Callaghan Vanderbilt
Me encontré en un dilema que nunca pensé enfrentar. La decisión de confesarle a mi familia, especialmente a mi desalmado hermano mellizo, que una mujer me ha embelesado, o mantenerlo en secreto un poco más de tiempo. Es demasiado pronto para exponerla a las críticas despiadadas que sé que vendrán. Mi familia, a excepción de mi madre, no es conocida por su sutileza o comprensión, y mucho menos Hayden, cuyo único objetivo parece ser ganarse la aprobación de nuestro padre, sin importar a quién tenga que pisotear en el proceso.
Lo sensato, lo común, sería no interferir en el trabajo de Hayden. Dejar que siga su camino sin entrometerme, aunque sé que esto podría significar que Isabella pierda su pastelería, porque la idea de que ella, con su increíble talento y su pasión, quede sin trabajo, me resulta intolerable.
No puedo permitirlo. Hay algo en ella que me ha conmovido profundamente, algo que me impulsa a protegerla, incluso si eso significa enfrentar a mi propia familia.
Aproveché el fin de semana que Hayden estaría fuera de la ciudad, un viaje de negocios que lo mantendría distraído. Fue entonces cuando tomé mi decisión. Me hice con el contrato de la pastelería, dispuesto a financiar todo con mi propio dinero si era necesario. No podía permitir que ella quedara a merced de los caprichos de mi hermano. No cuando podía hacer algo al respecto.
Firmé los documentos, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. Sabía que habría consecuencias, que Hayden no se quedaría de brazos cruzados cuando descubriera lo que había hecho, pero por primera vez en mucho tiempo, sentí que estaba haciendo lo correcto, que estaba tomando una acción que realmente importaba.
Isabella es especial. No sé a dónde nos llevará esto, pero sé que no podía quedarme al margen y permitir que ella perdiera algo tan importante. Ahora, todo lo que queda es esperar el momento adecuado para contarle a mi familia, para enfrentar las críticas y las miradas de reprobación, pero por ahora, estoy satisfecho con saber que he hecho algo bueno, algo que podría marcar la diferencia en la vida de una persona que realmente lo merece.
El viaje de Hayden me dio la oportunidad que necesitaba. Ahora, solo puedo esperar y ver cómo se desarrollan las cosas, preparado para lo que venga, porque Isabella vale cada riesgo que estoy tomando.
Permanezco en mi oficina, observando el horizonte de la ciudad mientras la luz del sol se filtra a través de las ventanas. Respiro hondo, preparándome mentalmente para lo que estoy a punto de hacer. Con un movimiento decidido, presiono el botón del intercomunicador y llamo a mi secretaria.
—Trae conmigo todos los documentos relacionados con la última adquisición de pequeños negocios, por favor.
Ella duda, lo noto en su voz cuando responde. Sabe tan bien como yo que esto podría desatar una nueva guerra entre hermanos, pero no vacila y, minutos después, regresa con las copias. La veo entrar y tomar asiento frente a mí, depositando los documentos sobre mi escritorio.
Empiezo a revisar los papeles minuciosamente, leyendo cada párrafo, cada palabra con detenimiento. Mis ojos se deslizan sobre las líneas de texto hasta que encuentro lo que busco. Mi corazón late con fuerza mientras levanto la mirada hacia mi secretaria.
—Quiero que redactes un nuevo documento —le digo—. Reasignación de propiedad a nombre de Isabella Kensington.
Ella parpadea, asombrada, pero asiente y se pone manos a la obra de inmediato. Sé que este gesto por sí solo no bastará, que necesito más apoyo para que esto se haga realidad. Y hay una persona en particular que podría ayudarme: la matriarca de mi familia.
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Lazos de pecado (borrador)
RomanceSaga Oscura Tentación / Libro IV En esta historia de romance, pasión y cuestiones de lealtades, Isabella Kensington se encontrará enfrentando una elección imposible: seguir los dictados de su corazón o sucumbir a las intrigas del destino. En esta...