Terminé de colocarme mi vestido, me peiné un poco y me dirigí a la sala.
La encontré utilizando solamente su camisa blanca, zapatos y pantalón de vestir color negro noche, con un gran globo de helio transparente en sus manos, que casualmente decía "Felices 50 años Raúl".
Las cortinas a cada extremo, con las luces apagadas, pero lo que iluminaba la habitación era el televisor que había reproducido un video de YouTube llamado "simulador de luces led", contando también con las luces provenientes de la avenida y sus ojos...
Sus ojos miel intensos podían iluminar cualquier oscuridad tenebrosa.
Cual película yankee, en el momento justo que la vi, comenzó a lloviznar.
—Lo siento por el globo de "Felices 50 años Raúl", una vez me comentaste que nunca habías tenido uno y quise comprártelo, pero no había otro...—comencé a derramar pequeñas lágrimas y ella se acercó hacia mí—No, no, no... Si no te gusta, puedo devolverlo...
—Lisa.
—Pero me dijeron que demoraría unos tres días...
—Lisa.
—Y estuve llamando para conseguirlo más...
—¡Lisa!—elevé mi tono de voz para callarla.
—¿Qué?—se sobresaltó—. No hace falta que me digas que no te gustó.
—No, nada de eso—tomé sus manos—. Es perfecto.
Me sonrió y me abrazó, secó mi rastro de lagrimas con la yema de sus dedos, tomó su celular y lo alzó incitando a capturar el momento.
—Sonríe, mandu, te ves hermosa.
Nos tomamos tres fotos y le pedí que me las pasara, para poder guardar el recuerdo. Luego, reprodujo una canción llamada "Love", de Lana Del Rey.
—¿Me concedería esta pieza, My Nini?—se alejó para inclinarse y besar mi mano, luego elevando su rostro para guiñarme un ojo.
No hagas eso, porfa.
—Acepto, noble dama—reí.
Nos tomamos de las manos y me dio una vuelta sobre mi eje para relucir mi vestido. Bailamos y nos reímos entre las dos al ritmo de la canción, como si estuviésemos en una jodida película de Disney romántica.
Todo era malditamente perfecto, no existía otra persona que quisiera estar en este momento o en otro similar, éramos ella y yo, solamente Lisa y Jennie al compás de la música.
Ni siquiera sabíamos bailar bien, pero con ella todo era perfecto, era un mundo aparte.
Estar con ella era sentirse en un mundo aparte, todo lo hacía especial, hasta el más mínimo detalle, ver una película lo hacía especial, comer unas simples tostadas con manteca lo hacía especial, cada cosa que hacía con sus putas manos lo hacía especial. Me hacía sentir en las nubes realmente.
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Tu Misterioso Amor - JENLISA G!P
AcakJennie, una modelo y abogada argen-coreana de 25 años, desempleada y con una gran lista de deseos, decide abandonar su país natal, Corea del Sur, para encontrar una nueva oportunidad en Francia y vivir allí, donde conocerá a una joven, con muchísima...