Apenas me levanté, me paralice observando a Lisa durante un rato mientras dormía tranquila y mis pensamientos de la noche anterior volvieron.
¿Estará utilizándome para ser libre de Sana? Quizás... ¿Por qué finge que somos novias? Le atraigo... ¿Se avergonzará de mí en París, dónde todos la conocen? Secreto... ¿Seguirá siendo un secreto? Por supuesto... ¿Dejará a Sana para estar conmigo cuando volvamos a casa?... Jaja, no.
Mi cabeza explotaba de tantas preguntas sin respuestas. Tomé una ducha rápida y llamé a mi hermana menor Ella para poder pasar el día juntas y poder despejarme de tantos problemas.
Me fui lo más silenciosa que pude para no despertarla.
—¿Por qué no le avisaste que pasarías todo el día conmigo?
—No es mi madre ni mi pareja como para avisarle a dónde iré—elevé mi hombros restándole importancia—. Soy independiente, hago lo que se me canta.
—Sí, lo sé; pero ella está sola en la ciudad, deberías llamarla.
Justamente no estoy necesitando consejos para esto, gracias.
—¿Cómo estás con los estudios?—desvié el tema.
Sentí como mi celular vibraba en mi cartera, me asomé para visualizar el nombre de quien llamaba y era ella. No quería atenderle, me limité a silenciar mi celular para no distraerme y relajarme todo el día.
Pasar tiempo con mi hermana menor era muy reconfortante y divertido, es muy buena consejera y no es como el resto de mi familia. Ella nació cuando yo tenía 6 o 7 años y mi madre no se ocupaba de ella, así que yo "tomé" su puesto de "madre", mientras ella lidiaba con su, en ese entonces esposo, el cual, era alcohólico.
—No me dijiste por qué no estás con Lisa... Digo; en un noviazgo—se sentó en una de las bancas del parque.
Le expliqué toda la situación con lujos de detalles sobre cada persona que estaba interviniendo en la "relación". Así se pasó toda la mañana, el mediodía y la tarde, comenzó a avecindarse un frío polar en la ciudad.
—Creo que es hora de volver, ya está haciendo bastante frío y no trajimos lo suficiente para abrigarnos—dije acariciando mis brazos.
—Concuerdo, ve con tu amada, debe estar preocupada—rió, nos saludamos como si fuese la última vez que nos veríamos y me fui directo al botel.
Entré al lugar con la ilusión de encontrar a Lisa allí, poder verla, acostarme con ella en las abrigadas sábanas de peluche y que me cuidara del frío. Pero toda esa ilusión se vino abajo cuando ví una nota en la encimera de la cocina.
Jennie:
Se que no soy lo que esperabas, espero que puedas perdonarme si por casualidades de la vida llegas a regresar.
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Tu Misterioso Amor - JENLISA G!P
DiversosJennie, una modelo y abogada argen-coreana de 25 años, desempleada y con una gran lista de deseos, decide abandonar su país natal, Corea del Sur, para encontrar una nueva oportunidad en Francia y vivir allí, donde conocerá a una joven, con muchísima...