Kita Shinsuke

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Ayudar a la señora Kita Yumie se había vuelto algo que formaba parte de tu rutina desde que se habían mudado cerca de su casa

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Ayudar a la señora Kita Yumie se había vuelto algo que formaba parte de tu rutina desde que se habían mudado cerca de su casa.

Al inicio había sido por pura amabilidad debido a la amistad que había formado con tu madre casi al instante, no obstante, habías descubierto que la señora Yumie siempre tenía un tema de conversación con el cual podías entretenerte: desde cómo había conocido a su difunto esposo, hasta el cómo había educado a su segundo nieto, por supuesto, durante mucho tiempo, aquel nieto del que tanto te hablaba había sido solo una persona sin rostro, sabías —por obvias razones— como se llamaba, pero no fue hasta el momento en que la acompañaste a casa a dejar sus cosas que descubriste el rostro de su nieto.

Había sido fácil identificarlo entre sus hermanos, había algo en la seriedad de su rostro que te recordaba a la señora Yumie, y suponías que eso se debía a que, prácticamente, su abuela y él siempre habían sido mucho más cercanos a diferencia de sus otros dos nietos.

Cuando conociste a Kita Shinsuke fue como un momento inesperado, uno de esos que, aunque sabes que algún día puede pasar, no sabes en qué momento ocurrirá.

Debido a tu ingreso a la universidad, habías optado por mudarte a las habitaciones que ofrecía la universidad, sobre todo porque de esa manera ahorrabas el dinero que gastarías en transporte, no obstante, cada vez que podías —siempre y cuando no fuera durante los exámenes—, visitabas a tu familia y, de paso, también a la señora Yumie. Habías ido a buscas cerca del medio día después de que tú madre había mencionado lo mucho que ella te extrañaba ayudándole a cultivar su arroz o recoger sus cosechas para venderlas en el mercado, sin embargo, te habías quedado con la mano alzada a punto de tocar la puerta, encontrándote con un hombre mucho más alto que tú, con un rostro lleno de seriedad.

—¡(Nombre), querida! ¿Cómo has estado? —A pesar de lo encandilada que habías quedado con la mirada intensa de ese hombre, tus nervios habían sido mayores y volteaste a ver a la mujer que te tomaba de las manos como saludo—. Llegas en el momento exacto, deja te presento, ¿recuerdas del nieto que siempre te hablaba? Es él, mi Shinsuke.

Cuando alzaste la mirada de nuevo, de repente fue como si recordarás todas esas historias que te habían contado, pero esta vez, ese protagonista tenía rostro, y te había sido complicado comprender cómo es que ese hombre serio y pulcro era protagonista de historias donde se caía y lastimaba, sin embargo, cuando recordabas que era igual de dedicado con su rutina como lo era su abuela, no te costaba comprender como es que siempre habían sido tan unidos.

Aunque Shinsuke y tú no habían hablado mucho al inicio, hablaban solo cuando se encontraban durante tus visitas a su abuela, sobre todo para escuchar sus consejos con respecto a cómo se debía cultivar y cuidar los vegetales de su abuela, era un chico amable, nunca te había tratado de manera grosera ni nada por el estilo, era el primero en ofrecerte un vaso de agua siempre que llegabas y su abuela no necesitaba decirle que te acompañara a casa, pues él ya te estaba esperando en la puerta para llevarte.

Haikyuu!! | EscenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora