dieciocho

57 13 3
                                    

Una semana sin saber de Hueningkai y sentía que su vida se caía a pedazos, la monotonía de su rutina y vida diaria regresó a la normalidad. Ya no había chispa que le hiciera sentir vivo, que le diera motivación o le sacará una sonrisa, todo eso se desmoronó aquella mañana en la que tuvo que salir del hotel sin despedirse de Hueningkai y abandonarlo para no volver a buscarlo. Su corazón se sentía hecho pedazos dejando un enorme vacío en su alma resguardada en lo más profundo de su ser, una soledad que nadie más la podía llenar.

Ni siquiera el hombre por el que había abandonado su ilusión por su querido Hueningkai.

El día se sentía horriblemente pesado, tenía el día libre, ¿pero de qué servía?, si en su hogar igualmente se sentía acorralado y presionado así no tuviera a alguien sobre él mandoneandole, pero con sólo sus pensamientos, se sentía asfixiado. Era hora del desayuno, finalmente estaba tomándolo junto a su pareja después de meses de estar distanciados, eso le hubiera remediado absolutamente cualquier malestar hace unos meses, cuando lo necesitaba. Ahora ya no, actualmente su único alivio sería un abrazo del guitarrista que ocupaba su mente y corazón últimamente.

Picaba la fruta de su plato con los cubiertos, el apetito se le había esfumado hace días, incluso en su mandíbula se creaba un ligero malestar que no le permitía digerir la comida, sus tripas se revolvían cuales gusanos agonizando, las náuseas se presentaban y lo único que quería era salir corriendo a su habitación y no salir de ahí jamás, Hyungwon notó eso, intuyendo que había pasado algo con el tipo de la banda con el que Soobin había salido el día que se desapareció. Él no era tonto y sabía que su ingenuo prometido se había ilusionado de más, sin embargo, sólo estaba en un momento de vulnerabilidad, no sería así toda la vida y el único triunfador, era él.

-hey, ¿qué me dices de esos chicos.. con los que colaboraste?- habló su novio frente a él mientras seguía degustando su comida, provocándole un escalofrío en toda su columna vertebral que le hizo temblar, justamente tenía que mencionar ese tema del que ya no quería saber más. -me gustó la canción en la que participaste, tal vez podríamos contratarlos para nuestra ceremonia.

Se congeló en su lugar, no quería eso, no quería a Hueningkai en su boda, no quería a sus amigos en su boda, no quería casarse con Hyungwon, no quería seguir existiendo.

Sabía que había tocado un punto débil en Soobin. Por lo que continuó con su burla.

-le diré a Minseok.. estoy seguro de que te haría muy feliz, ¿no, cariño?

Las náuseas estallaron, haciéndole correr al baño para devolver el estómago aún sin tener nada dentro.

-¿pueden creerlo?, Soobin es gay y se casará en tres semanas, el mundo es tan inesperado..

-les gané en la apuesta a todos ustedes bola de idiotas.- se burló de sus compañeros, ignorando por completo lo que su manager acaba de decir, haciendo rodar los ojos de Yeonjun y Taehyun aceptando su derrota en su aburrida apuesta, asumiendo la orientación sexual de su ex compañero de trabajo. Mientras el pelimenta se aislaba con la caja de pizza familiar que habían ordenado hace unos momentos, tratando de calmar su ansiedad metiéndose dos trozos de pizza a la boca de forma brusca, ignorando por completo la conversación que los demás mantenían a su alrededor, o al menos de eso se estaba convenciendo.

Sin embrago, su cabeza estaba hecha un enredo. ¿Cómo Soobin tenía el descaro de contratarle para su boda sabiendo todo lo que pasó?

-quiero que se comporten, sólo irán a presentar un par de canciones para la ceremonia, Minseok pidió demasiada discreción.- habló Yoongi.

-claro, porque él debe seguir siendo heterosexual al ojo público.. es una estupidez.- Taehyun rodó los ojos tratando de comprender, ¿qué tenía de malo ser abiertamente gay actualmente?
Todos estaban tan perdidos en la conversación que ni siquiera se habían percatado del estado de ánimo del menor del grupo, quien había estado callado desde hace rato y no porque estuviese degustando la comida que habían ordenado. -hey, ese idiota se ha comido toda la cena.- Beomgyu finalmente se dió cuenta.

-con razón estás muy callado..- Yeonjun a su lado logró arrebatarle la caja de pizza que ahora sólo contenía una rebanada. Suspiró al ver la pobre caja desolada con nada más que migajas, evitaría ser duro con su compañero. -ordenaremos otra, tranquilo Beomgyu.

-me voy a dormir, nos vemos.- dijo sin más, levantándose del sofá en el que había estado poco más de cuarenta minutos antes de haber recibido la llamada de Minseok cotizando su asistencia a la horrible ceremonia de bodas de Soobin, había sido el descaro más grande que cualquier ser humano hubiese ejecutado en su vida. Evidentemente dejó a sus compañeros desconcertados por su inesperada partida, viendo como se retiraba de la sala casi a rastras para encerrarse en su habitación hasta probablemente el amanecer. -¿qué es lo que le pasa..?- preguntó Yoongi.

Taehyun y Yeonjun se miraron mutuamente haciendo una mueca, ellos sabían todo pero no creyeron necesario comentarle a su superior, entre ellos resolverían el problema, Hueningkai sólo estaba confundido.

-sólo está cansado.

Siendo él una figura pública, querido por millones de personas alrededor de absolutamente todo el mundo que lo veían como un ídolo, un ejemplo a seguir, un crush platónico para muchos, ¿tenía que estar pasando por esa decepción amorosa tan horrible?, siendo él tan inalcanzable para muchos, ¿era rechazado?

No se sentía soberano a nadie en el mundo por el hecho de ser alguien famoso y relativamente querido por muchos, sabía que eso no le daba la autoridad de conseguir a la persona que se le antojase como mero capricho, él pretendía dejar fluir las cosas y lograr su objetivo con paciencia y sobre todo, con acciones meramente nacidas del núcleo de su corazón.

Sabía que era humano y que una decepción amorosa podría ocurrirle al más divino ser que haya pisado la tierra. Pero igualmente se sentía tan hipócrita al escribir a puño y letra las canciones de amor más preciosas, escritas con el alma y dictadas por su dulce corazón, siendo un fracasado con el corazón roto viendo como su musa se alejaba para tomar la mano de un hombre para unirse espiritualmente con él, un hombre que ni siquiera lo amaba. O tal vez desconocía lo último, pero lo que sí sabía, es que él era la mejor opción.

Un ciclo de nunca acabar donde fijas el corazón en alguien que ya tiene su corazón fijado en alguien más, sin embargo, el amor no muchas veces es correspondido, no muchas veces es mutuo, no muchas veces es pasional. La gente elige quedarse con la persona que los ama, no con la persona que aman. Una cadena sin fin, repleta de conformistas que ya no buscan el amor, sólo su seguridad.

Hueningkai creía que nunca más volvería a abrir su corazón a otra persona que no fuese Soobin. Aceptaría ser parte de los pobres conformistas y amaría sin límites a un hombre que no le correspondería por más señales mutuas que le haya dado el tiempo que se dignó a abrirse, así hubiera más de una persona dispuesta a desvivirse por él.

Soobin seguía siendo igual de inalcanzable para él.

rockstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora