doce

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Sus labios no frenaron en ningún momento, ni siquiera supo como su cuerpo había actuado demasiado impulsivo para ahora encontrarse encima de Hueningkai comiéndole la boca de una forma mucho más salvaje, nada comparada a como comenzaron. Sabía que estaba haciendo algo malo, sabía que ese beso había dañado toda barrera de amistad y confianza entre ellos y que ahora nada sería igual, sabía que él tenía una pareja a la cual respetar, sabía que tenía una carrera y reputación que procurar, pero pareciera que no le importaba, sólo quería seguir besando a aquel caliente pelimenta que ya se encontraba manoseando su cuerpo por debajo de su ropa.

Hasta que una llamada interrumpió el momento.

—¿hola?, ¿qué?, ah.. yo.. salí con Sunoo.. ¿qué mierda?, ¿acaso eres mi padre para tener que estarme monitoreando a cada momento?, no necesito que cuiden mi trasero, también tengo una libertad, Hyungwon. Llegaré en un momento, puedes esperarme en casa o largarte a dormir en casa de alguno de tus amiguitos..— al principio sus palabras se enredaron en su lengua, tratando de ser sereno con el hombre que estaba al otro lado de la línea. Lo repudió por haberlo interrumpido.

El pelimenta intentó molestarle paseando sus labios por el cuello del contrario, haciendo que este sobresaltará por el húmedo roce que Hueningkai le proporcionaba. —¡de acuerdo!, estaré ahí pronto, despreocupate y ni se te ocurra decirle a mi madre o a Minseok de esto.. adiós..— colgó rápidamente antes de que soltará un gemido en plena llamada, mirando con ojos asesinos al travieso pelimenta escondido en su cuello dándole caricias a propósito, al parecer le gustaba jugar sucio. —¿q-qué fue eso..?

—¿era tu novio?

—sí.. debo irme..— intentó separarse del agarre que Hueningkai mantenía en su cintura, puesto a que sus manos se lo impidieron. —¿qué haces?, tengo que irme..

—tenemos, ¿no piensas dejarme aquí, o sí?— Soobin negó. —dame un último beso antes de irnos, ¿quieres?

Sus mejillas se colorearon de color carmesí, accediendo inmediatamente sin hacerse del rogar, buscó a Hueningkai, volviendo a unir sus labios en un profundo beso similar al que habían mantenido minutos antes. Hueningkai sentía que estaba en el paraíso, sin haber tenido que pasar un juicio divino después de morir, él había encontrado una manera mucho más fácil de entrar a él, el camino eran los carnosos labios de Soobin, no más. Plantó un último piquito en sus labios, finalmente soltando su cintura para poder dejar de tener cercanía en sus cuerpos.

—bien.. vámonos.

El hecho de haber sido infiel no le dejaba de carcomer la mente ahora que había puesto un pie dentro de su departamento y haber visto a Hyungwon en el sofá mirando la televisión, sin dedicarle ni una sola mirada, sin notar su presencia, sin inmutarse por su llegada. Al besar a Hueningkai no se había puesto a pensar en él, lo había olvidado por completo.

—¿dónde estabas?— preguntó sin despegar sus ojos de la pantalla. —estana con Sunoo, te lo dije por teléfono.

—le llamé a él y tampoco sabía en donde carajo te habías largado. Pregunté en la caseta y dijeron que te habías ido en una motocicleta con un tipo, ¿desde cuándo Sunoo sabe manejar una?

En ese momento sintió sus piernas flaquear, pero rápidamente pensó en algo inteligente. —bien, no estaba con él. El chico de la motocicleta es un tipo que trabaja en esa aplicación de movilidad, no pedí un auto, se me hacía tarde y vino ese chico por mí, ni siquiera lo conozco por si ese es tu problema.— mintió.

—¿y con quién estabas?, ¿ya viste la puta hora que es?

—bien, estaba con una chica de la agencia. Me invitó de compras, ella tiene novio y es menor de edad por si también es un problema.— volvió a mentir, esperando convencer a su novio, la verdad es que estaba siendo bastante serio para que sus mentiras no fueran descubiertas. Hyungwon suspiró profundamente, haciéndole señas para que se sentará a su lado, las cuales acató, con pasos cortos se dirigió al sofá donde se acurrucó con su novio.

Hyungwon le abrazo, acurrucandolo entre sus brazos mientras le besaba la frente y jugaba con su cabello. —¿por qué mientes, cariño?

—no quería que te enojarás.. lo siento.

—sabes que puedes salir con tus amigos, pero debes avisarme, tu madre y Minseok estaban preocupados por ti, yo sólo les dije que estabas dormido.. pero no vuelvo a cubrirte de esa forma, ¿bien?, no vuelvas a mentir.— se acercó a su rostro para poder frotar sus narices en un dulce beso de esquimal, cerrando con un beso en los labios.

Había esperado ese momento desde hace mucho, finalmente tiempo de caridad con su pareja.

Y ahora sus sentimientos estaban hechos un enredo, su cabeza se sentía como una bola de estambre desordenada, enredada, con demasiados nudos por doquier, difícil de desenredar.

Había amado besar a Hueningkai, jamás se había sentido así de amado, así de deseado, así de pasional. El lugar donde habían estado, había sido simplemente mágico, amaba la creatividad de ese hombre para darle esa sorpresa tan grata, algo que jamás se imaginó presenciar o tan siquiera merecer, no entendía como con tan poco podía lucirse, amaba su sencillez, amaba su romanticismo, el haber tocado una canción para él para finalizar con un beso y tocamientos subidos de tono con su total consentimiento, eso lo había amado.

Sin embargo, Hyungwon era su pareja.

Y estaba comprometido con él.

Se sentía el hombre más horrible del mundo por haber besado a Hueningkai, estaba seguro de que ese beso por parte del contrario jamás iba a salir, él era demasiado decente y sabía de su relación con Hyungwon, fue él el que le había besado, pero definitivamente no podía quedarse solamente mirando como Hueningkai cantaba y tocaba la guitarra si se veía tan guapo con ella en brazos, moviendo sus dedos de cuerda en cuerda creando sonidos tan placenteros, probablemente había hecho un pacto con la luna para darle luz e iluminar su rostro, eso le aumentaba mil veces más lo atractivo que se veía.

Ser infiel estaba mal y lo sabía de sobra.

No sabía si hacerse ilusiones o pensar con la cabeza y dejar pasar esa situación.

Soobin le había besado, ¿qué se supone que se debía hacer al respecto?, cuando había venido siendo su crush platónico desde que tenía memoria. Él tenía pareja, tenía una reputación que procurar y seguramente Soobin pensaría que sólo era un simple guitarrista que tenía a las mujeres que quiere que le aplauden su habilidad vocal y su talento para tocar la guitarra con unos acostones en el motel más caro de la ciudad, alguien que no era la persona que solía reflejar en sus letras y melodías.

Le dolería mucho acertar los pensamientos de Soobin.

Su lado más iluso creía que Soobin dejaría a su novio por él, harían pública su relación, Soobin dejaría de modelar, él se convertiría en solista y su inspiración absoluta seguiría siendo Choi, se casarían y formarían una hermosa familia con conejos, peluches y mapaches.

¿Qué debía hacer?, ¿qué había significado ese beso?, ¿qué pasaría con ellos ahora?, ¿debería mandarle un mensaje ahora?, ¿qué estaría haciendo?, ¿estaría con su novio en ese preciso momento?

Hyungwon era su pareja, podía dormir con él, comer con él, verlo desnudo, besarlo, decirle palabras amorosas, aún tenían que esconderse de la sociedad pero ese no era problema para ser ellos mismos en esas cuatro paredes que alguna vez visitó por fuera.

Él sólo había trabajado con él y ahora lo había besado.

Apostaba que ese beso no se comparaba a los que diariamente su novio Hyungwon recibía por parte de Soobin.

Había olvidado lo horrible que se sentía el ser inseguro y sobrepensar hasta el más mínimo paso de una hormiga.

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