Parte 2

76 7 25
                                    

Mi madre se estaba quejando de Zeus y sus infidelidades. Otra vez. Siempre que podíamos, nos sentabamos juntos con unas cervecitas y chismeabamos sobre Zeus, sus defectos y sus bastardos.

—¿Mama, y si te divorcias?

Sí, sin tilde. "Mama". Como el verbo que Alectrión me hizo.

Ella me miró con cara de ofendida.

—¡Soy la diosa del matrimonio, no puedo divorciarme! Además, perdería mi estatus como reina.

Reí y con sarcasmo dije:

—Qué interesada, ¿no, mamá? No te conocía así.

Ella rió conmigo.

—Lo entenderás cuando tengas esposa.

—O esposo...

Ella se tragó su cerveza con tal de no escupirla y yo la miré con cara de que había dicho algo que no debía. No es que hubiera algo malo en que yo saliera con un hombre, sinó que simplemente le sorprendió que lo hiciera. Nadie esperaba que yo saliese con un hombre. O un alfa. O ambos...

Ah, y hablando de géneros, me olvidé de decir que mi madre es una omega.

—¡¿Quién es?! —me interrogó con emoción —. ¿Quién fue el varón qué logró conquistar a mi hijito? ¡¿Cómo es?! ¡¿Es guapo, es listo, es fuerte?!

Rodé mis ojos con una sonrisa y le empecé a explicar cómo era mi amorcito. Sobre su valentía, su intelecto, su hermosa voz a la hora de cantar (sí, cantaba genial. Amo eso), sus rojos y largos rizos perfectos, sus ojos cafés que no necesitaban azúcar para ser más dulces, lo trabajador que era... pero su sonrisa se borró cuando dije que era un alfa. A ver, no del todo, pero se vió decepcionada.

Alcé la ceja.

—¿Pasa algo, mama?

—Esperaba poder casarte con él, pero... dos alfas no se pueden casar. Hijo, no es que no apoye tu relación y siento decir yo quien te lo diga, pero los matrimonios son entre quienes pueden tener hijos. Un alfa y un omega, sí; un alfa y un beta, también; un beta y un omega, ¡pues claro! Pero dos personas del mismo género secundario... Lo siento.

No me había puesto a pensar en ello hasta entonces...

Entendí lo que decía. Estaba bien estar con otros alfas, pero no podían casarse. Ojalá hubiera algo que pudiera hacer para cambiar eso, pero era imposible...

A no ser que fueras el pobre Esporo con Nerón, pero no creo que sea el mejor ejemplo... Además, yo nunca le haría daño a Alectrión como aquel capullo hizo con el efebo. Ni de esa forma ni de ninguna otra.

Sentí que me arrancaban la mitad del cuerpo al darme cuento de que no podía casarme con él, otro alfa. ¡¿Por qué siempre hay un obstáculo que me impide casarme con quiénes amo?! Primero Afrodita, que tuvo que casarse con Hefesto, ¡y ahora Alectrión, porque no es un omega!

Además, si no me casaba con él, significaba que no lo inmortalizarían y que tarde o temprano moriría... Encima, es un guerrero... ¡Seguro morirá en batalla! ¿Y si yo no estaba ahí para despedirme de él? ¿Y si se iba sin yo poder decir "adiós"?

¡No, no, no! ¡Iría al Hades a recuperarlo, me da igual si tenía que cruzar el Tártaro para hacerlo!

Mi madre me sacó de mis pensamientos.

—¿Pasa algo, Ares?

—No, nada, ma.

—¿Estás seguro?

—Qué sí, mama, que sí.

Ella suspiró. Sabía que no estaba siendo del todo sincero, pero tampoco valía la pena insistir.

—Tú solo disfruta tu tiempo con él al máximo, ¿sí?

Asentí. Tenía razón (como siempre). Debía aprovechar que lo tenía conmigo ahora, pero no podía evitar pensar que cada vez que lo veía, podía ser la última...

Tranquilos, no le va a pasar nada a nuestro nugget. Solo es Ares preocupándose por cuánto durará su amado.

El Enigma del Gallo [Ares x Alectrión] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora