Aburrido

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No pudieron continuar igual que antes, Sunoo a veces lloraba en las noches desconsoladamente y después le pedía a Sunghoon que acabara con ese dolor teniendo sexo duro.   

Le daba mucho miedo perder a Sunoo así que lo que hizo fue cuidar de él, pero fue por poco tiempo ya que después de dos semanas Sunoo ya estaba de vuelta en pie, sólo que ahora no parecía tener los pies en la Tierra.

Sunoo estaba recargado en el borde de aquel edificio en el que su novio se asomaba para dispararles a los de los Kang. 

—Estoy aburrido—dijo Sunoo—¿y si tenemos sexo aquí arriba? 

—No puedo hacer eso, Sunoo, estoy trabajando y ya sabes cómo se pone Jay si algo no sale como él lo espera.

Sunoo volvió a suspirar mirando por el balcón y después miró a su novio. Los hombres habían salido de un bar era el momento perfecto para dispararles, pero Sunghoon siguió parado sin hacer movimiento alguno. 

—¿Qué haces?—preguntó Sunoo—¡Mátalos! ¡Están justo ahí!

—Necesito que estén más lejos para no ser visto—explicó—no soy un asesino abierto, Sunoo.

—Eres un aburrido—dijo soltando un bostezo—¿qué harías si me meto con ellos?

Sunghoon disparó con precisión en la cabeza de cada uno de los hombres que estaban allí caminando. Bajó su arma y miró serio a su pareja. Sunoo asintió con la cabeza mordiéndose el labio.

Su mirada era oscura, aquel comentario lo había puesto de malas por lo que Sunoo pudo deducir. "Él mataría por mí".

Se acercó a su rostro y lo besó apasionadamente. Ambos besándose en aquel techo siendo víctimas de su propio deseo, Sunghoon lo llevó hasta la pared y lo embistió en ella.

Le tapó la boca mientras lo embestía, Sunoo babeó su mano y cuando terminó se quedó adentro por unos segundos. Sunghoon lo abrazó por detrás y besó su cuello varias veces.

—Fue aburrido?—preguntó con la respiración agitada. Sunoo se separó de él y lo miró a los ojos con sus labios hinchados.

—Siempre lo ha sido—apretó su nariz y se subió el pantalón—Andando, tenemos que salir de aquí.

Sunoo se metió primero por las escaleras y Sunghoon se quedó parado mirando hacia dónde se había metido Sunoo. Su corazón le dolió.

༺☆༻

—¿Dónde conseguiste a esta preciosura?—preguntó Niki quien abrazaba fuertemente a Sunoo de la cintura, el cual estaba sentado en sus piernas riendo y drogándose.

—En ningún lado—gruñó Sunghoon.

—Claro que sí—habló Sunoo con un tono divertido.—Anda Sunghoon, dile como me encontraste en la basura y después decidiste llevarme a tu casa para tenerme encerrado mientras complacía tus deseos.

—No fue así—dijo Sunghoon molesto.

—Es verdad, íbamos a tener un niño, pero él lo mató—se encogió de hombros—. Da igual, lo iba a matar tarde o temprano.

Sunghoon ya no le respondió, Sunoo parecía tan diferente los últimos meses. Salía de la casa diciendo que se iba a suicidar y regresaba drogado con varios chupetes. Sunghoon estaba molesto, tal parecía que su novio ya no era más su novio, sino un simple chico con el que tenía sexo.

—No venimos a eso, venimos para que nos digas qué sucedió con los hombres que envió Jay—le apuntó con el arma y se paró sin dejar de apuntarle—. ¿Por qué la droga no llegó?

Niki lo miró pensativo y después mostró una sonrisa.

—Si fui yo, no podemos haber dos en este negocio—Sunghoon sintió un arma detrás, alguien le estaba apuntando.

Sunoo bostezó y abrazó a Sunghoon.

—De pronto esto se convirtió en una emboscada—dijo Sunoo y sacó también él un arma, pero a diferencia de Sunghoon y del otro sujeto, él les disparó sin necesidad de amenazar y en cuanto sonó el disparo Sunghoon tiró del gatillo y mató a Niki.

Sunghoon se volteó hacia la puerta y comenzó a disparar a todos los que se atravesaran y Sunoo igual. La mafia de los Nishimura había muerto o al menos eso se esperaba.

༺☆༻

—Parece que no la estás pasando bien—observó Jay a su hermanastro—, tuvimos mucha suerte de poder matarlos, lo malo es que lo que perdimos no lo recuperamos. Sólo nos falta deshacernos de los Kang y podremos tener todas las plazas.
 
Miró con una sonrisa a su sicario haciendo que le diera un escalofrío.

—Los Kang tienen bastante gente, han incluso asesinado a familias enteras, nosotros no hacemos eso—dijo Sunghoon—. Podemos ser felices con lo poco que tenemos.  

—Sí, pero esto es lo que mi padre quería. Los Park liderando esta ciudad, es casi una realidad y todo es gracias a mí. 

—Claro, estar sentado debe ser de mucha ayuda.   

—Sin mí, tú no lo hubieras logrado—alardeó y se levantó a observar la fotografía de su padre, que estaba colgada en la pared, con mucho respeto.—El día en que estemos arriba podrás irte.

Sunghoon lo miró con un rayo de esperanza.

—¿De verdad?—preguntó con mucha ilusión.

—¡Claro! Sabes que soy un hombre de palabra, pero si me fallas, te voy a hacer pagar.

¿Hacerlo pagar? Pues al parecer no perdería nada intentándolo.

De igual forma los Kang lo estaban investigando, varias veces ha tenido que matar a varios de ellos porque muchos de ellos intentan matarlo porque saben que es el sicario de los Park. Después de que Jay intentó hacer un trato con los Kang las cosas se pusieron peor. Los Kang no eran socios de nadie y Jay les agarró odio y viceversa.

Llegó a su casa encontrando todo hecho un desastre. Sunoo estaba tirado en el sofá envuelto en una cortina y a un lado de él una botella de vodka vacía.

Iba a ignorarlo como siempre, pero su llanto le llegó a sus oídos y se puso de cuclillas a un lado de él.

—Lo siento—dijo llorando.

Sunghoon supuso que era uno de los efectos del alcohol.

—Está bien, ya estoy aquí.

—No es aburrido—dijo y Sunghoon lo miró sorprendido—, necesito ayuda, quiero ayuda.

—Sunoo...

—No debí, yo nunca debí culparte. Me odio tanto, sólo quiero morirme, quiero desaparecer.

Sunghoon se sentó y acunó el rostro de Sunoo.

—Está bien.

—Merezco que me odies.

—No te odio, bebé, jamás lo haría.

—Sunghoon, incluso ahora, después de todo, eres tan dulce conmigo.

—No pasó nada, estarás mejor, te lo prometo—Sunoo comenzó a llorar.

—Me acosté con otros hombres.

Sunghoon mentiría si dijera que no le molestaba, pero lo amaba demasiado, más que todo lo malo que hizo pudo haberle hecho.

—Está bien—dijo con una sonrisa, a pesar de sentirse mal por eso—no te voy a dejar. Te amo.

Sunoo hizo un puchero y sorbió su nariz.

—Yo también te amo.

Kill Me || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora