Rebecca abrió los ojos y se quedó un rato pensativa había descansado mal los sueños y pesadillas la habían perseguido durante la mayor parte de la noche respiró profundo y se puso de pie se acercó hasta el hueco de la ventana y miró a su alrededor, escuchó las voces de los que practicaban en el campo de entrenamiento, no le costó mucho reconocer la silueta de Sarocha esa mujer que la perturbaba, que la transportaba a lugares totalmente nuevos y desconocidos. Se apartó de allí.....
Sarocha salió completamente desnuda del rio el entrenamiento había sido duro, estaba cansada y sudada y decidió darse un baño en el agua fría y cristalina se secó el cuerpo y se visitó con calma se dirigió hacia su castillo lo primero que vio al entrar en el patio fue a Rebecca sentada bajo la sombra de un árbol con losniños pequeños del molinero en su regazo se la veía fresca, y tan hermosa que al mirarla le costaba respirar se acercó despacio —Buenos días, Rebecca. —Buenos días, mi señora espero que hayáis dormido bien. —Sí, muy bien gracias. ¿Qué hacéis aquí? —He decidido bajar un rato con los niños, para que les dé el aire —Creo que ya es hora de que entren y desayunen. Sarocha no dijo nada y la siguió al interior del castillo —Rebecca—llamó Sarocha. Ella detuvo su avance —¿Sí, mi señora? —Creo que lo mejor sería que los niños bajaran a comer aquí Rebecca abrió mucho los ojos debido a la sorpresa. —Como deseéis, mi señora....
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Bajaba las escaleras listo para comenzar un nuevo día se había puesto la ropa nueva que había recibido ayer, tenía que tener siempre muy buen aspecto, era parte de su plan. El mayordomo lo esperaba junto a la escalera. —Mi señor, tiene un mensaje —y le ofreció un sobre en una bandeja de plata. Él lo cogió y se dirigió a su cuarto privado. Se sentó en el escritorio y abrió la misiva con calma. Después de leerla una sonrisa malvada asomó en sus labios. —Vaya, vaya... así que es tu pupila, Sarocha. Creo que el momento está cerca, y pronto nos veremos las caras. El noble se levantó con mucho mejor ánimo y tiró la carta al fuego. Se quedó quieto observando cómo las llamas devoraban el fino pergamino mientras pensaba. Sí, la hora de lavenganza estaba cerca, y un plan se maduraba en la mente malvada del hombre.
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Sarocha se paseaba por las almenas del castillo, sumido en sus pensamientos cuando Jim se acercó hasta ella. —¿Qué tal, hermana? —Bien Jim, me pregunto cuánto tardarás en decidirte. —¿En decidirme? ¿A qué? —Pues a qué va a ser, a tomar a Rebecca por esposa y formar tu propia familia Sarocha rompió a reír seguido de Jim. —No dices más que tonterías —¿Eso crees? —Jim golpeó el hombro de Sarocha y le hizo mirar hacia el patio del castillo, donde se encontraba Rebecca jugando con los más pequeños—. Ella es perfecta, es hermosa, inteligente, educada, valiente y cariñosa, si tú no te decides pronto, otro lo hará y pasarás el resto de tu vida triste y sola, añorándola Rebecca es perfecta, ya he notado como la miran —¿La miran? Jim sonrió para sus adentros. —Sí, mucho, es una mujer digna de admirar tú también la miras Sarocha suspiró. —Otro problema más. Esa mujer va a acabar conmigo —Bueno...si tú estás demasiado cansada para ocuparte de ella, yo estaré encantado de sustituirte. Sarocha volvió la mirada colérica hacia Jim. —¿Qué? —Lo que has oído. Si tú desperdicias tu oportunidad no puedes enfadarte porque yo intente aprovechar la mía. Le dio un golpecito en el hombro y se marchó, dejando a Sarocha mirandolo enfurecida....
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—¡Mi señora, mi señora! Yha avanzaba corriendo hacia el salón principal —¿Qué sucede? Yha se detuvo frente a ella. —Mi señora, llegan jinetes. —¿Jinetes?¿Armados o en son de paz? —Vienen bajo la bandera del Barón de Carrick, varios jinetes, entre ellos soldados, una mujer y dos carretas de viaje Sarocha se levantó molesta —¡Por los clavos de Cristo! ¿Qué puede desear ese hombre ahora? ¡Mind! —Sí, mi señora —contestó la mujer —busca a Lady Rebecca, todos los demás a sus puestos, se acabó el descanso. El Barón no es un hombre agradable y sus soldados suelen ser groseros y maleducados, las mujeres deben estar protegidas en todo momento, no quiero problemas con este hombre... . —¡Sarocha! Qué sucede. —Ven Rebecca . —El Barón es un ser influyente, a pesar de su bajo título. Le cae bien al Rey y posee una gran fortuna no debes quedarte sola con él jamás, ¿entiendes? Jamás, bajo ningún pretexto, si él te lo pide debes decirle que soy tu tutora y que debe hablar conmigo, si el Barón se encapricha contigo tendré una gran pelea legal por delante para defenderte... tiene una mente muy sucia Rebecca, y es capaz de cualquier cosa por conseguir todo loque desea, cualquier cosa, ¿entiendes? Rebecca estaba asustada, solo pudo afirmar con la cabeza... Sarocha los esperaba en las escaleras de acceso al salón principal del castillo con Rebecca tras ella observó con calma como los hombres del Barón entraban en el patio de armas y desmontaban, tranquilos, vio como el Barón ayudaba a una mujer a desmontar del caballo. Una muchacha muybonita, con el pelo negro como la noche, recogido en una larga trenza. Su vestido de montar era de muy buena calidad y se le ajustaba al cuerpo perfectamente, era una mujer voluptuosa y atractiva su piel pálida como la luna marcaba aún más unos enormes ojos en su dulce rostro. —Bienvenidos a mi castillo, espero que hayáis tenidoun buen viaje; El Barón era un hombre fuerte y ancho no era muy alto, pero su aspecto imponía sus ojos pequeños, miraban todo, prestando atención hasta el más mínimo detalle; —tengo el honor de presentarte a mi hija, Lady Emma. —Una joya muy hermosa, lamuchacha se sonrojó mientras hacía una perfecta reverencia el Barón sonrió orgulloso. —Os presento a mi pupila, Lady Rebecca Armstrong. Rebecca dio un paso al frente y cogió la mano que Sarocha le tendía, hizo una reverencia y esperó paciente bajo el escrutinio de la mirada del Barón, que sin ningún reparo la miraba de arriba abajo, admirando su belleza Rebecca miró a la mujer y vio que tenía el ceño fruncido mientras no le quitaba los ojos de encima —Mmm...es adorable... —comentó en un susurro William y Sarocha sintió como si le dieran un golpe en el estómago. —Bien, pasad me pregunto a qué debo tan grata visita, William. —Pues verás, voy de paso y me preguntaba si serías tan amable de darnos cobijo, al menos esta noche. —Por supuesto, no será ningún problema. Y ¿a dónde os dirigís? Si se me permite la pregunta. —Pues vamos de camino a la capital, Lady Emma ya tiene edad y voy a presentarla en la corte —Creo que tu hija causará sensación tendrás una ardua tarea, para espantar a los moscones, El barón rompió a reír, —De eso no me cabe duda.. Emma se levantó de su sitio —Decidme Sarocha, ¿os agrada estar de vuelta o preferís el campo de batalla? —PreguntóEmma en un tono de voz dulce —Pues lo cierto es que no hay nada comprable con el campo de batalla, mi señora. Emma le sonrió melosamente y comenzó a parpadear de una forma rara. —Eso supuse, pero, necesitas un hogar y una buena esposa para cubrir otras necesidades —Le contestó mientras disimuladamente acariciaba la mano de Sarocha. Rebecca frunció el ceño y fijó la mirada en la cara pálida de Emma. ¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso no estaba coqueteando con ella? ¡Increíble! Menudo descaro el de la muchacha Rebecca estaba comenzando a verlo todo rojo y sentía unas ganas inmensas de levantarse y tirarla de los pelos. —¿A sí? ¿Y vos conocéis alguna mujer dispuesta? —preguntó; Sarocha sin apartar los ojos de la chica. Ella alzó los ojos marrones y los clavó en los de Sarocha quien permanecía seria e impasible, ella fingió ruborizarse y se agachó aún más para susurrarle. —Sin ir más lejos, mi señora, yo sería una candidata excelente podría ocuparme de todas sus necesidades y seguro que sería una gran esposa ¿Creéis que podéis ser la esposa de una guerrera tosca y bruta, como yo? —Por supuesto, mi señora, toda mi vida me han educado para ser una buena esposa, sumisa y obediente. Sarocha sonrió, pero su sonrisa no era dulce, sino malvada. Clavó su mirada fría y cristalina en el rostro de la mujer, tanto que ella comenzó a sentir terror —Mi querida niña, sois hermosa, no lo dudo, pero no sois lo bastante mujer para alguien como yo. Ella se quedó petrificada, al momento reaccionó y retiró su mano de la de Sarocha Emma furiosa se sentó en su sitio, frunciendo el ceño y en apariencia, bastante molesta Rebecca pudo respirar tranquila y sonrió para sus adentros. Sarocha había rechazado la propuesta inmediatamente odiaba a esa mujer, sin saber muy bien por qué, pero el caso es que la odiaba a muerte... El mayordomo caminó hasta la mesa le susurró algo en el oído a Sarocha —William, me acaban de anunciar que la cena estará lista dentro de poco, tal vez deseéis ir a vuestros aposentos, a refrescaros. —Oh... claro, claro, supongo que lady Emma deseará cambiarse de ropa, ¿no es cierto, querida? —Sí, padre...
Rebecca se arregló con mucho esmero ella no era muy coqueta, pero se obligó a estar espectacular, sobre todo teniendo a Emma cerca; se puso un de los vestidos nuevo que Sarocha había mandado hacer, era de terciopelo azul y brocado dorado se le ajustaba al cuerpo como un guante y le quedaba perfecto. Charm, que había venido a ayudarla, la peinó con esmero, entrelazando pequeñas y diminutas flores blancas en el peinado. Una vez terminado, Rebecca se puso de pie y la miró expectante Charm tenía la boca abierta. —¿Y bien? —preguntó Rebecca —Estáis realmente maravillosa, mi señora. Jamás vi una dama tan hermosa. Rebecca se sonrojó y sonrió con cariño. —Gracias Charm, el peinado y el vestido solo son adornos que sirven para realzar aún más su belleza ambas sonrieron tímidas. Rebecca esperaba estar espectacular, no sabía muy bien por qué, pero necesitaba sentirse hermosa y todo para Sarocha, abrió mucho los ojos al darse cuenta de que realmente deseaba con todas sus fuerzas que Sarocha la viera como una mujer, como su posible y futura esposa... Bajó las escaleras con calma Sarocha se puso en pie y la miró intensamente, tanto que ella pudo sentir el calor de su mirada tocando su cuerpo ella se acercó fascinada cuando estaban juntas le ofreció el brazo, que ella aceptó agradecida. —Realmente estás espectacular, Rebecca sois la mujer más hermosa que he tenido el placer de conocer. Rebecca sonrió con picardía —Eso se lo diréis a todas, mi señora. —No, solo te lo digo a ti Rebecca sonrió con timidez y a Sarochase le iluminó el alma —Vaya, vaya, realmente estáis maravillosa esta noche Rebecca —le dijo Jim en un susurro, se paralizó al ver la mirada lasciva en los ojos del Barón. Jim inmediatamente observó a Sarocha que también era consciente del Barón en todo momento... La noche tenía pinta de ponerse muy interesante...—Rebecca, ¿estáis cansada? —¿Eh? —Pregunto si os queréis retirar a vuestros aposentos; no le apetecía lo más mínimo dejarla a solas con esa gallina emperifollada a su lado —Creo que sí, será lo mejor —Bien, yo te acompaño, se despidió y siguió a Sarocha escaleras arriba hasta su cuarto ella suspiró una vez en la puerta del dormitorio, Sarocha la abrió despacio. —Espero que descanses, traspasó la puerta, pero no dejó que la cerrara. —Y yo espero que Emma no intente cubrir todas tus necesidades mientras yo no estoy... Sarocha soltó una carcajada ante el imprevisto comentario ¿Estás preocupada por mi bienestar o tal vez son celos? —Creo que más bien lo primero, mi señora no seáis engreída —Le contestó mientras intentaba cerrarle la puerta en las narices. Ella lo evitó introduciendo un pie por el hueco que dejaba la puerta y el marco, la cogió por la barbilla y le plantó un beso en los labios, un beso dulce y suave que hizo que Rebecca dejara de ser humana y se transformara en algo muy ligero. —No os preocupéis, bella dama. Mi corazón ya está ocupado. Y sin decir nada más se apartó de Rebecca y cerró la puerta, dejándola flotando por el contacto de sus labios....
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Coraje Oculto
FanfictionEsta historia es una adaptacion cuyo autor legal es A. Lawrence, Una novela histórica-aventuras-romance que hará las delicias de cualquier lector.