Estuve todo este tiempo de casa en casa, desde la casa de mis padres, los departamentos de mis amigas y el de Chitthip algunas veces, pero aún el vacío que sentí cuando lo ví doblar por esos grandes ventanales borrosos, permanecía.
Por un lado, el padre de Kai tuvo una gran pérdida en su empresa y por ello necesitaba un abogado, ¿Quién mejor que su propio hijo? Por lo que sé, no volvería en dentro de dos meses como mínimo, lo que lastimosamente me alegró luego de recordar aquella noche. Por otro lado, una semana después de su partida, Lisa llamó diciendo que estaría unos días más allí. Aunque las llamadas por Skype eran muy frecuentes entre nosotras, no era lo mismo, ya sea por la mala conexión a larga distancia, por escuchar la voz de fondo de Sana o nuestra necesidad de tenernos junto a la otra.
Exactamente hace cuatro semanas elloas se fueron de París y hace exactamente cuatro días permanecí más en el baño de mi departamento que en mi habitación durmiendo. Con todo el temor del mundo a que mi novio tenga razón, que todo lo que sucedió en aquella noche se cumpla. Hace unos cinco días me realicé un test de embrazado, el cual afortunadamente salió negativo pero mi ciclo menstrual aún no aparecía, considerando que soy regular.
Esta vez en soledad a las 4:30 de la madrugada, con otra prueba volví a realizarlo.
La espera me mataba lentamente.
Positivo.
Mi mundo cayó de nuevo, el sentimiento de ver a Lisa alejarse de mi lado en el aeropuerto se había multiplicado treinta veces más. Mi cabeza ya tenía claro de quién había sido el culpable, lastimosamente.
Lo primero que se vino a mi cabeza fue llamarla, considerando que estaba en Génova y que quizás ya estaba en su quinto sueño, lo necesitaba. La llamé dos veces y a la tercera respondió.
—¿Se podría saber por qué me llamas por teléfono a la madrugada?—preguntó luego de un bostezo—. Interrumpiste mi sueño de belleza.
—¿Lisa?
Mi respiración comenzaba a agitarse más de lo normal, mi vista comenzaba a nublarse y pequeñas manchas negras se aparecieron por delante de mí. Como me había enseñado mi madre, me recosté en el piso y elevé mis piernas contra la pared por un posible desmayo.
—¡¿Qué?!—se sobresaltó al sólo escuchar su nombre—. ¿Por qué lloras, Jennie? ¿Alguien te hizo daño? ¿Estás sola?
Comenzó a hablar tan rápido que solamente su primera palabra había quedado rondando en mi cabeza para poder respondérsela.
—E-Estoy...
—¡¿Estás qué?!—gritó desesperada a la vez que alejaba el teléfono de mi oído.
—Estoy embarazada, ayúdame por favor.
Por unos minutos, lo único que se escuchaba en mi baño y detrás de la llamada eran nuestras respiraciones agitadas y mis sollozos.
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Tu Misterioso Amor - JENLISA G!P
RandomJennie, una modelo y abogada argen-coreana de 25 años, desempleada y con una gran lista de deseos, decide abandonar su país natal, Corea del Sur, para encontrar una nueva oportunidad en Francia y vivir allí, donde conocerá a una joven, con muchísima...