Después de inspeccionar el lugar, notó una ventana entreabierta en el lado trasero de la casa. "Esto podría funcionar," se dijo a sí mismo. Se acercó lentamente, asegurándose de que nadie lo viera. Con un empujón suave, logró abrir la ventana lo suficiente para deslizarse por ella.
Una vez dentro, se encontró en una cocina vacía. El aroma de la comida aún flotaba en el aire, y el eco de las voces llegaba desde la sala. Julen tomó un momento para recuperar el aliento, sintiendo la adrenalina bombear en sus venas.
Julen, que se había escabullido por la cocina para llegar a un pasillo cercano, se detuvo en seco al escuchar esas palabras. Su corazón se detuvo por un momento. "¿Engatusando a Alex?" La ira y la confusión lo inundaron. ¿Qué estaba tramando Leo?
Decidido a tener pruebas, sacó su teléfono de su bolsillo y comenzó a grabar discretamente, manteniendo la cámara apuntando hacia la puerta entreabierta. Sabía que esta grabación podría ser la clave para demostrarle a Alex las verdaderas intenciones de Leo.
-No puedo permitir que Julen se sienta cómodo con la idea de Alex -continuó la madre de Julen-. Debemos actuar rápido. Si logramos separarlos, podremos mantener a Julen en el camino que hemos planeado.
Leo respondió, su tono lleno de determinación. -Entiendo. Haré lo que sea necesario para que eso suceda. Alex no sospechará nada de mí. Solo necesita sentirse un poco más inseguro sobre su relación con Julen.
La conversación se tornó más intensa y Julen sintió un escalofrío recorrerle la espalda. "Esto es más grave de lo que pensaba," pensó, manteniendo su teléfono grabando. Las palabras de Leo resonaban en su mente, y sabía que debía actuar.
Mientras escuchaba, se sintió más decidido que nunca a confrontar a Leo y a asegurarse de que Alex supiera la verdad. Sin embargo, no podía hacerlo aún. Tenía que esperar el momento adecuado.
-Perfecto -dijo la madre de Julen, sonriendo con satisfacción-. Con un poco de suerte, podremos mantener a Julen alejado de Alex para siempre.
Julen, al escuchar eso, sintió que su corazón se hundía. La traición de Leo era aún más profunda de lo que había imaginado. Estaba claro que había un plan en marcha, uno que no podía permitir que prosperara. Se movió silenciosamente, buscando una salida sin ser visto, sintiendo la urgencia de salir de allí y compartir lo que había escuchado con Alex.
Salió de la cocina y se adentró en la sala principal, intentando mantener la calma a pesar de la furia que burbujeaba dentro de él. Desde allí, pudo ver a Leo y su madre, hablando en un rincón, riendo como si fueran cómplices de un gran secreto.
"No puedo dejar que esto continúe," pensó Julen, decididamente. "Necesito que Alex sepa la verdad."
Mientras tanto, Leo estaba disfrutando de la fiesta, sin saber que su plan estaba a punto de desmoronarse. La música sonaba y la gente reía, pero Julen estaba decidido a desentrañar el engaño antes de que fuera demasiado tarde.
Después de unos minutos, se aseguró de que su madre y Leo no lo estaban mirando y se retiró a la entrada de la villa. Necesitaba un momento para calmarse y procesar lo que acababa de escuchar. Con el teléfono aún en la mano, comenzó a revisar la grabación, asegurándose de que todo estuviera registrado con claridad.
"Esto le demostraré a Alex," murmuró para sí mismo, sintiendo que la determinación se convertía en un fuego interno. "No puedo dejar que Leo lo manipule."
Con la grabación lista, Julen tomó aire y se dirigió hacia el jardín, donde la fiesta continuaba. Tenía que encontrar a Alex y contarle la verdad sobre Leo, sin importar las consecuencias.
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Latidos Prohibidos
RomanceAlgunos secretos están destinados a nunca ser revelados... y otros, simplemente, son imposibles de ocultar. Alex lo tiene todo: una vida cómoda, un futuro asegurado en los negocios de su familia y una novia que encarna la perfección. Pero, detrás de...