Owen

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Caminé hasta la casa de Marina, que ahora no estaba precisamente cerca. Llamé a su piso y tardó un rato en salir, llevaba unos jeans negros con una blusa bastante suelta, que no dejaba ver lo poco que se le notaba del embarazo. En el centro de la blusa había una estrella fugaz con un montón de estrellas a su alrededor sobre el cielo estrellado de la noche.

Necesitaba sacarme el carné de conducir lo antes posible, el camino de vuelta a mi casa iba a ser agotador. Seguimos caminando hasta llegar a una pequeña terraza que estaba casi vacía, pero totalmente llena dentro del local. Nos sentamos en una de las mesas, pedimos un par de tapas junto con las bebidas y cuando por fin nos trajeron todo comenzamos a hablar.

-Estando sentada se te nota más el embarazo.

-Ya. Tampoco se me nota mucho, solo llevo dos meses y medio.- estiró la blusa mientras decía esto-todavía tengo tiempo de echarme atrás.

-¿Vas a echarte atrás? ¿Vas a abortar?-grité un poco al decir esto, lo bueno es que nadie me escuchó.

-No lo sé, soy muy jóven. Por una parte estoy deseando tenerlo en mis brazos, pero por otra parte...-respiró hondo y se tomó su tiempo antes de volver a contestar.-desearía no tener el bebé y disfrutar de la vida.

-Yo no voy a decir nada respecto a esa decisión. Es tuya, tú decides si tenerlo o no. Pero piensa en lo que pierdes y en lo que ganas.

El resto de la noche pasó rápido y cuando llegamos a un parque cerca de su casa completamente vacío nos encontramos con quien no queríamos. Miguel y Marcos(su amigo) estaban sentados en un banco con unos amigos suyos. Marina me miró cuando me paré en seco al reconocerlo, siguió mi mirada y cuando se dio cuenta de quienes eran, me miró y entendí perfectamente aquella mirada.

Les tenía miedo, y se veía en su cara. El único camino por el que llegar a su casa o a la mía era pasando aquel parque. Empezamos a caminar con paso acelerado y cuando casi llegamos a la salida se dieron cuenta y corrieron hasta nosotras poniéndose en medio, impidiendonos poder cruzar la calle.

Marcos notó que Marina está embarazada ya que le tocó el vientre y lo apretó un poco, lo que hizo que ella soltara todo el aire y se pusiera más nerviosa de lo que estaba. Miguel en cambio, me miraba con lástima y creo que quería hablar conmigo.

-¿Podemos hablar un momento?-me dijo

-Losiento chicos tenemos un poco de prisa.-cogí del brazo a Marina y antes de que pudiera dar un paso Miguel se acercó a mí e impidió que nos movieramos.

Asentí y me indicó que fueramos al banco donde estaban sentados. Miré a Marina quien me suplicaba con la mirada que no tardara mucho y me diera prisa. No solo a ella le ponía nerviosa esta situación, yo quería salir de allí coriendo.

Me senté en el banco y me quedé mirando al suelo, él se sentó en el respaldo del banco y comenzó a hablar.

-Losiento.-le miré-Por lo del otro día. Losiento.-volvió a disculparse-No sé que me pasó, ¿podemos empezar de nuevo?

La pregunta del millón. Parecía un chico agradable, con futuro,pero no iba a perdonarle asi como asi, despues de lo del otro dia.

-No.-me miró a los ojos con tristeza y creo que estaba cabreado.-después de lo del otro día... ni lo sueñes.

-No te voy a volver a hacer daño-su tono cambió de uno amable y dulce a uno serio y violento.-Confía en mí.

-Losiento, pero no y tengo que irme asi que...-dije levantándome del banco-suerte en la vida.

Se levantó y en un abrir y cerrar de ojos me había llevado cerca de un callejón tras unos cubos de basura. Intenté separarme y gritar, pero no podía debido al golpe que me había dado con el bordillo de la acera, que me había dejado un poco desorientada.

Me puse a pensar en Marina, en si estará pasando por lo mismo, o si habrá tenido la suerte de huir. Ojalá Kevin haya salido y de vuelta se la hubiera encontrado, la hubiera salvado y me estuvieran buscando.

No sé en que momento, algo o alguien me quitó a Miguel de encima y le dio tal paliza que apenas se movía en el suelo.

Ese alguien me ayudó a levantarme y me metió en un coche, no sé donde me llevaría, pero me alegro de que me hubiera salvado.

Me desperté en una habitación que no reconocía, estaba tumbada en una cama bastante amplia, que no era nada comparada con la habitación. Me incorporé como pude y me senté en la cama mientras observaba cada detalle de la habitación. Me dolía la cabeza un poco, me toqué la frente y noté una pequeña venda, supongo que sería por la herida que me causó el bordillo de la acera. Sabía que alguien me miraba desde la puerta puesto que veía unas deportivas y aunque no quería levantar la mirada lo hice al reconocer su voz.

-¿Estás bien?-me preguntó.

Levanté la mirada despacio y le fui observando poco a poco. Miraba cada detalle de sus zapatillas de onitsuka tiger, de sus vaqueros desgatados con su cinturón sujetándolos y de su camiseta con la frase sigue tu camino y mira al frente en el centro. Me paré cuando llegué a su rostro.

Ni siquiera me lo creía, que él estuviera aqui conmigo, bueno en España, era algo que no me creía. Abrí la boca un par de veces, pero no se escuchó ninguna palabra. Tardé varios segundos en asimilar que él estaba aquí conmigo y necesité pronunciar su nombre en alto para asegurarme de que realmente, él estaba aquí y no era un sueño.

Y aún respondiéndome, no me creía que él estuviera aquí.

-Si soy, yo.- creía que nunca volvería a escuchar esa voz tan encantadoramente sexy y cariñosa que tanto anhelaba.

-Owen.

tantas personas en el mundo y tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora