Inuoka Sō

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¿Qué es lo que hace que un romance adolescente se sienta tan fresco y lleno de vida?

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¿Qué es lo que hace que un romance adolescente se sienta tan fresco y lleno de vida?

¿Es acaso por la edad y por la capacidad que tienen para sentir todo el doble de intenso? ¿Se debe a la inexperiencia de dos personas que deciden descubrir algo juntos? ¿Es por la emoción de experimentar un romance por primera vez?

Tú no lo sabías, pero cada vez que volteabas por la ventana de tu clase y veías a dos personas confesarse e iniciar una relación —o por lo menos comenzar a conocerse—, te preguntabas porque te sentías como si estuvieras viendo una película donde los personajes principales superaban cientos de pruebas y terminaban confesándose, lo que desembocaba en que te sintieras como un extra en esa película llamada vida.

—¿Cómo hacen para conseguir pareja? —Se quejó una de tus amigas, recargándose en tu mesa y viendo el mismo espectáculo por la ventana.

—Si tuviese una vida romántica activa, podría responderte, Mei —dijiste suspirando cuando la nueva relación había comenzado a caminar juntos para entrar a su salón.

—Tonta primavera, me hace sentir sola.

En Japón parecía haber una regla no escrita con las estaciones del año, normalmente, la primavera y verano lo utilizaban para buscar una relación y poder pasar las otras dos estaciones del año —las cuales eran frías—, estaban en primavera, así que no te sorprendía mucho que en las últimas semanas el índice de personas confesándose hubiese aumentado, era como si una clase de infección se propagara por cada estudiante, y los hiciera demasiado entusiastas por conseguir una pareja sin importar que.

—Sabes que no es necesario estar en una relación, ¿verdad? —Preguntaste a tu amiga, tomando de la leche que llevabas para el almuerzo—. No puedes forzar ese tipo de cosas.

Ella se quejó, dejándose caer sobre tu mesa y suspirando, y cuando escuchaste los murmullos de tu clase, volteaste hacia las ventanas que daban al pasillo, y viste pasar a la nueva pareja.

No es que no te llamara la atención tener una relación —en plena adolescencia, ¿quién no quisiera eso?—, pero a penas habías ingresado a la preparatoria y pensabas que distraerse con una relación significaría algo peligroso, no porque fuera malo precisamente, sino que ya habías visto a varias personas bajar su rendimiento académico por estar más enfocados en lo que podían regalar por su primer mes de novios, no eras la mejor en la clase, mantenías un promedio por encima de la media, y querías conservarlo así, además, como ya se lo habías dicho a Mei, ese tipo de cosas no se podían forzar por más que uno lo quisiera, así no funcionaban las relaciones, no era como si pudieras ir por la vida y decidir salir con alguien solo porque estaban solos.

Aunque no tenías experiencia en el romance, querías pensar que no era muy diferente a como los libros de romance adolescente que leías o como las series que veías, era algo que se daba de manera gradual, algo que iba creciendo poco a poco, y aunque ya habías visto por tu ventana que no siempre se podían corresponder los sentimientos, supusiste que lo mejor era no buscar el amor y esperar a que este viniera a ti.

Haikyuu!! | EscenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora