veinticinco 🔞

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—¿de qué forma quieres ser mío, Soobinie?

—quiero ser tu novio.. ser tu esposo, ser tuyo completamente.—dijo en un tono suplicante mientras los labios del pelimenta se encontraban en su clavícula, sus manos tentando por romper su ropa y descubrir su piel. —que romántico señor Choi Soobin, formalizar nuestra relación mientras cogemos, felicidades.— se burló aún más de él al morder su cuello con tanta fuerza, recibiendo un sensual gemido por parte del contrario. —espero que la pedida de matrimonio sea igual y lo pidas mientras me la chupas.

Hueningkai simplemente rió por el cínico coqueteo por parte de Choi, acomodándose entre sus piernas para poder callar sus labios con los suyos, hundiendolos en un cálido beso, siendo esa la prueba más evidente de que estaban saliendo oficialmente, se comieron las bocas hasta que sus lenguas chasquearan y las manos de Choi se enredaran en la nuca de Hueningkai, además de sus piernas alrededor de su cintura y sus lenguas entre ellas mismas, llegando a intercambiar saliva en el acto de besarse.

Sus duras intimidades comenzaron a rozar mutuamente debajo de sus ropas debido a la cercanía de la pelvis de Soobin con la de Hueningkai, gimiendo ligeramente dentro del beso que sus hambrientas bocas mantenían.

—¿así lo hacía él..?— se atrevió a preguntar, separándose del rostro de Soobin para sujetar sus firmes muslos y mover su entrepierna simulando bruscas embestidas contra la del vulnerable pelinegro con la columna vertebral casi torcida por la incómoda posición en la que se encontraba postrado en la silla gamer perteneciente a Beomgyu, sin embargo, esto no le detuvo a seguir calentándose por los roces proporcionados por Hueningkai. Negó rotundamente a la pregunta del pelimenta. —era tan aburrido, casi no teníamos sexo..

El guitarrista sonrió victorioso, acercándose nuevamente al pecho de Choi para poder tirar con fuerza el borde de su camisa, tirando todos los botones de la prenda en el camino. Dejando esta vez al descubierto el lechoso pecho del contrario, dedicándose a besar, morder y chupar su piel hasta toparse con sus botoncitos rosados, los cuales se encargó de estimular envolviéndolos con su lengua, teniendo a Soobin un mar de gemidos y jadeos debajo de él, rogando por ser atendido en su zona baja.

El modelo no se quedó con las ganas de sostener firmemente el cabello de Hueningkai con una mano mientras con la otra se encargaba de buscar el cierre de su cremallera para poder liberarse y obligar al pelimenta a que le atendiera como se debía. El contrario se dió cuenta de esto, separándose un poco de los pezones de Soobin para poder ayudarle a tirar sus pantalones hacia abajo junto con su fina ropa interior, volviendo loco al pelinegro por su habilidad de captar los movimientos sutiles de Soobin y entender exactamente qué era lo que quería.

Pronto, su miembro quedó descubierto, Hueningkai quedó fascinado una vez más por el enorme tamaño que este tenía, su rosado glande hinchado pidiendo a gritos ser atendido, el falo había adquirido un grosor mucho más grande que el que normalmente tenía cuando no estaba erecto y sus firmes testículos ligeramente hinchados también, en espera de liberarse por completo. No pudo evitar desviar su mirada un poco más abajo donde se encontró con la pequeña entrada del modelo, sonriendo al ver lo necesitada que estaba.

—¿qué tanto miras ahí?— llamó su atención. Volvió a su lugar como si sólo la voz de Soobin se lo pidiera aún si las palabras fuesen otras, tomó su hinchado miembro entre sus manos y se encargó de bombearlo mientras seguía chupando sus pezones. El modelo por su parte, trataba de retener sus gemidos, no podían hacer ruido si no querían ser descubiertos por sus compañeros, por lo que trataba de ser silencioso, aunque  sinceramente con los magníficos movimientos de la lengua de Hueningkai sobre sus pezones y sus manos moviéndose descaradamente sobre su pene no podía callarse por mucho tiempo, optando por gemir cerca de su oído, deleitando al guitarrista con sus armoniosos sonidos que sonaban igual que una canción compuesta por él.

—carajo, estás tan bueno..— lo hágalo, sintiendo que se iba a correr con sólo recibir ese halago. —ponte de espaldas, ¿quieres?— le dió un último beso en su pecho, animandolo. Se quitó de encima, para dejar mover a Soobin, quien con sumo cuidado se removió en su lugar, se puso de espaldas y se sujetó del respaldo de la silla  levantando ligeramente su trasero para dejarlo a completa disposición del guitarrista. Hueningkai se acercó peligrosamente a él, tomando entre sus manos las caderas de Choi, jadeando gustoso al ver a su amado pelinegro en esa posición. —sé gentil.. por favor.— suplicó al sentir las palmas de Huening bajar por sus nalgas, acariciando suavemente su piel a su paso, el menor sonrió ante la súplica, amaba la sumisión de Soobin en esas situaciones.

Tan sólo dió un apretón en los cachetes de Soobin para después escupir sobre la entrada ajena, recibiendo un suave gemido por parte del contrario, sonrió al ver la espalda de su amante arquearse por el húmedo roce, pronto, acercó sus dedos en el pequeño agujero, donde se dedicó a hacer movimientos circulares con la yema de sus dedos los cuales hacían de Soobin un manojo de gemidos, olvidando que tenían que ser silenciosos a la hora de tener intimidad. Pronto, hundió un dedo en Soobin, jadeando por lo apretado y cálido que se sentía, deseando ya poder meter su necesitada polla.

Por el lado de Soobin, jamás se había sentido así de deseado, de excitado, de amado. Evitaba a toda costa hacer comparaciones entre su ex pareja y Hueningkai, pero es que de verdad nunca se había sentido así de bien, Hyungwon apenas y lo tocaba, sintiéndose inconforme a la hora de hacerlo, mientras que Hueningkai era tan caballeroso a la hora de hacerlo, lo sentía tan experimentado, él se sentía cómodo al entregarse a Hueningkai.

—¿sabes?, aún se me hace irreal todo esto.. siempre estuve enamorado de ti, pero eras tan inalcanzable para mí..— se sinceró mientras seguía metiendo sus dedos dentro de Soobin. —¿inalcanzable..?, ¿acaso sabes quién eres tú?, puedes tener a las chicas que quieras que sólo se mojan con tu forma de tocar la guitarra..

—pero no las quiero a ellas, te quiero a ti y aún no puedo creer que te esté cogiendo en mi habitación..

—pues creelo.. ¡mm, Dios Santo!— gimió por alto al sentir los dedos de Hueningkai abandonar su interior, sonriendo victorioso al escuchar la hebilla del cinturón de Hueningkai caer al suelo, seguido de probablemente sus pantalones. —quédate quieto, mi amor.— susurró detrás de él, el pelinegro sólo sintió como su cintura era sujetada con fuerza, preparándose para lo que vendría.

Hueningkai bajó su ropa interior, liberando su ya necesitada longitud, escupió en la palma de su mano para restregar su propia saliva en su falo, jadeando ligeramente por el roce, de verdad estaba tan sensible. Pronto, arrempujó su grueso falo dentro de la cavidad anal de Soobin quien sólo se limitó a gemir al sentirse completamente lleno, callandose al morder fuertemente el acolchonado respaldo de la silla de Beomgyu, dejando probablemente sus dientes marcados en la funda. Se sujetó lo más fuerte que pudo, sintiendo como su interior se llenaba y se vaciaba a la vez, sintiendo explícitamente como los testículos del pelimenta chocaban contra sus nalgas creando el sonido más armonioso posible, acompañado de sus gemidos y los de Hueningkai.

La silla estaba siendo sacudida con su cuerpo siendo embestido por Hueningkai detrás de él y con esto, la habitación se había llenado de todos los ruidos posibles y a este punto probablemente los chicos en la otra habitación ya tendrían demasiados traumas acumulados en sus cabezas.

Pero tenían la solución ideal para bajar la intensidad de su ruido. Por lo que el pelimenta como pudo, volteó el esbelto cuerpo de Choi quedando esta vez, frente a frente, corriendo a sus labios una vez más para poder ahogar sus gemidos en un ardiente beso donde sus lenguas mantenían una batalla dentro de sus bocas mientras Hueningkai se sentía aprisionado con las piernas de Soobin encima de sus hombros, dándole toda la libertad de seguir sometiendo su culo con fuerza hasta hundir toda su longitud dentro del modelo.

Un par de embestidas más bastaron para que el guitarrista finalmente liberará su esencia dentro de la cavidad anal de Choi, quien al sentirse húmedo por dentro además de todo el éxtasis acumulado en todo su cuerpo no pudo evitar correrse también. Ambos se miraron fijamente, teniendo la respiración agitada por la actividad física en la que estaban sometidos, tratando de regular su respiración mientras sus cuerpos aún liberaban espasmos musculares.

—entonces, ¿puedo ser tu novio?

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