El aire fresco de la tarde vibraba con risas y música a medida que la fiesta en casa de Ana tomaba vida. El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados, creando un ambiente perfecto para una noche de celebración. Pero, para Julen, la atmósfera festiva no hacía más que amplificar la tensión que sentía en su interior.
Al llegar a la fiesta, Alex había intentado actuar con normalidad. Sin embargo, Julen sabía que la relación había cambiado de manera irreversible, aunque ninguno de los dos se atrevía a mencionarlo.
La Llegada de Leo
Mientras Alex conversaba con algunos amigos, un nuevo chico entró en la sala: Leo. Era alto, con cabello oscuro y una sonrisa que parecía capaz de encender el lugar. Desde el momento en que pisó la casa, todos los ojos se dirigieron a él. Su carisma natural lo hacía destacar, y rápidamente se unió al grupo que rodeaba a Alex.
"¡Hey! Soy Leo, el nuevo de la isla", dijo, extendiendo la mano a Alex. Su voz era cálida y amistosa, una melodía que resonaba en el ambiente festivo.
Alex, con una sonrisa genuina, le devolvió el saludo. "Soy Alex, bienvenido a la isla".
Julen, que había estado cerca, sintió cómo un nudo se formaba en su estómago al ver la cercanía entre ellos. Cada risa de Alex a costa de las historias de Leo lo llenaba de incomodidad. ¿Por qué Leo tenía que ser tan encantador?
A medida que la fiesta continuaba, Alex y Leo comenzaron a charlar, intercambiando historias sobre sus vidas. Leo contaba anécdotas de su mudanza y de cómo había llegado a la isla en busca de un nuevo comienzo. Cada risa, cada mirada cómplice entre ellos, hacía que el corazón de Julen se apretara en su pecho, intensificando su incomodidad.
Julen, sentado en una esquina del jardín, observaba la escena con creciente irritación. A medida que Leo hacía reír a Alex, Julen sentía una punzada de celos atravesarle el pecho. No solo le molestaba la cercanía de Leo, sino que la facilidad con la que parecía conectar con Alex lo incomodaba profundamente.
El Primer Enfrentamiento
Finalmente, Leo se acercó a Julen, con una sonrisa que intentaba ser amistosa. "Hola, soy Leo. He escuchado mucho sobre ti", dijo, tratando de romper el hielo.
Julen forzó una sonrisa, sintiéndose abrumado. "Sí, soy Julen. Imagino que estás disfrutando de la fiesta".
"Es genial, Alex es un buen amigo. Me alegra haberlo conocido", Leo respondió, lanzando una mirada a Alex, quien reía a lo lejos. "Me parece que tienen una gran conexión".
Julen sintió que su corazón se aceleraba. "Sí, una conexión... muy profunda", contestó, dejando entrever la ironía en su tono.
"¿Todo bien?", preguntó Leo, notando el cambio en la atmósfera.
"Todo bien", respondió Julen, incapaz de ocultar la tensión que sentía. Mientras se alejaba, sintió que su control se deslizaba, pero sabía que debía mantener la compostura.
La Conexión Creciente entre Alex y Leo
Mientras la fiesta avanzaba, la conexión entre Alex y Leo se volvía más evidente. Alex estaba visiblemente animado, y Julen no podía evitar sentir que se estaba perdiendo algo importante. Cuando Leo le propuso a Alex unirse a un juego de beber, Alex aceptó sin dudarlo.
"¡Vamos, será divertido!", exclamó Leo, y la risa de Alex resonó, llenando el aire con una chispa que Julen encontró insoportable.
Mientras los demás se unían al juego, Julen se retiró a la cocina, sintiendo que el ambiente lo ahogaba. Se sirvió un vaso de agua, tratando de calmar sus pensamientos enredados. ¿Por qué le molestaba tanto que Alex se llevara bien con Leo? La realidad de su relación con Alex se sentía aún más distante, como si una barrera invisible se hubiera levantado entre ellos.
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Latidos Prohibidos
RomanceAlgunos secretos están destinados a nunca ser revelados... y otros, simplemente, son imposibles de ocultar. Alex lo tiene todo: una vida cómoda, un futuro asegurado en los negocios de su familia y una novia que encarna la perfección. Pero, detrás de...