Capítulo 11

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Isabella.


Él es maravilloso, realmente maravilloso. Incluso intentaba esperar algún indicio de que no era perfecto, pero era paciente, caballeroso, respetuoso, tenía la belleza de un ángel, comprendía mis límites y evitaba a toda costa forzarme a algo, siendo completamente diferente a Matt.

Incluso era un insulto para Callaghan compararlo con él, porque aunque siempre manifesté mi desagrado por la gente de su clase, "inhumanos y frívolo", él llegó a cambiar mi respectiva. Era bueno con los niños, parecía llevarse de maravilla con mi hermano, estaba dispuesto a cualquier cosa antes de cancelar una de nuestras citas. Jamás esperó algo a cambio, ni siquiera cuando me regaló una maldita pastelería, sus actos parecen ser realmente altruistas.

Estoy perdidamente encantada con Callaghan Vanderbilt. Desde el primer momento en que lo vi, supe que era diferente a cualquier hombre que hubiera conocido. Él es un caballero en todo el sentido de la palabra. Respetuoso, atento, y con una elegancia innata que se refleja en cada aspecto de su ser.

Alto, de buen vestir, siempre impecable con su estilo clásico y sofisticado. Su cabello rubio resplandece bajo el sol, y esos profundos ojos verdes parecen sacados de un cuento de hadas, capaces de desarmarme con una sola mirada.

Sus manos grandes, firmes y seguras, desprenden calidez y seguridad cada vez que entrelazan los dedos con los míos. Callaghan huele delicioso, una mezcla perfecta de frescura y masculinidad, y cuando me besa, me transporta a un lugar donde solo existimos nosotros dos.

Su dulzura y firmeza al mismo tiempo me tienen completamente hipnotizada. Es un hombre en todo el sentido de la palabra, un verdadero caballero, sin ninguna pizca de arrogancia a pesar de provenir de la alta sociedad.

Está claro que fue educado por una gran mujer. Sus modales, su consideración, su forma de hablar y de moverse, todo en él demuestra una educación esmerada y un corazón noble.

Lo más increíble es que, a pesar de su origen, no lo alardea. Su única preocupación es mi bienestar, siempre pendiente de brindarme la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida, una sonrisa que irradia paz y tranquilidad, algo que necesitaba desesperadamente.

Cada vez que entrelaza sus dedos con los míos, que me abraza o me besa, siento una paz inmensa, una seguridad que nunca había experimentado antes. Espero no sonar como una desesperada, pero es la verdad. Callaghan parece intentar ser un caballero y esperar al menos hasta la tercera cita, pero yo no puedo más.

Necesito sentirlo por completo, descubrir lo que esconde bajo esos pantalones. Si todo el resto de él es tan majestuoso, no puedo evitar ruborizarme al imaginar lo que su entrepierna podría ofrecerme. Sé que sería increíble, capaz de hacerme sentir amada y satisfecha siempre lo soñé.

Cada momento que pasamos juntos, cada cita, cada instante compartido, solo alimenta mi deseo. Su paciencia y su respeto me enamoran cada vez más, pero también me desesperan un poco. Quiero que rompa esa barrera, que deje de ser tan perfecto y se entregue por completo. Quiero saber lo que es sentir su cuerpo junto al mío, su piel contra la mía, sin reservas, sin límites. No puedo esperar más. Callaghan me ha demostrado lo que es ser amada y respetada, pero ahora quiero saber lo que es ser suya en todos los sentidos.

Desesperada.

Mis pensamientos vagan constantemente hacia él. No puedo evitarlo. Me imagino cómo sería conocerlo más allá de la barrera de contención que siempre mantenía, la barrera que lo hacía ser un caballero. Sus manos grandes y fuertes recorriendo mi cuerpo, sus gruñidos de placer resonando en mi oído. Me pregunto cómo sería verlo perder el control, dejar de ser el caballero perfecto y mostrarme su lado más salvaje y apasionado.

Lazos de pecado (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora