Capítulo 27

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Callaghan Vanderbilt.


Desperté días atrás y noté inmediatamente que ella no estaba a mi lado. Me quedé mirando el espacio vacío en la cama, sintiendo una mezcla de extrañeza y preocupación. La mansión Vanderbilt es enorme y es fácil perderse en ella, pero no encontrarla a mi lado me dejó inquieto. Me tranquilicé al saber que mi madre la había llevado de regreso a Manhattan, pero seguía preguntándome por qué no se despidió de mí.

La ausencia de Isabella, su lejanía, me afecta más de lo que quiero admitir. Puedo soportar que tenga cosas importantes que hacer, como cuando se concentra en sus estudios universitarios y no podemos vernos tanto como quisiéramos, pero esta vez se siente diferente.

Es como si ella no quisiera verme, como si algo la hubiera alejado de mí y yo no supiera qué es. Me pregunto si hice algo que la molestara o si hay algo más que no estoy viendo.

No soy tonto. Noté algo extraño entre ella y Hayden. Recuerdo cómo ella se afligió después de ir al baño durante esa cena en la mansión, y cómo parecía incómoda cuando los presenté. Luego, los encontré a ambos solos en una habitación, y la incomodidad de Isabella era palpable. Ahora, mientras intento mantener mi atención en esta reunión, no puedo evitar ver a Isabella recorrer el pasillo, específicamente abandonando la ruta que lleva a la oficina de Hayden.

Soy lo suficientemente caballero como para confiar en ella, incluso a ojos cerrados, por más estúpido que pueda parecer. Prefiero ser un tonto enamorado que un celópata inseguro.

No quiero ser como el resto de mi familia, que siempre asume lo peor y ve traición en cada sombra. Confío en mi novia porque la amo y porque quiero creer en nosotros, pero la inquietud sigue ahí, una pequeña voz en el fondo de mi mente que me dice que algo no está bien.

Intento concentrarme en la reunión, enfocarme en los asuntos empresariales que requieren mi atención, pero mi mente sigue volviendo a ella. ¿Qué fue lo que sucedió entre ella y Hayden? ¿Por qué se siente tan diferente ahora? Mi corazón se rompe un poco cada vez que pienso en eso, pero sé que no puedo dejar que la duda y el miedo me controlen. Necesito hablar con ella, necesito entender qué está pasando.

Mientras intento concentrarme en la reunión con los socios, mis pensamientos siguen volviendo a Isabella. Su lejanía, su silencio, todo me consume. Cada vez que alguien habla, su voz se desvanece en un murmullo mientras mi mente se fija en la imagen de Isabella recorriendo el pasillo, claramente intentando evitarme.

No puedo seguir así. No puedo vivir bajo la angustia de su silencio, de su inexplicable lejanía. Necesito respuestas, y las necesito ahora.

La frustración y la desesperación se acumulan dentro de mí, y finalmente, ya no puedo soportarlo más. Me disculpo bruscamente con los socios, sintiendo sus miradas de sorpresa y desconcierto mientras abandono la reunión a grandes zancadas. No me importa. Lo único que importa ahora es encontrarla y obtener las respuestas que necesito.

Cruzo el pasillo con pasos decididos, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Llego justo a tiempo para ver las puertas del ascensor cerrándose. No pienso, solo actúo. Con un movimiento rápido, meto la mano y detengo las puertas, abriéndolas de nuevo. Isabella está dentro, y por un momento, el shock en sus ojos es palpable.

—Isabella —digo, tratando de mantener la calma aunque por dentro estoy desesperado—. Necesitamos hablar. No puedo seguir así, no puedo soportar más este silencio, esta lejanía tuya. Necesito saber qué está pasando.

Ella me mira, sus ojos llenos de una mezcla de sorpresa y algo que parece ser miedo, pero no puedo darme el lujo de detenerme ahora.

—Por favor, dime la verdad, —continúo, mi voz temblando ligeramente— lo que sea que haya sucedido, merezco saberlo. No puedo seguir viviendo bajo esta angustia, no sabiendo por qué te alejas de mí. ¿Es por Hayden? ¿Es algo que pasó entre ustedes?

Lazos de pecado (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora