Capitulo 25

14 1 0
                                    

Rebecca, caminó despacio por el pasillo oscuro iba sumida en sus pensamientos. Unas voces masculinas, procedentes del final del pasillo la paralizaron al instante y se pegó a la pared de fría piedra para no ser vista. Su avance se hizo lento, con cuidado de no hacer ningún ruido que la delatase, y se detuvo en cuanto pudo oír con claridad la conversación. —... Ya sé que es muy inoportuno, Gael, pero entiende que las cosas han cambiado. Ya no puedo simplemente concederte la mano de la muchacha. Está prometida con Sarocha. —Losé, sire. Yo mismo vi el anillo que lleva en su dedo, era de mi madre. —No puedo hacerlo. Si Sarocha descubre que te la di a pesar de saber que le pertenecía me odiará y temo sus represalias. —Estoy deacuerdo, majestad. Yo no quiero que vos salgáis perjudicado. Pero tengo un plan. —¿Un plan? ¿Y qué plan es ese? —Preguntó el monarca frunciendo el ceño con disgusto. —Es muy sencillo y a vos no se os podrá culpar de nada. Lo cierto es que quedaréis como una víctima más de mi maldad. —¿En serio? Contadme, pues.—En la comida anunciaréis que nuestro propósito se ha visto truncado debido al anuncio de la mujer y dispondréis de todo lo necesario para nuestra partida, cuanto antes, mejor. —¿Solo eso? —Solo. —¿Y tú que harás? —Pues yo cegado por la ira y la rabia, secuestraré a la muchacha mientras duerme. No será difícil, vuestros soldados me serán útiles. Cuando se descubra mi villanía, vos enviaréis a varios de vuestros mejores hombres a buscarnos, por supuesto no lo lograrán y después ya no habrá nada que hacer, cuando Sarocha lo descubra ya estaremos casados. Vos seréis una víctima y no tendréis culpa de nada. Yo tendré lo que ansío.—¡Par diez Gael! Sois sorprendente Rebecca sintió como un escalofrío le atravesaba la espalda su cabeza daba vueltas y no sabía qué hacer estaba sola Sarocha no estaba, ni Billy y Jim tampoco, nadie podía ayudarla esta vez solo podía confiar en una persona. Jane; así que con paso decidido la buscó —Charles, ¿Sabes dónde está Jane? El soldado estaba comiendo un trozo de pan con queso y al oír a su señora hablar le por la espalda se atragantó. Ella comenzó a darle golpecitos en la espalda mientras el hombre tosía y se ponía colorado como un tomate. Cuando por fin pudo hablar, miró a la mujer a la cara. —Mi señora, creo que está en el salón dearmas —Muy bien, iré a buscarlo allí, muchas gracias. —Un placer, mi señora Sus ojos recorrieron la totalidad de la habitación. —Mi señora Rebecca dio un respingo al oír la voz de Jane. —Oh... Jane, tengo que hablar contigo, es urgente. Jane frunció el ceño y se acercó más a su señora. —Como de urgente ella respiró hondo. —De vida o muerte —Contadme, —Nadie debe escuchar lo que tengo que decirte —Demos un paseo, ir caminando nos otorgará cierta intimidad y ninguna sospecha. —Bien; salieron del recinto del castillo y comenzaron a pasear por las afueras de la aldea. —Decidme. —He escuchado una conversación entre el Rey y Gael estaban conspirando —Los oí hacer planes. El Rey no estaba muy deacuerdo en entregar mi mano a Gael, dijo que si Sarocha lo descubría se enfadaría y eso no le conviene Gael le propuso un plan en el que el monarca quedaría como una víctima inocente y Sarocha no podría hacer nada contra él. —¿Qué plan es ese? —Cuando estemos todos juntos en la mesa, el Rey anunciará que su propósito de pedirme en matrimonio para Gael, quedará anulado y que partirán al día siguiente Gael fingirá rabia y enfado cuando todos estén durmiendo me secuestrará, con ayuda de los soldados del Rey; Jane miró el horizonte estaba pensando sabía que la llegada del hermano de su señora no era un buen augurio, pero jamás pensó tal villanía y menos de la confabulación con el mismísimo Rey tenía que hacer algo, pero no sabía muy bien el qué. —Jane debo escapar antes de que él intente secuestrarme. —¿Escapar? ¿Y a dónde iría? —No lo sé, pero no puedo quedarme, si Gael consigue lo que quiere, Sarocha sufrirá y yo no puedo consentirlo; ahora debes decirme cómo puedo salir del castillo sin que nadie se entere. Jane se puso a pensar. Su cerebro daba vueltas y más vueltas al asunto —Jane. —Le llamó ella, dándole un pequeño empujón—. ¿Cómo puedo salir del castillo? —Debe haber otro modo, no puedo dejaros partir sola... —No hay otro modo y no tienes alternativa. He acudido a ti porque eres la única que me inspira confianza, debemos hacerlo por Sarocha. ¿Cómo se sentirá cuando vuelva y descubra que su prometida es la esposa de su odiado hermano? El disgusto acabará con su cordura se volverá ciega de ira y cometerá una locura. Lo único que puedo hacer es huir, estar lejos de ese villano. Por Sarocha... Jane afirmó con la cabeza. —Hay una puerta en la parte trasera, más que una puerta es un pequeño agujero, detrás del gallinero está cubierto con una enredadera. Yo la estaré esperando al otro lado, con su caballo listo para huir. —Gracias Jane. Gracias. —Solo espero que por esto Sarocha no me corte la cabeza.....

Coraje OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora