Despertamos, desayunamos unas crepes, abrimos nuestro restaurante y finalmente cada una tomó su camino a sus respectivos trabajos.
La mañana estuvo tranquila, el caso pesado sobre la desaparición ya lo había terminado de solucionar y gané una gran fortuna por ello, permitiéndome poder expandir mi emprendimiento. Nuestra visión hasta ahora sobre ello, era tener solamente una sucursal a corto plazo, para poder vigilar de cerca cada movimiento y se haga más conocido, luego pondríamos más en otras ciudades o el resto de Europa.
—Srta Jennie, tiene una visita en la entrada. ¿Lo dejo pasar?—preguntó mi secretaria Nayeon desde el teléfono fijo de mi escritorio.
Ni siquiera pregunté quién era, supuse que sería un nuevo cliente que no solicitó una cita previamente o quizás Chitthip para mostrarme algo que haya comprado, ya que solía recurrir a mi oficina por ello, no le gustaba ir a la escribanía que trabaja su hija, suele decir que hay mucha mala vibra allí.
Golpearon tres veces la puerta del lado de afuera y avisé que podría pasar.
—Hola, cielo—dijo asomándose por la puerta.
—¿Kai?—me levanté de mi silla giratoria y me acerqué a él—. ¿Qué haces aquí?
—Vine a visitarte—me abrazó y lo miré confundida por su visita—. Es broma, vine a buscar trabajo.
—¿No tenías una banda en Corea?—me separé de él, admirándolo de arriba hacia abajo.
—Sí, pero no tuvimos mucho éxito y aprovechando que estudié en la misma universidad que tú, vine a buscar una oportunidad.
Realmente me sorprendía que él estuviese aquí, durante nuestra adolescencia jamás quiso seguir una carrera y tampoco tenía planes concretos para el futuro, más que tener una banda y tocar la guitarra. Exactamente eso me llevó a no querer estar en una relación formal con él más que un romance juvenil, pero veo que al parecer cayó en la realidad y estudió una carrera.
Verifiqué si no tendría alguna cita en las próximas horas y nos sentamos en el juego de sillones del lugar para ponernos al día con nuestras vidas, ya que la vez que nos vinos en Seúl no tuvimos suficiente tiempo para charlar.
Pasamos el rato y Kai tuvo que irse, mencionó que tenía una entrevista de trabajo. Me pasó la dirección del departamento que había alquilado en la ciudad y luego se fue.
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Yo: No tienes idea de quién está en mi oficina en este preciso momento...
Bueno en realidad acabó de irse.Lisa: ¿Mi madre? No me digas que compró de nuevo esos candelabros que rompí.
Yo: No, ¿recuerdas a quien nos encontramos en Seúl?
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Tu Misterioso Amor - JENLISA G!P
DiversosJennie, una modelo y abogada argen-coreana de 25 años, desempleada y con una gran lista de deseos, decide abandonar su país natal, Corea del Sur, para encontrar una nueva oportunidad en Francia y vivir allí, donde conocerá a una joven, con muchísima...