POR LOS PELOS

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No podía pensar claramente, con él encima de mí y sin ayuda alguna, ya que mis padres se habían ido con sus padres a tomar algo, estábamos solos, y con Jeter y Linda encerrados en el baño dando golpes a la puerta para intentar salir, era imposible pensar razonadamente. Estaba muy pegado a mí como para darle una patada en la entrepierna y mis brazos estaban intentando que no me quitara lo que quedaba de camiseta y sujetador, por no hablar de los pantalones, que todavía no había intentado bajarlos.

Se alejó un poco para bajarlos y no pude evitar que lo hiciera, pero había el espacio suficiente para darle la patada que decidiría que ocurriría. Logré darle en su miembro y cayó al suelo dolorido por el golpe.

Me levanté rapidamente y corrí a la puerta del baño para quitar la silla, donde una vez conseguido Jeter y Linda salieron corriendo a atacar a Miguel, quien al darse cuenta de que dos perros furiosos corrían hacia él, se levantó como pudo y salió de mi casa cerrando la puerta de mi habitación tras de si. Yo me senté en el suelo para comenzar a llorar y acurrucarme en una esquina de mi habitación.

Me desperté tumbada en mi cama, con Jeter y Linda tumbados a los pies de la cama. Mi madre estaba sentada en el pequeño sofá que había, seguía dormida. Cuando iba a salir de la habitación escuché la voz ronca y dormida de mi madre.

-¿A dónde vas?

-A desayunar.

-¿Qué pasó ayer?

-¿Qué sabes?

-Todo. Las cámaras que puso Phil han sido un dinero bien invertido.

-¿Cámaras?¿Qué cámaras?

-Hace unas semanas nos entraron a robar y al no saber quien fue, Phil decidió colocar cámaras por todas partes. No esperaba que volvieras tan pronto, no le dio tiempo a quitarlas. Y ahora estoy segura de que nunca las quitará.

-Entonces, no tengo nada que explicarte. No pasó nada.

-Por poco.

-No pasó nada, mamá olvídalo por favor.

-Le hemos denunciado, y para meterle en la cárcel necesitan que declares.

No me pensé dos veces la respuesta asi que tras dársela me fui a coger algo que desayunar, lo subí a la habitación y tras terminar toda la comida me vestí y salí a dar un paseo sola. Me costó dejar a Jeter y a Linda en casa, después de lo de anoche no se habían separado de mí, en ningún momento. Aunque más me costó convencer a mi madre de que no me iba a pasar nada y de que quería estar sola.

Paseé un buen rato por el parque, no me pasé por casa en todo el día y recibí varias llamadas en las que le expliqué que iba a estar todo el día fuera.

Entré a comer en el primer restaurante que encontré y me senté en la mesa más cercana a la puerta. La comida era bastante buena, no se podía quejar uno. Alguien se sentó en frente de mí y no quise levantar hasta que reconocí aquella asquerosa voz.

-Losiento. Siento lo que te hice ayer, no era mi intención.

-Si piensas que me lo voy a creer, deberías esperar sentado.

Me levanté para irme, pero el gerente me paró:

-Debe pagar.

-Si, paga él.

Y me fuí, sin darles tiempo a que alguno de ellos dijera algo. Caminé por unas calles un poco sucias, con gente que parecía estar pasandoselo genial o algunas parejas que caminaban muy pegaditas. Me acordé de Owen. De todos los momentos que pasamos juntos. Iba sumida en mis pensamientos, al doblar la esquina y dar un par de pasos me choqué con una anciana que se sujetó del brazo de el chico jóven, supuse que ea su nieto.

-Lo siento, no miraba por donde iba yo...

-No te preocupes.

Seguí andando hacia mi casa y cuando llegué mi madre estaba en la cocina con una carta. Cuando me vió me la entregó con una gran sonrisa y al terminar de leerla en mí solo se podía ver frustación. Miguel me había enviado un ramo de flores y con ellas la asquerosa carta que ahora sujeto entre mis manos. Busco el ramo y veo que ya está en un jarrón. Me acercó a él y tras mirarlo unos segundos lo tiro al suelo y salgo de la cocina lo más rápido que puedo, camino al jardín.

Me siento en la amaca y me quedé observando la playa el resto de la tarde, pensando en porqué Miguel no había puesto nombre en aquella carta,seguramente porque mi madre ni siquiera hubiera abierto la puerta sabiendo que era de él.

-¿Por qué has hecho eso?- era Phil.

-No quiero esas flores.

-No sabes de quien son.

-Sí, si lo sé.

Se sentó en la amaca de al lado y me miró serio, con mirada triste y preocupada. Le miré atenta preparándome para lo que iba a decir ya que seguramente sería una charla de esas que te dan los padres.

-La tarjeta no llevaba nombre, no sabes quien ha podido enviartela.

-Papá yo...-no sabía que decir.

-Si te han enviado flores, es 'probable que te envíe más cosas.

-Papá-dije alargando la segunda a. Me encantaba poder llamar así a alguien.-si ese alguien vuelve a enviarme algún regalo y no viene con nombre, tendrá el mismo final que esas flores.

-Creo que te pasas Keyla. Deberías darle una oportunidad a ese admirador.

-¿Y qué pasa si ese "admirador" es Miguel?-me senté en la amaca.

-Pues pasas de él y me lo dices.

-Me voy a dar una vuelta por ahi con Marina. Volveré después de cenar.

-Está bien, ten cuidado.

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Holaaaa. Para aquellas personas que me quieran seguir en el twitter me llamo @rachel5599

tantas personas en el mundo y tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora