Nueva Misión

179 22 5
                                    

¿Cómo sería la casa de un sicario? ¿Una mansión en medio de la nada? Error, su casa era un departamento, era acogedor y lucía como algo que él nombraría hogar.  
  
Sunghoon lo atendió muy bien, ahora sólo debía descansar para no lastimar su brazo.

Admitía que le daba miedo quedarse a solas con Sunghoon, él era intimidante, aún desconocía sus intenciones con él y eso le estaba matando del miedo porque si no lo queria matar, temía que lo quisiera torturar.

—¿Dónde pongo tus pertenencias?—preguntó Sunghoon.
    
—Donde quieras, es tu casa.

—Pues las pondré en nuestra habitación—dijo con una amplia sonrisa.

—¿Nu-nuestra? Yo no quiero compartir cama contigo—Sunoo se había puesto rojo de la vergüenza y Sunghoon soltó una carcajada.

—Sólo estoy molestándote. Dormiré en mi otra habitación.  

Sunoo asintió y una tímida sonrisa se asomó en sus labios.
 
—Gracias por traerme aquí. 

—No es nada, este lugar está solo y la verdad es una linda casa, ¿no te parece?

—Si es muy linda, esos cuadros bordados me recuerdan a mi antigua casa.

—Así que sí tenías casa—dijo con curiosidad. 

Sunoo ya no quiso hablar más, mejor giró su cabeza ignorando a Sunghoon y su curiosidad por saber sobre él.

—Fue una vida aburrida así que huí de ella fue lo único que se permitió decir.

Sunghoon asintió y miró su celular el cual tenía muchos mensajes de Jay.

—Parece que estoy en problemas—mencionó y con una sonrisa se despidió de Sunoo.

Él se quedó mirando todo a su alrededor. Incluso se atrevió a levantarse y explorar la casa, ahora que Sunghoon había salido.

Curiosamente no había ninguna fotografía, solo cuadros bordados y muy bien hechos.

Había un hermoso atardecer en uno, se miraba difícil. Se preguntó si Sunghoon hacía todo eso, realmente era bueno en eso.

༺☆༻

—¿Sí?

—¿Dónde has estado?—preguntó el hombre detrás del escritorio. Park Jay, era un hombre hermoso sin duda, pero así de hermoso, también era un maldito, en especial con Sunghoon, todas las razones por las cuales lo odia y desprecia tienen (para él) validación. 

Sunghoon no merecía ser feliz, él le quitó su felicidad, pero eso no lo sabía él. Sunghoon vivía pensando en una deuda inexistente, cuando en realidad era una venganza de su medio hermano.

—Estaba buscando a los hombres que intentan matarme, ya van cinco hombres que he asesinado de los que me persiguen y necesito que te encargues. 

Jay golpeó su escritorio repetidas veces con su pluma y soltó una carcajada.

—¿Ahora tú me das órdenes?—preguntó con una sonrisa burlona—. Aún tienes una deuda pendiente conmigo, no lo olvides.

—Pues si me matan esa deuda no podrá ser pagada.

Jay lo miró serio y entrecerró los ojos.

—Lo voy a pensar—dijo, pero antes recargó en sus codos en el escritorio y miró con sospecha a Sunghoon—. ¿Estás ocultando algo?
 
—¿Qué podría ocultar?

Jay se quedó mirando un momento más a Sunghoon, pensando en si con eso podría hacerlo hablar, pero él mantuvo su postura seria y segura. No estaba ocultando nada.

Kill Me || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora