Parte 6

57 4 19
                                    

Estaba sentado en el regazo de Ares, cuyas manos envolvían mi cintura. Me besaba el cuello y lo olía como si fuera lo mejor del mundo. No liberaba sus feromonas por si acaso era eso lo que me enfermaba. Me iba a girar para besarlo cuando alguien entró por la puerta de una patada. ¡Coño, dejen de destruir mi casa, qué no es gratis!

Resultó ser que era el dios jardinero, como lo llamaba mi novio.

—¡Creo qué ya sé que ocurre! —celebró mientras alzaba unos papeles a la vista.

—¿Podría tocar a la puerta? —reproché.

—Se dice gracias, maldita cerda malagradecida.

—Vale, pero la puerta la paga usted. ¿Y qué tiene en el ojo? ¿Se hizo daño?

—Nada que te importe. ¡Ahora dejad de ser gays y escuchadme!

Estampó los pergaminos contra la mesa. Habían dibujos de cuerpos, órganos y muchas cosas que no sabía que carajos eran.

Me levanté y fui a escucharlo. Mi amado hizo lo mismo. El rubio se puso a explicar su investigación de cabeza a pies, no sé que no sé cuántos, alfas, omegas, betas y... ¿qué carajos es un enigma?

—¿Los enigmas no eran solo un mito? —interrogó el de piel magenta.

—Resulta que el abuelo era uno.

—¿Y eso qué?

—Que puede ser que tú heredaras eso...

Sus ojos, llenos de incredulidad, se abrieron como platos. Yo no entendía qué carajos pasaba. ¿Qué tenía que ver Cronos? ¿Qué era lo que mi novio había heredado del titán del tiempo? Y, sobretodo, ¿qué es un enigma?

Había muchas incógnitas en mi cabeza. Supongo que eran cosas de dioses. Mientras explicaba, iba enseñando sus pergaminos.

—Ares, tuviste la suerte de salir un alfa dominante. Tal vez, demasiado dominante... No hay muchos enigmas, Cronos es el único del que he oído hablar (aparte de ti) y supongo que es por esas limitadas oportunidades de investigación sobre ellos lo que hace que se les confunda con alfas. Cronos, al tener relaciones con Rea, la terminó convirtiéndola en una omega.

Un momento, ¿acaso insinuaba qué yo... estaba perdiendo mis derechos, como el alfa qué soy?

Bueno, era...

¡Pero no! ¡No puede ser, no puede ser! Soy un alfa, ¡siempre lo he sido y seré! No quiero rebajarme a un omega. ¡Quiero poder seguir yendo a las Olimpiadas, quiero seguir yendo a la guerra, quiero poder tomar decisiones por mí mismo!

Las voz de Ares interrumpió mi negación.

—Sí, pero tú dijiste que eso fue a partir de mi madre, es decir, tardó como mínimo veinte meses en hacerlo. ¿Por qué con Alectrión ocurrió tan rápido? Solo han pasado como tres meses.

—Ares, tanto Rea como Cronos eran titanes. Alectrión es un mortal y eso lo hace mucho más "vulnerable", por decirlo de algún modo, ante los efectos de un enigma divino. Y el motivo por el que nunca antes convertiste a nadie en uno es por el hecho de que guardas tus feromonas y solo te acostabas con omegas.

—¿Insinúa usted qué me estoy convirtiendo en omega? —pregunté.

—Precisamente, menstruación cerebral.

Fruncí el ceño y apreté los dientes y los puños ante mierda de apodo que me puso. ¡No es mi culpa haber nacido pelirrojo y hermoso!

—¿O sea que voy a perder todos mis derechos?

—Lamentablemente... para ti. Aunque bueno, aún estás cambiando y no sé cuánto tiempo vas a necesitar para llegar al 100% omega. Hasta entonces, vas a seguir igual de enfermito y el chihuahua de tu novio te va a seguir cuidando.

—¿Y ya no voy a poder ser un guerrero?

Apolo negó con la cabeza.

Maldecí.

Mi novio le susurró algo al médico, que lo miró raro y respondió:

—Pues... sí, ¿no?

Crucé los brazos.

—Los secretitos son de abuelas, ¿sabéis?

Ares me tomó de las manos y con una sonrisa me dijo:

—Tranquilo, pronto lo sabrás. Y tranquilo, vas a poder seguir siendo el formidable guerrero que eres, tenlo seguro, ¿sí?

¿Amor, qué tramas?

El Enigma del Gallo [Ares x Alectrión] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora