diecinueve

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Sus ojos ardían y sus fosas nasales estaban congestionadas mientras el frío de la habitación envolvía su cuerpo, tratando de conseguir un poco de calor encogiéndose en posición fetal sobre su cama, con el corazón hecho pedazos y la mente confundida. Prefería estar en cualquier lugar pasándola mal que pasándola horrible en su habitación, no había dejado de llorar desde la mañana, su novio le preparó un té caliente que no fue capaz de terminarse, la taza de cerámica siendo rodeada por mosquitos en búsqueda de la adictiva azúcar que la infusión contenía, bebiendola en lugar de Soobin.

Su vida había entrado en decadencia y aún no lograba entender, ¿qué karma estaba pagando para que estuviese pasándola así?, después de haberse sentido tan vivo hace tan sólo unas semanas, después de volver a abrir su corazón, no por compromiso, si no por amor, después de haber vuelto a tener motivación, todo había caído de nuevo cual imperio desequilibrado. Hyungwon dormía plácidamente sin importar como le estuvieran carcomiendo sus propios pensamientos y pasadas decisiones, envidiaba el sueño profundo en el que estaba sometido.

Tenía que aclarar las cosas con Hueningkai, no imaginaba lo horrible que se sentiría, le debía una disculpa.

Tenía que aclarar las cosas con Hueningkai, no imaginaba lo horrible que se sentiría, le debía una disculpa

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Suspiró, tenía la leve esperanza de que Hueningkai iría

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Suspiró, tenía la leve esperanza de que Hueningkai iría. Por lo que se levantó de su cama sin hacer mucho ruido y fue a lavarse la cara al fregadero de la cocina para no despertar a Hyungwon, se abrigó y se colocó los zapatos, dispuesto a salir, tomar el elevador e ir a la cafetería que estaba a tan sólo unos pasos de su departamento.

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