–Pero puede que nos haya recomendado a la competencia y que la competencia sea buena –desearon Rosa.
–Podría ser... Aunque es demasiado optimista por vuestra parte –opinó lúgubre y fue a la cocina a servirse los restos del café.
–¿Quieres hacer otro? –propusieron siguiéndola.
–Sí, mejor tener reservas –consideró Violet–. ¿El agua rosa...?
–Es agua de verdad. Recién creada a partir del aire.
–Pues dejémonos de fingir que sale del grifo –murmuró y les tendió el depósito de la cafetera, que Rosa llenaron con la mano.
–¿Ahora quieres que juguemos a algo? –propusieron amigables.
–Voy a sacar el somier de la pila de basura y hacerme una cama –contestó Violet yendo al sótano.
Pese a no haber sido invitadas, Rosa bajaron también.
–Este sitio es deprimente –comentó la vampira, pero se encogió de hombros y fue a sacar partes de una cama del montón de cacharros acumulados de cualquier manera.
–Tiene un poquito de óxido –señalaron Rosa, aunque lo cierto era que una de las patas estaba totalmente cubierta y retorcida.
–Con suerte, no la usaré mucho –murmuró oscura.
–Puede que en los pisos de arriba haya algún colchón decente –dijeron en un intento de iluminar el ánimo.
–Otro día. Toma la tarjeta. Cuando amanezca, contacta con quien pueda arreglar la electricidad –encargó para despacharla–. El agua también. Y hasta el anochecer no quiero saber nada –remarcó cerrándole la puerta en la cara.
Rosa no se tomaron mal el portazo y subieron a los dormitorios en busca de un colchón decente. Hacía mucho tiempo que nadie entraba en las habitaciones y tuvieron que pegar fuertes empujones a un par de puertas atascadas.
Algunos muebles estaban protegidos por sábanas apolilladas, pero en general el polvo y las telarañas lo cubrían todos. A muchas camas les faltaba el colchón, y los que se conservaban estaban completamente destrozados, a saber por qué.
Fueron pasando de habitación en habitación, levantando sábanas, abriendo muebles y en general curioseando con los ojos chispeando fucsias en la oscuridad.
Hasta que amaneció.
Rosa le echaron un vistazo a la tarjeta y salieron de la mansión. Se internaron en el bosque, que se mantenía tenebroso. Con ritmo jovial, tarareando e incluso pegando saltitos, bajaron a la ciudad a la caza de electricistas.
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Quién tuviera la energía de Rosa... Pero más bien soy Violet (?)

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La Residencia
HumorRollo sitcom de capítulos cortísimos con demonios, vampiras, brujas.. Una colección de personajes basados en un meme de "decidme qué vibes os doy" y que van a compartir casa. Minicapítulo cada día de octubre. Portada por Ana Castillo