Elemental

Un nuevo comienzo

El eco de las últimas palabras de Luke resuena en mi cabeza, una y otra vez. Todo sucedió tan rápido, y al mismo tiempo, siento que llevaba mucho tiempo esperando este momento. Estoy sentada en el suelo de la sala, rodeada de cajas vacías y ropa esparcida, un reflejo caótico de mi mente. La puerta se cerró tras Luke hace apenas una hora, pero ya parece un recuerdo distante, como si hubiera sido otra persona la que lo despidió, no yo.

Llevábamos semanas conviviendo en un silencio tenso, apenas dirigiéndonos la palabra. Las conversaciones se habían reducido a meros intercambios de cortesías, una serie de frases vacías que no hacían más que resaltar la distancia entre nosotros. La pelea de hoy fue la más brutal de todas. No recuerdo exactamente cómo comenzó; tal vez fue una mirada, un gesto, algo que encendió la chispa. Pero, como siempre, las palabras de Luke se clavaron en mí como cuchillos, cortando lo poco que quedaba de nuestra conexión.

Mientras miro las cajas vacías, me pregunto cómo llegamos a esto. Esa sensación de soledad se intensifica, y el vacío que ha quedado tras su salida pesa más que cualquier cosa física que pueda ver a mi alrededor.

Sentí un vacío en el corazón, una sensación helada que se expandía por todo mi ser. Luego, una punzada aguda me atravesó el pecho justo antes de que las lágrimas comenzaran a brotar por las palabras que Luke me había lanzado, desgarradoras y crueles.

—Nunca cambiarás, Elaine. Eres demasiado débil. ¿Quién te va a querer si ni siquiera sabes lo que quieres?

Eran las mismas palabras que me habían roto en el pasado, una y otra vez. Pero esta vez fue diferente. Cuando me miré al espejo después de que se fue, vi a una mujer agotada, sí, pero también a una mujer que, a pesar de todo, todavía estaba allí. En medio de la tristeza y la confusión, había una chispa de resistencia. No me había roto del todo.

Aunque las palabras de Luke resonaban en mi mente, esta vez sentí que había un destello de fuerza que no había reconocido antes. Aquella mujer frente al espejo todavía tenía la capacidad de levantarse, de luchar por lo que merecía. A pesar del dolor, esa pequeña revelación me dio un leve atisbo de esperanza en medio de la tormenta.

Recuerdo el momento exacto en el que lo decidí. Habíamos estado gritándonos, acusándonos de todo lo que salió mal en los últimos años. El dolor era palpable, y las lágrimas caían por mis mejillas mientras sentía que mi mundo se derrumbaba. Y entonces, en medio de la pelea, hubo un momento de silencio, como si todo el ruido se hubiera detenido. Y allí, en esa calma, lo supe. Ya no podía seguir así.

- Se acabó, Luke. No quiero seguir contigo - Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera procesarlas del todo.

El rostro de Luke se transformó en una mezcla de incredulidad y furia. Intentó convencerme, como siempre lo hacía, de que estaba siendo irracional, de que no podía vivir sin él, pero algo en mí se había roto, algo que ya no podía ser reparado con sus promesas vacías o sus disculpas manipuladoras.

Ahora, sentada aquí en el suelo de mi sala, rodeada de todo lo que había quedado de esa relación, siento una extraña mezcla de emociones. Por un lado, hay dolor. Claro que lo hay. Desde los 15 años, Luke había sido el centro de mi universo. Había adaptado mi vida a la suya, había dejado de lado mis propios sueños, mis propios deseos, para mantenerlo feliz. Y ahora a mis 19, sin él, me siento perdida. Como si no supiera quién soy sin su sombra envolviéndome.

Pero también hay algo más. Algo que apenas empiezo a reconocer. Una paz, tenue pero presente, que se cuela entre los huecos de mi tristeza. Un espacio en blanco donde antes había caos. Es extraño, porque incluso en este dolor, siento un alivio. Un alivio por no tener que preocuparme constantemente por cada palabra que digo, por no estar siempre en guardia, esperando el próximo arrebato. Es como si, por primera vez en mucho tiempo, pudiera respirar.