Kill Me || Sungsun

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Sunoo llevaba un lindo abrigo blanco y se había teñido su cabello rosa. Había comprado un tinte por internet de color rojo, pero le llegó erroneo. Aunque le fascinó como el color rosa se miraba en él.
     
—Por lo peligroso que es permaneceremos un corto tiempo allí dentro—dijo Sunghoon observando todo desde una distancia considerable en su auto color negro—, aunque no lo parezca, las multitudes son buenas para asesinar a alguien.  

Sunoo sonrió enormemente al ver a las mujeres pasar con sus elegantes bolsos y costosos accesorios.
  
—Estoy ansioso por entrar.  

—Por favor, no vayas a retrasar esto, quiero regresar a casa y—Sunghoon pasó una mano por la pierna encima del pantalón de Sunoo—... quiero que sigamos intentando lo del bebé.
     
Sunoo frunció el ceño y miró de regreso a la entrada de aquella bonita mansión.
    
—Ya te dije que uno de los dos debe ser estéril, por eso no hemos podido.

—De igual forma me gusta el sexo contigo.

Sunoo sonrió y se volvió hacia su novio para besarlo apasionadamente.

Se separó del beso y después suspiró.

—Vámonos, tenemos que matar a alguien y después tener mucho sexo.

—Me gusta esa idea—dijo con una enorme sonrisa.  

Claro que la idea de asesinar no le agradaba, pero Sunoo hacía que las cosas que lo atormentan fueran menos dolorosas.
  
En las noches, cuando sus pesadillas le ganaban, él se cubría en los brazos de Sunoo y a veces viceversa.

Ambos fueron tratados por malas personas, ambos sufrían mucho por su pasado e incluso por su presente.

—Sunoo—Sunghoon sostuvo su mano, ya estaban caminando hacia la mansión—te amo.

El pelirosa sonrió.

—También te amo.

༺☆༻

Habia mucha gente con demasiado poder, el hombre que estaba de pie hablando sobre cómo el mundo cambia.

Ese hombre había sido acusado de muchas cosas, pero la que más destacaba era la de pedofilo.

No había pruebas porque logró eliminar todo, también había rumores de canibalismo. Eso sólo era un rumor.

Sunoo apretó la mano de Sunghoon y lo acercó a él.

—Amor, está hablando en palabras clave, habla de una jauría de leones hambrientos en un desierto, esto es malo.

—No entiendo qué signífica, pero no nos harán daño.

—Hoon, no es una fiesta, es una orgía—Sunghoon se quedó con la boca abierta y la cerró inmediatamente en cuanto las luces se apagaron.

Se acercó a Sunoo y le susurró.

—Esto es bueno—Sunoo estaba con la respiración agitada.—No dejes que te toquen o te besen.

—No, no, ¿a dónde vas?—preguntó muy asustado.

—Voy a matarlo, tú puedes robar si es lo que quieres.

Sunghoon se alejó de él dejándolo solo, la gente a su alrededor estaba desvistiéndose hasta quedar con lenceria, Sunoo tragó saliva y se alejó lo más que pudo.

Tropezó con un vestido.

Un hermoso broche de oro con diamantes. estaba tirado delante de él, su corazón se aceleró y rápidamente lo tomó y lo metió en su bolsillo.

Se apresuró a refugiarse en una esquina observando todo desde la oscuridad. No era excitante ver personas teniendo sexo como animales salvajes, un hombre pasaba cerca de ahí y les ofrecía bebidas las cuales todos bebían, una bebida estimulante para aumentar el deseo.

Su corazón se aceleró aún más, el hombre miró hacia su dirección y él agachó la cabeza para que no lo descubriera. Se quedó pensando en dónde podría estar Sunghoon. Pronto le preocupó pensar que haya bebido aquella bebida y ahora estuviera con un montón de gente encima de él.

༺☆༻

Sunghoon aceptó el trago y mientras caminaba iba con una sonrisa coqueta, sólo se acercaba a las personas y les acariciaba el mentón. Se quitó el saco y después se encontró delante de una hermosa mujer, sus hermosos ojos verdes le hipnotizaron y sintió sus dedos acariciar la hebilla del cinturón.

Sunghoon, sudoroso, soltó un suspiro y sostuvo sus manos por unos momentos, ella sólo le sonrió y le mostró un cuchillo, el cual posicionó en su estómago.

—No lo vas a matar—le susurró al oído—ya has matado demasiado.

Sunghoon estaba drogado, no estaba muy consciente de lo que estaba sucediendo.

—Es un pedofilo—logró decir entre gemidos, no entendía por qué se sentía tan excitado—, a... este sí lo quiero matar.

La chica empujó un poco el cuchillo y le cortó el estómago. Sunghoon no supo cómo reaccionar, se sentía muy débil, miró el cuchillo atravesarle, pero no sentía nada de dolor. Eso lo aterró porque su camisa de botones blanca se estaba manchando de su sangre. Cubrió la herida y se hincó haciendo presión.

A lo lejos Sunoo miró a Sunghoon encogerse y eso le preocupó. Chocó con la chica de hermosos ojos verdes, su cabello era rojizo y llevaba un antifaz negro de encaje, le dio una mala espina, pero un gemido de Sunghoon le hizo regresar a Tierra y correr hacia él evitando a las personas que estaban cogiendo.

—¡Hoon!—Sunoo lo abrazó.—¡Dios! ¡Sunghoon!

Sunghoon cubrió la boca de Sunoo, la cual manchó de sangre.

—Shhhh...—dijo—estoy bien, llévame a casa, por favor.

Sunoo asintió y lo ayudó a levantarse. Se quejó por la herida, pero él estaba bien. Sólo no sabía y quería saber, quién era esa mujer.