CAPÍTULO 8

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Pasé todo el fin de semana en casa de Jennie, relajada, sin gritos de brujas ni escuchar gemidos provenientes de la misma

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Pasé todo el fin de semana en casa de Jennie, relajada, sin gritos de brujas ni escuchar gemidos provenientes de la misma.

Por si se preguntan, no. No me acosté con Jennie, somos mejores amigas, con derechos de vez en cuando, pero solo amigas, entre bromas y bromas. En realidad, es eso lo que considero que somos y que llegaremos a ser, nada más.

Volví a mi oficina a horario laboral correcto para comenzar un "fantástico" día como solían decir los carteles que supuestamente incentivaban, asesorando clientes, releyendo escrituras para verificar si todo estaba correcto y demás.

—Sra. Manobal, el Rey Joon-ho la solicita—avisó su secretaria personal.

Sí, así se hacía llamar en el lugar.

—¿Rey Joon-ho?—abrí un poco su puerta luego de tocar—¿Me solicitó?

—Sí, necesito hablar de algo importante contigo, y antes de que digas cualquier estupidez—hizo unas señas a unos hombres que había a cada lado de la puerta, los cuales, no había notado antes.

—¿Q-qué? ¿Desde cuando tienes guardias dentro de tu oficina?—esos hombres me agarraron de mis brazos fuertemente—. ¡Suéltenme!

—Toma esto como desees. Una sugerencia, un consejo, o incluso amenaza—se elevó de su silla de cuero—. Este sábado que viene le pedirás a mi querida hija matrimonio.

—¿Estás amenazándome?—interrumpí.

—Todavía no entiendo cómo carajos mi hija pudo enamorarse de ti en algún momento, eres una inservible.

—Esto debe ser broma.

—No—me interrumpió—. Escucha con atención: conoces mi nombre de pura suerte, tienes trabajo de pura suerte, vives de pura suerte—me tomó de mis cabellos—. Si quieres seguir con esa "pura" suerte, le pedirás matrimonio a Sana. No quiero quejas. No sabes nada, apenas tienes 26 años de estúpida—me soltó e hizo otras señas a los guardias y me soltaron—. Ahora vete, no quiero ver tu cara de humillada.

Ahora sí que estoy jodida.

No podía quedarme así, acaban de amenazarme, nunca llegue a pensar que llegaría un momento así en mi aburrida vida.

Al menos un poco de drama, ¿no?

La primera persona de mi lista de contactos, o la primera que le cuento mis problemas, es Jennie, así que sin perder el tiempo, decidí hablarle para poder despejarme de este asunto.

Consideré no hablarle del tema a absolutamente nadie por mi bien y el bien de mis cercanos, mucho más el de mi mejor amiga.

Quizás no era una amenaza real, si no... ¿Una consideración oblgatoria sin daños colaterales?

 ¿Una consideración oblgatoria sin daños colaterales?

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Tu Misterioso Amor - JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora