Parte 28

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Golpeaba aquella roca de forma agresiva, intentando liberar toda mi ira en ella, hasta que, de una explosión producida por mis propias manos, se rompió en mil pedazos. Eso me fastidió, ya que necesitaba hacer algo.

—¡¿POR QUÉ?! —me lamenté, cayendo sobre mis rodillas y golpeando el suelo —. ¡¿POR QUÉ?!, ¡¿POR QUÉ?!, ¡¿POR QUÉ?!

Lágrimas volvían a salir de mis ojos de nuevo. Si tan solo hubiera un modo de recuperar a mis padres...

Un momento, si la hay. Es algo arriesgado, pero para algo soy el dios de la valentía, hijos de puta.

El único problema es que no sé como llevar el plan a cabo... Dioniso consiguió ir al Inframundo, ¿no? Tal vez debería pedirle consejo...

...

Toc, toc, toc.

—¿Quién es? —preguntó una voz desde el otro lado de la madera.

—Soy yo —respondí.

—¿Qué vienes a buscar?

—A ti.

—Ya es tarde.

—¿Por qué?

—Porque son las putas 20:00, no jodas.

—Perdón, pero es urgente.

Me abrió la puerta un hombre bajito y con cabello azul, con la nariz roja por el alcohol que consumía diariamente. Resulta que era el mismo hombre del bar del primer capítulo: Dioniso, el dios del vino, la festividad y la droga.

Un momento, ¿cómo así?

El éxtasis es una droga, ¿no?

Pues sí, pero no ESE tipo de éxtasis.

Me lleva la pitufichingada.

—¿Qué pasa? —preguntó con tono cansado... o más bien de ebrio que apenas se mantiene en pie. De hecho, se apoyaba en la pared con tal de no caer.

—Tú... Tú salvaste a tu madre del Inframundo, ¿cierto?

—Ehh, sí y ahora vive conmigo, aquí, pero bajo el nombre Tíone. ¿Por?

—¿Crees qué haya posibilidad de que yo pueda salvar a mis padres?

Tardó unos momentos en responder...

—A ver, tú definitivamente podrías salvar a tus padres, pero lo difícil sería que entraras al Inframundo. A mi me ayudó un amigo, pero ese amigo ya murió y... aunque estuviera vivo, estoy seguro de que no aceptarías su ayuda.

Alcé la ceja ante esto último y le pedí que se explicara.

—Le eres fiel y leal a Ares, ¿no? Mi amigo me pidió sexo anal a cambio de su ayuda.

—Vale, tenías razón, no querría su ayuda. Pero entonces, ¿cómo puedo ir al Inframundo?

Tardó su tiempo en responder, se estaba durmiendo en frente mío.

—Pídele a Perséfone ayuda, estoy seguro de que aceptará. Eso sí, llévale algo que darle a cambio. Algo preciado para ti. Yo, por ejemplo, le dí mirto a Hades. A Perséfone le molan las flores...

Cayó al suelo de espalda, dejándose abrazar por Hipnos... ¡Maldito viejo ebrio! Bueno, al menos me dió la información que necesitaba.

Agarré una piedra y con la daga que siempre llevo conmigo escribí "Muchas gracias por el consejo, -Alectrión", ya que no podía dárselas en palabras debido a su somnio. Cerré la puerta detrás de mi, para que no entraran bichos o algo indeseado a su casa y me fuí.

El Enigma del Gallo [Ares x Alectrión] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora