Kill Me || Sungsun

Sunghoon

Sunghoon estaba sentado cabeceando debido al sueño, había ignorado todas las llamadas de Jay, sabía que si contestaba lo iba a mandar a matar a alguien, pero no podía irse y dejar solo a Sunoo en su camilla.    

Ni siquiera se sentía capaz de dormir. Quería que Sunoo supiera que ahí estaba él, que siempre estuvo ahí, que nunca le dejó solo.

Fue su culpa actuar de forma inmediata, sin pensar en las consecuencias, no quería poner en riesgo la vida de ambos, pero aún así, no pudo salvar la vida de los dos.

Sabía que Sunoo quería que fuera él en vez de su hijo, incluso él también daría su vida por su hijo, pero jamás daría la vida de Sunoo. Lo amaba y no se imaginaba una vida sin él.

Sunghoon encontró su talón de Aquiles. Sunoo era su talón de Aquiles.

Se inclinó para besar sus labios. Sunoo abrió los ojos poco a poco encontrándose con el rostro de Sunghoon.

La máquina delató su corazón al ver a Sunghoon, miró hacia abajo y toda su felicidad se acabó al ver su estómago plano, miró a Sunghoon buscando una respuesta. Él sólo negó con la cabeza.

Sunoo comenzó a llorar desconsoladamente.

༺☆༻

Mucho tiempo atrás.

Hijo de una madre soltera. Sunghoon había crecido con los Park, él era el hijo de la sirvienta.

Sunghoon limpiaba junto a su madre la casa, pero de un momento a otro su madre ya no era sirvienta. Ella se casó con el padre de Jay.

Una infancia difícil para Jay. Toda la vida le hicieron menos por ser el mayor. Llegó a sentir un odio inimaginable hacia Sunghoon.

Sunghoon jamás se metió en problemas, todos lo querían por ser demasiado lindo, se robaba la atención de todos con su carisma.

Jay lo quería muerto, pero en vez de eso, decidió matarlo en vida.

Asesinó a la madre de Sunghoon diciendo que ella se había suicidado porque le robó dinero a su padre. Jay había sido el único testigo y como es hijo de Park, le creyeron. Después de eso, Sunghoon tuvo que crecer con la familia Park.

Una familia ligada a la mafia donde él debía aprender cómo volverse uno de ellos. Antes se refugiaba en su madre, pero ahora, no tenía nada ni nadie, debió aprender a lidiar con todo él solo.

En las noches no podía dormir por las pesadillas, demasiada gente moría a causa de la familia Park y él debía hacer lo mismo. Sunghoon tenía mucho miedo.

Cuando fue creciendo comenzaron a enseñarle a usar un arma. Sunghoon tenía catorce años y ya había asesinado a su primera persona. No le alegró.

A los quince años, Jay le dio una pistola en una reunión privada. Él tenía 20 años y ya tenía planes para Sunghoon dentro de la mafia.

—¿Puedes matar al anfitrión de esta fiesta?—preguntó Jay. 

Sunghoon negó con la cabeza.

—No sé hacerlo.  

—Ya has asesinado a alguien antes, esto es más sencillo. Sólo disparale, no necesitas decir más.
 
—No quiero.

Jay lo miró molesto y le puso la pistola en las piernas.

—Mátalo o me aseguraré de que papá se entere.

Sunghoon le tenía mucho miedo al padre de Jay, así que debió actuar.

Aquel asesinato había sido muy difícil. Él guió al señor para decirle que había una entrega para él, el hombre le creyó ya que era conocido de su padre, pero no esperaba que él hombre fuera acompañado de su hija.

Las piernas de Sunghoon temblaban, sacó el arma de su sacó y le disparó justo en la frente. Fue una muerte rápida.

Pero la hija estaba allí, ella estaba aterrada, enmudecida. Sunghoon no la quiso matar, no sería capaz de hacerlo, así que corrió hasta su familia.

Jay le dio golpecitos en la espalda felicitándolo.

—Papá, Sunghoon lo hizo—dijo Jay. Su padrastro lo miró.

—Eres bueno, ya es el segundo—acarició su cabello—, estoy orgulloso.

Sunghoon sonrió, su padrastro nunca le había dicho eso y se sintió realmente bien, pero la sensación no fue por siempre.

Después de su muerte, Jay quedó en el poder y lo manipulaba con una deuda, pero la realidad era que Jay estaba celoso de su hermanastro, por culpa de su madre él fue ignorado muchas veces por su padre.

Odiaba la atención que tenían ellos siendo ajenos a su familia.

—Sunghoon, ahora que mi padre no está, tú serás mi sicario—Sunghoon lo miró con ceño—. Tu madre debió pensar bien antes de suicidarse y dejar una deuda inmensa. Siempre fue una ladrona.

Sunghoon se quedó sin expresión. Odiaba a su madre por lo que "hizo", pero aún así la extrañaba demasiado. Nunca sintió que perteneciera a algún lugar, nunca sintió que podía sentir algo tan puro como el amor.

༺☆༻

Actualmente.

Sunoo había regresado con Sunghoon a su casa. Seguía molesto con él, pero lo extrañaba tanto, lo odiaba porque ahora lo sentía tan indispensable en su vida.

Sunghoon tenía golpes en todo su cuerpo, eso fue por no haberle contestado el teléfono a Jay. Sunoo estaba satisfecho con eso.

—Amor, te traje flores—dijo Sunghoon entrando por la puerta.

Sunoo levantó la mirada de su libro y lo miró serio.

—¿De qué sirve? Igual se van a marchitar.

Sunghoon suspiró intranquilo y dejó el ramo en la mesa.

—Tienes razón, perdón, para la próxima te traeré algo que puedas comer.

Sunoo cerró su libro y lo miró serio.

—Estoy cansado de esto—dijo Sunoo. Sunghoon se mordió el labio, ¿qué estaba pasando?

—¿Cansado de esto?—preguntó y Sunoo asintió.

—Antes de que pienses algo más, te lo diré. Yo te amo, pero la pérdida del bebé me dejó vacío—Sunghoon asintió bajando la cabeza.

—También a mí, no sabes cuánto desearía que no fuera así.

—No siento que quiera intentarlo de nuevo—dijo Sunoo—no creo poder volver a cargar con un bebé en mi vientre.

—Entiendo y estoy de acuerdo, si no puedes yo no te obligaré—dijo acercándose para besar su mano—¿Ahora qué sigue?

Sunoo pensó la respuesta.

—Siento que estoy destrozado, nada me haría sentir mejor que tener mucho sexo—Sunghoon asintió y besó a Sunoo en los labios lentamente y después se separó para mirar sus brillantes ojos.—Quiero que me rompas y que me destruyas, por favor—pidió—quiero sentir un dolor que me llene de placer.

Sunghoon asintió varias veces y le hizo el amor como muchas veces lo ha hecho, con la excepción de que estaba siendo un poco más rudo.
 
Él también se sentía destrozado, después de todo, había sido culpa suya.