Un café con sinceridad

37 7 0
                                    


Me desperté con la misma sensación de vacío que me había acompañado durante los últimos meses. El sol apenas se filtraba por las persianas de mi pequeño apartamento, iluminando el cuarto con una luz tenue. A mi lado, Luke dormía profundamente, ajeno al torbellino de pensamientos que giraban en mi mente. Lo miré por un momento, estudiando su rostro en la calma del sueño, tan diferente del hombre que conocía cuando estaba despierto. En esos momentos, cuando sus ojos estaban cerrados y su expresión era suave, casi podía recordar por qué me había enamorado de él en primer lugar.

Luke tenía algo que me atrapaba, que me había hecho sentir viva, deseada. Era encantador, seguro de sí mismo, y cuando quería, sabía cómo hacerme sentir como la única persona en el mundo. Había días en que me miraba con esa intensidad que me hacía estremecer, que me prometía el mundo sin decir una sola palabra. Pero esos días se sentían cada vez más lejanos.

Me giré sobre la cama, dándole la espalda. Sabía que no estaba bien. No era normal sentir ese nudo constante en el estómago, ese miedo sutil a decir algo que lo molestara, a hacer algo que lo hiciera estallar. Pero cada vez que pensaba en marcharme, recordaba las veces en que Luke me había hecho reír, las noches en que había jurado que me amaba, y me convencía de que aún había esperanza. Que si aguantaba un poco más, todo volvería a ser como antes.

El teléfono de Luke vibró en la mesita de noche, y sin pensarlo demasiado, lo tomé. Sabía que no debía mirar. Sabía que nada bueno salía de espiar sus mensajes, pero la tentación era demasiado fuerte. Un mensaje nuevo apareció en la pantalla: "Anoche fue increíble, te extraño." Sentí como si me hubieran vaciado el pecho de un golpe. Sabía que algo estaba mal desde hacía tiempo, pero verlo escrito en palabras me dejó atónita.

Luke se removió en la cama y solté el teléfono como si quemara. Me quedé inmóvil, conteniendo la respiración, esperando que no se despertara. Salí de la cama en silencio, mi corazón martillando en mis oídos.

Entré en el baño y cerré la puerta con cuidado, apoyándome contra el lavabo mientras el pánico comenzaba a apoderarse de mí. No era la primera vez que veía algo así. Había encontrado mensajes antes, y siempre me había convencido de que no era lo que parecía, que estaba exagerando. Luke siempre tenía una excusa lista: era solo una amiga, era una broma, no significaba nada. Y yo siempre había querido creerle. Después de todo, ¿no era eso lo que hacían las parejas? ¿Superar los malos momentos, confiar el uno en el otro?

Me miré al espejo y apenas reconocí a la mujer que me devolvía la mirada. Mis ojos estaban apagados, las ojeras más profundas que nunca. ¿Cuánto tiempo había estado viviendo así? ¿Cuánto había dejado que Luke tomara de mí, poco a poco, con sus mentiras, sus promesas vacías, sus desplantes?

Volví al dormitorio y lo observé desde la puerta. Luke seguía durmiendo, ajeno a todo, su expresión aún tan tranquila como siempre. ¿Cómo podía dormir tan bien, después de lo que hacía? Sentí una punzada de rabia, pero la rabia pronto se desvaneció, reemplazada por algo peor: la duda.

Siempre era así. Siempre había una lucha interna que me paralizaba. ¿Y si era yo la que estaba exagerando? ¿Y si realmente no había nada entre Luke y esa otra mujer? ¿Y si yo estaba destrozando la relación por culpa de mis inseguridades? Me pasé una mano por el cabello, frustrada, las palabras de Luke resonaban en mi cabeza: "Eres demasiado sensible, te tomas todo a pecho. No puedes confiar en mí, y eso es lo que nos está matando."

Tal vez tenía razón. Tal vez yo era el problema. Si tan solo pudiera relajarme, dejar de ser tan paranoica... Pero no podía. Cada vez que Luke me ignoraba por días, cada vez que evitaba mis preguntas, cada vez que me hacía sentir como si no fuera suficiente, mi confianza en él se hacía más pequeña. Y aun así, seguía aferrada a la esperanza, a la idea de que, de alguna manera, Luke cambiaría. Que si yo me esforzaba lo suficiente, si demostraba ser la novia perfecta, él me vería, me valoraría.

Elemental Donde viven las historias. Descúbrelo ahora