Parte 18

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La noticia de que yo me iba a casar se expandió tan rápido como el imperio Mongol.

Aunque, bueno, tal vez yo también fui muy bocazas...

¡Lo mejor era que los demás alfas ya ni se acercaban a mí por miedo a que Ares les hiciera algo, por lo que podía salir sin preocuparme por nada! Así que total, fui a comprar un poco de pan, queso, miel... y, si había, verduras. ¡Aunque cuánto daría por una buena carne asada!

Por si te lo preguntas, Ares está en el Olimpo. Tenía trabajo que hacer.

Iba a volver a mi casa, pero oí como alguien me llamaba: era mi amigo del capítulo tres.

—¡Alectrión! —corrió hacia mí.

—Dimitri...

No sé si ese nombre es griego, pero me gusta.

—Alectrión, por los dioses, ¡no te veo desde hace dos meses o tres. ¿Dónde has estado? Y hueles a omega, ¿estuviste con alguien?

Este tipo no se entera ni del clima.

Le tuve que explicar. Y se lo tuve que explicar TODO, porque él no se quedaba con un resumen sencillo.

—¡No me jodas!

—Sí te jodo.

Entonces se le acercó otro alfa por detrás y le tocó el hombro más lejano. Era otro amigo del ejército de Ares. Se llamaba Isidoro.

—Dimitri, no te escapes así —me miró —. Hostias, ¿campeón, cómo estás? No te veo desde invierno.

Iba a tener que explicarlo todo de nuevo... ¿O no?

—¡Isi, qué nuestro niño se casa con el señor!

Puso cara de confusorprendido.

—¿Cómo, cómo?

—Pues comiendo, mi vida.

Dimitri le resumió en dos frases todo. Isidoro lo abrazó por detrás y dijo:

—Alec... ¡Mi hijito se va a casar!

—¡No soy tu hijo!

Me ignoraron.

—Crecen tan rápido —comentó Dimitri.

Rodé los ojos.

—¿Me váis a dejar de tratar cómo si fuera un niño?

—Perfectamente, podríamos ser tus padres, así que no.

—Bueno, nos vemos, que tengo cosas que hacer. Adiós, banda de plumas gays.

***

Mi hijo se va a casar... Por fin, después de 10 capítulos de pedirme mí bendición, se lo pidió... aunque (si los cálculos de la escritora eran correctos) esos 10 capítulos habían sido solo un mes.

No podía esperar a la boda, ¡tenía que ir ahora mismo a conocer a mi yernito!

Le pedí a Iris que le pidiera a Hermes la dirección de Alectrión, puesto a que este había estado ahí cuando fue a avisar a Ares de la reunión, pero jamás le pediría algo a un bastardo de Zeus de forma directa.

Una vez con la dirección (P Sherman Calle Wallaby 42 Sidney) volé al lugar. No había nadie, así que supuse que había salido.

La puerta se abrió y apareció detrás de ella un chico moreno, pelirrojo y con pequitas, cargando con sacos: ¡era él!

Me abalancé a darle un abrazo fuerte. Él pareció confundido.

—¿Señora, quién es usted?

Tal vez me emocioné demasiado. Me aparté y él dejó los sacos en el suelo.

—Oh, ¿pero dónde han ido mis modales? Me presento: soy Hera, diosa del matrimonio y reina del Olimpo.

Él chico abrió los ojos como platos y se arrodilló.

—Levántate, joven. Los únicos que deben arrodillarse ante mi son los mortales normales y los bastardos de Zeus, vomitando su propia sangre.

—Si insiste... —dijo mientras se levantaba. Pude verle la cara de cerca.

—Vaya, mi hijo tiene buen gusto —comenté —. ¡La titánide que me parió, tienes una cara de angelito! Ni me creo que hayas matado a cientos de personas en la guerra.

Jugué sus pecosas mejillas. No quería agobiarlo, pero ya quería que me diera nietecitos.

—S-Señora, eso duele —se quejó.

—No importa. ¡Eres tan adorable!

Lo solté. Uy, le había dejado las mejillas rojas de lo fuerte que lo agarré.

—D-De todos modos, ¿a qué se debe su visita?

—Nada, solo quería conocer a mi yernito.

***

Primero Eros me viene a visitar solo porque me quiere conocer... ¡y ahora la señora Hera! ¿Quién sigue? ¿Zeus? ¿Eris? ¿Hebe?

El Enigma del Gallo [Ares x Alectrión] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora