Rebecca paseó la mirada por las tierras que les rodeaban desde una de las almenas el sol calentaba su rostro, así que cerró los ojos y disfrutó de esa maravillosa sensación, tan efímera en aquellas tierras. De pronto unos gritos la asustaron abrió los ojos y miró fijamente hacia el lugar dónde creía que provenían su vista tardó unos instantes en encontrar el lugar exacto lo que vio la dejó horrorizada un hombre de gran tamaño golpeaba sin piedad a un pobre niño Rebecca sintió como la rabia crecía dentro de su cuerpo; estaba tan distraída mirando hacia la aldea que no era consciente de que su cuerpo colgaba cada vez más fuera de la muralla, cuando una guerrera preocupada se acercó hasta la muchacha y la sujetó por un brazo. —Mi señora... Pero Rebecca lo interrumpió. —¿Quién es ese? su vista se fijo hacia dónde le indicaba la muchacha. —Creo que es el molinero. —El muy villano está golpeando a ese pobre muchacho sin piedad, tenemos que hacer algo... —Mi señora, creo que es su hijo... Pero ella ya no lo escuchaba, echó a correr a toda velocidad. —¡Mi señora! ¡Mi señora! —gritó pero en vano Rebecca bajó las estrechas escaleras corrió por el patio y salió por el portón no podía soportar las injusticias y odiaba la violencia, más si se trataba de algo tan injusto la guerrera alarmada, corrió en dirección contraria, en busca de Sarocha. —¡Alto! ¡Detente villano!—gritó Rebecca cuando casi estuvo frente al molinero el hombre extrañado, dejó de prestar atención al pobre niño —¿Qué os sucede? —preguntó enfadado. —¿Que qué me sucede? ¿Cómo podéis tener tan pocos escrúpulos para golpear de esa forma a un pobre niño? . —¿Y quién sois vos, entrometida mujer, para meteros dónde no os importa? —Pues claro que me importa has estado a punto de matar a golpes a este pobre niño le gritó mientras cogía al muchacho entre sus brazos. —Es mi hijo, puedo hacer con él lo que me plazca, ella lo miró con odio —No mientras yo esté aquí, dejad al muchacho en el suelo y marchaos a cumplir con vuestras obligaciones Rebecca comprobó el estado del niño en silencio vio con pesar que todo su cuerpo estaba magullado, dejó al niño con cuidado en el suelo y se irguió. —Decidme pues, cuáles son mis obligaciones, patán. —No me insultéis muchacha o probareis la fuerza de mis puños, tal vez vuestro hombre no os ha enseñado bien. —¿Mi hombre? —Rebecca soltó una carcajada triste— Yo no necesito a ningún hombre que me eduque a base de golpes puedo defenderme solita, el molinero dio un paso amenazante Rebecca no se amilanó. —Venga, animaos y probad con alguien que pueda haceros frente; tal vez no seáis tan valiente ahora... —¿Y quién me hará frente? No sois más que una mocosa los ojos de Rebecca echaban chispas.—Puede que sea una mocosa, pero vos sois un asno el molinero avanzó a grandes pasos hacia ella con la mano alzada dispuesto a dar el primer golpe pero Rebecca lo esquivó con facilidad y correspondió con una buena patada en las partes íntimas del hombre el molinero se dobló en dos del dolor, cayendo de rodillas al suelo. —Serás puta... —murmuró mientras se retorcía en el suelo —¡Mi señora, mi señora! —el soldado llegó hasta Sarocha casi sin resuello, que estaba en el campo de entrenamiento junto a Jim —¿Qué sucede, Yha? —Mi señora Rebecca Sarocha se asustó —¡Habla!, Vio a través de la muralla al molinero golpeando a su hijo y salió corriendo creo que ha ido a intentar detenerlo Sarocha, que no daba crédito a lo que escuchaba, echó a correr a toda velocidad lo único que Yha llego a oír fue: —Esa mujer será mi perdición... El molinero se puso en pie con dificultad fijó su mirada airada en la chica. —Creo que tendré el honor de darte una lección, pequeña ramera. —Tal vez sea yo quién os la dé a vos. —Contestó Rebecca con clama, la multitud ahora era muy numerosa mujeres y niños los rodeaban el molinero avanzó hacia Rebecca, que estaba preparada —¡Vamos molinero! ¿Quésucede? ¿No es tan fácil como con un niño? El molinero, exasperado, consiguió sujetar a Rebecca por la falda del vestido y tiró de ella hasta que tuvo a la muchacha junto a él la sujetó por el cuello y sonrió malvadamente. —¿Y ahora qué? —preguntó... Ella le sonrió, sin pizca de miedo, el molinero se enfadó aún más levantó la mano airado para darla el primer golpe, pero se quedó quieto encuanto notó el afilado filo de la daga de Rebecca apretando en su estómago. —Hazlo molinero... hazlo... —le susurró la muchacha. —¡Paso! ¡Dejadme pasar! —gritó Sarocha la multitud se apartó a un lado, dejando vía libre a su señora y a Jim, Sarocha se detuvo frente a la escena y se quedó paralizada del horror vio al molinero sujetando a Rebecca por el cuello, dispuesto a golpearla pero Rebecca estaba tranquila. Sarocha desenfundó su espada y la puso en el cuello del molinero. —Suéltala ahora o disponte a morir el molinero soltó lentamente a Rebecca con calma dio un paso atrás y Sarocha pudo comprobar que Rebecca no estaba desarmada, bajó su espada estupefacta. En el acto el molinero se arrodilló ante su señora y comenzó a lloriquear y apedir clemencia pero Sarocha no le hacía caso, no podía apartar la mirada de Rebecca, que en todo momento mantuvo la tranquilidad y ahora, con calma y maestría, guardó la daga en la funda de su bota. —Pero... ¿qué demonios está sucediendo aquí? —logró preguntar Jim tan asombrado, Rebecca lo miró y sonrió. —Creo que nada Jim, al parecer el molinero no es tan valiente cuando se juega a otro nivel. —¿Qué? —nadie daba crédito. —Mi señora... mi señora...os lo suplico, tened piedad, yo no conocía a esta mujer, no sabía que era suya... ella... ella... —Silencio molinero esta mujer no me pertenece, es mi pupila y solo por ponerle las manos encima ya deberías estar muerto. —Pero... mi señora... ella vino y me provocó. —No lo dudo, pero me preguntó por qué... —Estaba golpeando a su hijo —Fue toda explicación que ella estaba dispuesta a dar. Se giró y fue a buscar al niño que seguía agazapado en un rincón. —Tranquilo chico no voy ahacerte daño debes dejarme ver tus heridas, el niño abrió sus ojos eran enormes y negros como la noche, sin embargo, estaban llenos de dolor y sufrimiento Rebecca pudo comprobar que también estaba desnutrido, su cuerpo delgado estaba cubierto de moratones y heridas, unas viejas, otras no un fuego intenso le recorrió el cuerpo y se levantó se acercó hasta el molinero, que seguía arrodillado en el suelo, no se lo pensó y le dio una patada en el estómago. —No eres más que un sucio animal, una bestia, deberías estar en el establo con los animales. —Le gritó Sarocha sorprendida ante este arrebato de cólera, la sujetó por la cintura, Ella peleó durante unos segundos por soltarse mientras no dejaba de insultar al hombre, que ahora estaba sujetándose el estómago dolorido. —Estás gordo, gordo como un cerdo cebado mientras tu hijo está raquítico, muerto de hambre debería darte vergüenza. —Rebecca, tranquilízate. —Le ordenó Sarocha mientras la tenía sujeta entre sus brazos, respiró profundamente un par de veces y dejó de forcejear. —Vale, ya estoy tranquila. —¿Le vas a volver a atacar? —preguntó. —No. La soltó despacio, ella se dirigió hacia el niño su vista estaba fija en las criaturas que asomaban temerosa por la ventana. —¿Son tus hermanos? —preguntó al niño este afirmó con la cabeza Rebecca se dirigió hacia la puerta y comprobó que estaba cerrada —¿Los mantienes encerrados? El molinero no abrió la boca. —Habla —le ordenó Sarocha mientras le tocaba con la bota. —Sí, mi señora es para que no se escapen. —¿Para qué no se escapen?¿Y a dónde irían si se puede saber? — preguntó Rebecca fuera de sí Sarocha la observó con total tranquilidad sabía que la chica no podría controlar su ira mucho más tiempo. —¿por qué golpeabas al muchacho? —Se escapó —Dime muchacho, ¿Por qué te escapaste? El niño miró fijamente a su señora y rompió a llorar Rebecca se acercó hasta él y lo abrazó. —No temas, mi señora Sarocha es buena y bondadosa, no dejará que nadie te haga daño el niño se secó las lágrimas —Teníamos hambre —murmuró Rebecca alzó su mirada a los ojos de Sarocha, su cuerpo y su alma clamaban venganza, ella lo sabía. —Abre la puerta, el molinero se incorporó y abrió la puerta de su casa Rebecca se incorporó y entró lo que vio la dejó sin respiración la habitación era pequeña, pero estaba muy limpia había una mesa, algunas sillas, la chimenea sin fuego, y un montón de mantas que supuso, era donde los niños dormían, en una de las esquinas los niños, asustados, se agolpaban unos a otros protegiéndose todos vestían con harapos y se les veía tan delgados que sus caras solo tenían ojos dos niñas y tres niños, sin contar con el que estaba fuera una de las niñas tenía en brazos a un pequeño bebé a Rebecca se le saltaron las lágrimas y no pudo dar ni un paso más miró con tristeza a Sarocha. —No te preocupes Rebecca, yo lo solucionaré. —Ese hombre no tiene sentimientos Sarocha, es un monstruo... —Rebecca se acercó despacio hasta los niños y comprobó que todos habían sido maltratados el chico que parecía el mayor, cubría con su cuerpo esquelético, el de sus hermanos, su cara estaba morada y tenía un ojo hinchado. —No ospreocupéis ahora estáis a salvo, ese hombre no volverá a poneros las manos encima, lo juro por mi vida Sarocha no dijo nada más y salió de la estancia a grandes zancadas. —Molinero, recoge tus cosas y vete de mis tierras, no quiero volver a verte jamás, si te cruzas otra vez en mi camino no seré tan benevolenta. El molinero abrió los ojos por la sorpresa —¿Y adónde iré? —No es mi problema, no deseo a gentuza de tu calaña entre los míos. Vete inmediatamente. —Muy bien, como deseéis. —Dijo, se acercó hasta el niño— vamos, levantate, tenemos que partir... —Molinero —lo llamó Sarocha con calma— he dicho que te vayas, tú solo Los niños se quedan. —Pero... pero... mi señor, son mis hijos. —Lo eran, ya no recoge tus cosas y vete Rebecca se llevó a los niños con ella hasta el castillo se sentía triste y deprimida no era justo que los niños sufrieran los niños debían ser felices, debían jugar y ser queridos verlos moverse lentamente, tan vacíos de energía, de vida, la hacía sentirse aún peor. Los llevó hasta la cocina, donde las cocineras se afanaban en las tareas diarias en cuanto la vieron aparecer se quedaron quietas por la sorpresa Rebecca entró con el bebé en brazos, seguidapor los otros niños colocó sillas alrededor de la mesa y les ordenó que se lavaran las manos antes de sentarse. —Yuki, tenemos invitados, ¿sería posible darles algo de comer? Yuki miraba pasmada a su señora, asintió con la cabeza y comenzó a servir en platos unas buenas raciones de pastel de carne, que los niños devoraron con avidez. —Preparad agua caliente, quiero que traigáis una bañera aquí, en este rincón y un biombo, vamos a bañar a estos chicos, también necesitaré ropa para ponerles. —Yo me encargo —dijo Mind muy dispuesta. —Te lo agradezco Mind. —¿Y este pequeño? —Preguntó Yuki mientras se acercaba a su señora — ¿Qué tiempo tiene? Rebecca miró interrogante a los niños. —Ocho meses—respondió el mayor —¿Cuál es tu nombre?—preguntó Rebecca. —Damien, mi señora, esta es Brittany, Colin, Charlotte, Eliot y el bebé se llama Bob. —Mi nombre es Rebecca, desde ahora yo me ocuparé de vosotros, Sarocha entró en ese instante en la cocina. —¿Está bueno muchachos? —les preguntó con una sonrisa. —Sí, mi señora, está riquísimo—contestó Colin con la boca llena Sarocha sonrió a los chicos y luego miró a Rebecca—¿Podemos hablar? —Sí, claro, mi señora la siguió por el pasillo oscuro que llevaba de la cocina hasta el salón principal al verlas entrar el silencio se instaló en el salón Rebecca agachó la cabeza y siguió a Sarocha hasta la cámara privada una vez dentro esperó hasta que Sarocha tomó asiento y le indicó que hiciera lo mismo Rebecca se sentó frente a ella Sarocha, durante unos segundos, simplemente la observó sus ojos negros como la noche se le clavaron dentro del alma sabía que estaba enfadada lo notaba, algo en su postura le decía que estaba tensa y disgustada Sarocha en ningún momento apartó la mirada de los ojos de Rebecca no sabía lo que pretendía con eso, tal vez intimidarla o asustarla ella estaba muy enfadada, cuando vio que el molinero la tenía sujeta por el cuello, una increíble rabia se apoderó de ella, no podía ver nada, ni sentir nada....
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Coraje Oculto
FanfictionEsta historia es una adaptacion cuyo autor legal es A. Lawrence, Una novela histórica-aventuras-romance que hará las delicias de cualquier lector.