Kill Me || Sungsun

Disparo

Sunoo sabía lo que sucedería después, posiblemente muera, pero si eso pasa sabe bien que Sunghoon podrá matar a su hermano y su hijo se quedaría con él.
 
Alguna vez se preguntó cómo sería la vida de su hijo creciendo con ellos dos como padres. Su hijo los odiaría.
   
Sunghoon un asesino y Sunoo un ladrón.

Él nunca se sintió buena persona, porque a diferencia de Sunghoon, Sunoo podía asesinar a alguien y no arrepentirse, mientras que Sunghoon rezaba en las noches por las personas que ha asesinado.

Nunca se arrepintió de matar a su padre, tampoco cuando estaba con Sunghoon que le ayudó a asesinar. Porque fue criado para que no pudiera sentir nada. 

Pero Sunoo sí sentía, él pensó que nunca podría hacerlo, pero sintió algo cuando conoció a Sunghoon y cuando tuvo a su bebé en sus brazos. Se dio cuenta que es una persona muy emocional, su cuerpo se llenaba de emociones que muchas veces no sabía controlar.

Cerró sus ojos sintiendo cada disparo impactar sobre su cuerpo con cada paso que dio.

Sunoo miró a su hijo acostado en el suelo.

Se hincó y observó su camisa teñirse de rojo, después levantó la mirada y miró a Sunghoon sobre su hermano. Lo había agarrado de la cabeza y lo estrelló en el piso varias veces.

Nunca lo había visto así de enojado. Sunoo esbozó una sonrisa al ver a su hijo moverse entre su sueño y se dejó caer al suelo.

Se quedó mirando a Sunghoon. Por alguna razón no sentía dolor y tampoco tenía miedo de morir. Estaba feliz de haber visto a Sunghoon y que su hijo estuviera sano.

Confiaba en que Sunghoon lo cuidaría.

—¡Papi!    

Sunghoon soltó a Jay y se regresó hacia Sunoo. Le dio vuelta y lo levantó un poco.

Sunoo estaba pálido.
  
—Te voy a llevar al hospital—dijo Sunghoon intentando cargarlo. Sunoo sujetó su brazo.

—Mejor llévatelo—dijo hablando del pequeño somnoliento que estaba en el piso.

Sunghoon negó con la cabeza, se levantó, cargó a Jungwon y se fue corriendo a su auto. Le puso el cinturón de seguridad.

Jungwon aún seguía un poco dormido.

Se regresó por Sunoo. Lo cargó con cuidado y otra vez regresó a su auto.

—¿Qué haces?—preguntó. Sunghoon no lo dejó hablar y le cerró la puerta. Se subió rápidamente al auto.—Sunghoon—Sunoo dijo con su voz tranquila—no vas a llegar, déjame morir.

No contestó y manejó hasta el hospital más cercano.

Sunoo fue atendido de inmediato y Sunghoon se quedó con Jungwon en la sala de espera. Jungwon aún no despertaba por completo, a veces decía palabras sin sentido y luego volvía a dormir.

Tuvo que mentir diciendo que alguien los quiso asaltar para no levantar sospechas de nada, porque sabía que en cualquier momento encontrarían los cuerpos y verían las cámaras donde aparecen ellos.

El médico dijo que Sunoo estaría bien y eso lo había calmado. Por suerte, ninguna de las balas había tocado algún órgano, sólo que sí perdió bastante sangre, pero ahora estaba estable y había pasado casi un día cuando le dijeron que podía mirarlo.

Sunoo estaba acostado mirando el techo.

Sunghoon se acercó hasta él y le dio un besó en la mejilla.

Sunoo lo miró con ceño y después enterneció su mirada al ver a su hijo extenderle los brazos.

—Papi necesita descansar—dijo Sunghoon y después apretó su naricita haciéndolo reír—
¿No era muy especial con las personas? Ha estado jugando conmigo—mencionó y Sunoo rodó los ojos.

—Sólo tuviste suerte.

—¿Cómo te sientes?—preguntó Sunghoon y dejó que Jungwon abrazará a su papá.

—Me siento mejor—dijo Sunoo acariciando el cabello de su hijo—supongo que aunque tengas la oportunidad de deshacerte de mí, nunca lo harás.

—Jamás—dijo atreviéndose a besar a Sunoo. Jungwon empujó con su manita el rostro de Sunghoon, ambos rieron, pero a Jungwon no le dio gracia.

—¡Mio!—advirtió.

—Todo tuyo—dijo Sunghoon con una enorme sonrisa, pero después su rostro se volvió serio—. ¿Crees que puedas correr?

—¿Correr?

—Van a encontrar los cuerpos. La ama de llaves no tarda en llegar a su casa—explicó Sunghoon—. Heeseung la mencionó cuando me explicó el asesinato.

—Es verdad, ¿qué horas son?

—Son las 7:10

Sunoo tragó saliva.

—Tenemos que irnos ya.