Kill Me || Sungsun

Buscando

Jake estaba metiendo códigos en la computadora. Sunoo confiaba en Jake aunque parecía tener problemas con lo que hacía. 
 
Ver a Jake escribir cosas se volvió aburrido, miró a Sunghoon quién estaba caminando por toda la casa observando las fotografías y tocando algunas decoraciones de Sunoo.

De sólo saber que estaba ahí se le había revuelto el estómago.

—Tienes un hijo muy lindo—dijo enternecido tomando un cuadro con una foto de Jungwon. Sunoo fue hasta él y le quitó la foto.
 
—Sí y no gracias a ti.

—Jamás quise irme.

—Pudiste llamar.

—No quería meterte en problemas.

—¡Estar contigo ya era un problema!

Ambos se miraron por unos momentos y Jake habló llamando la atención de ambos.

—Aquí está.

Se acercaron a ver, para su desgracia la cámara no les grabó el rostro, estaban vestidos como electricistas y así fue como lograron subir y pasar desapercibidos.

Sunoo estaba destrozado. Sunghoon no los conocía y la grabación era de muy mala calidad para detectar las placas.

—Síguelos—dijo Sunghoon—. Hackea todas las cámaras de la ciudad—Jake se giró en su silla y comenzó con la acción.

—Veré qué puedo hacer.

Sunghoon acercó a Sunoo a su pecho para que llorara en él. Y él así lo hizo, se sentía muy mal. No sabía con quién ni dónde es que su hijo se encontraba.

—¿Por qué?—dijo entre lágrimas.

—Voy a matar al que lo haya hecho.

Sunoo abrazó a Sunghoon y suspiró volviendo a sentir aquel sentimiento de hace mucho.

No lo podía dejar de amar, aunque estaba enojado con él, pero ahora necesitaba de alguien en quién sostenerse y Sunghoon estaba listo para ser ese alguien.

Besó su frente, ambos se miraron a los ojos y acortaron su distancia.  

—Esto va a tardar bastante—dijo Jake interrumpiendo a la pareja. Sunoo se separó de Sunghoon y limpió sus lágrimas. 

—Está bien, Sunghoon y yo saldremos a buscarlo.

༺☆༻

Sunghoon llevaba a Sunoo en su auto, ambos observando a todos lados por si aparecía el vehículo en el que se lo habían llevado.

—¿A dónde me llevas?—preguntó Sunoo.

—Iremos con los Kang.

—¿No son ellos los que intentaron matarte hace tiempo?

—Sí, pero no pueden matarme ahora. Creo que Jay llegó a un acuerdo con ellos.

—¿Y ellos tienen a mi hijo? ¿Por qué tendrían a mi hijo?

—No sé, pero si fue la mafia posiblemente ellos sepan, ¿quién es el padre?

Sunoo frunció el ceño y gruñó.

—No tengo idea.

—Quizás un hombre peligroso por eso lo tienen—Sunoo se removió en el asiento incómodo.
 
—¿Cambiaste el asiento?

—Sigue siendo el mismo en el que te hacía el amor.

—Mejor cállate.

Sunghoon sonrió y siguió manejando.

Al llegar, la puerta estaba cerrada y no había ningún auto como el del video.

Sunghoon tocó la puerta, esperando a que la abrieran.

Se asomó por la cámara y saludó.

—Hola, soy Park Sunghoon, hermano de Park Jay.

La puerta se abrió. Sunghoon entró con confianza al lugar, pero Sunoo iba prevenido mirando hacia todos lados.

No era una bodega como lo que parecía anteriormente el cuartel de los Nishimura, este era una casa.

Con un hermoso jardín, algo que alguna vez Sunoo deseó tener.

—Parece que Jungwon no está aquí—dijo Sunoo.

—Voy a preguntar por información.

Sunghoon entró a la casa seguido de Sunoo. Había varias personas vestidas de traje.

Sunghoon se acercó hasta aquel hombre que jamás había podido ver, sólo sabía que lo había mandado a matar.

—¿Cuando regresaste?—preguntó el señor Kang. Un hombre bastante anciano.

—Hace poco. 

—Se ven formales, ¿vienen de alguna junta?

No podían perder el tiempo con formalidades, así que decidió ir al grano.

—¿De casualidad tu gente no se llevó un niño de un departamento?—preguntó Sunghoon.

—No—dijo serio—, nosotros no secuestramos niños y tampoco he escuchado algo sobre un secuestro.

Había sido una pérdida de tiempo, pero al menos sabían que los Kang no tenían relación.

Subieron al auto y Sunoo se puso a llorar debido a la impotencia de no saber en dónde estaba su hijo, y tampoco de saber si estaba bien.

—Lo vamos a encontrar—dijo Sunghoon.

Su celular sonó. Sunghoon respondió al ver que era Heeseung.

—¿Bueno?

—¿Está muerto?—preguntó Heeseung.

—Sí—respondió.—Ya no lo volverás a ver nunca más.

—¿Traes el dedo?

—Sí, lo corté en pedazos y te traje un dedo.

—También les tengo un regalo por ayudarme.

—¿Qué es?—puso los ojos en blanco.

—Es un niño, ¿es cierto que pagan bien por ellos?

Sunghoon se quedó sorprendido por unos segundos y después parpadeó varias veces. No había duda, era Jungwon.

—Gracias—respondió.—Sí, nosotros nos encargamos de él.

—Te sirve para vender, ¿verdad?

—Sí, voy a pasar por él. Lo quiero vivo.

—Okay.

Heeseung colgó y Sunghoon miró a Sunoo quién esperaba informes.

—Heeseung lo tiene.

Sunoo se preguntó cómo es que Heeseung sabía que tenía un hijo, si Sunghoon no tenía idea. Había algo que no le cuadraba.

—Vamos—dijo Sunoo—lo voy a matar yo mismo—al parecer Heeseung era un completo demente, Sunoo aún le sorprendía a los extremos que ha llegado.

—Solamente iré yo, y en cuanto tenga a Jungwon los llevaré al aeropuerto.

Sunoo suspiró no muy convencido, pero aún así aceptó.