CAPÍTULO 12

44 4 0
                                    

Había pasado aproximadamente una semana desde la segunda amenaza de Joon-ho Mi cabeza no dejaba de doler y de dar vueltas como una ruleta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había pasado aproximadamente una semana desde la segunda amenaza de Joon-ho Mi cabeza no dejaba de doler y de dar vueltas como una ruleta. En mi mente, se reaparecían escenas del momento, el sentimiento de falsa seguridad en mi me sofocaba más de lo que quería.

Mi trabajo.

Mi jodido trabajo estaba en una maldita balanza, ese viejo se llevaría hasta mi último centavo con un chasquido en sus manos de barbie, y de un momento a otro, quedaría en la ruina.

Perdería todo.

Necesitaba descargarme. Mi primera en la lista de descargos siempre era Jennie, pero sé que la preocuparía demasiado y no quiero que le suceda algo, preferí no contarle a ella por su bien. Me llevó a pensar en mi grupo de amigos, Jisoo y BamBam, el grupo A.Μ.Α.

《-----------------------------》

Α.Μ.Α

Yo: Muchachos, hoy en mi casa, 10 p.m.

BamBam: Que apuro, Manobal.

Jisoo: Si si, sabemos que nos necesitas.

《-----------------------------》

Rodeé los ojos al leer sus mensajes y puse en marcha la limpieza de mi departamento. Podría ser millonaria; pero jamás dejaría que alguien trabaje en mi hogar sin que sea de suma confianza. O que directamente, no sea yo.

—¿Para que tanto nos necesitabas?—mis dos mejores amigos abrieron la puerta principal con botellas de vino en sus manos.

Sin emitir ni una palabra, desparramé sobre la mesa de vidrio, el paquete que hace un tiempo Sana me había dejado.

—¿Jennie te gusta tanto que imprimes sus conversaciones?—preguntó Jisoo tomando una de ellas.

—Awww tienes fotos impresas con nosotros, ¿puedo llevarme algunas?—BamBam intentaba guardarse algunas fotos en su bolsillo.

—No estúpidos, necesito descargarme sobre algo importante. Iré al punto, pero no se asusten—suspiré pesado, probablemente no me creerían.

—Embarazaste a Jennie—exclamó la pelinegra.

—¡No! Peor, estoy jodidamente amenazada.

—¡Ja! Quien te amenazaría a ti...

—Joon-ho.

—¿Q-Qué?—gritaron los dos al mismo tiempo—. Es mentira.

—Por favor, no se lo digan a Jen, no quiero que se preocupe.

—¿Pero qué te ha dicho? ¿Te hizo daño?

—No—mentí—. La primera amenaza fue sobre mi "suerte"—hice comillas con mis dedos—. Y esta vez fue con mi trabajo, quiere que me case con Sana...

Tu Misterioso Amor - JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora