Sakusa Kiyoomi

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—¿Cómo puede salir con alguien como Sakusa?

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—¿Cómo puede salir con alguien como Sakusa?

—¿No crees que sus personalidades no congenian?

—¿Cómo fue que se hicieron novios?

—¿Se puede ser novios sin siquiera tocarse?

—Ella no debería salir con alguien como él.

Sakusa Kiyoomi estaba acostumbrado a escuchar ese tipo de comentarios siempre que caminaba por los pasillos de la escuela, sabía que su personalidad daba bastante de qué hablar —y eso le importaba una mierda—, también sabía que no todos cuidaban de su higiene como él, cosa que aún le sorprendía, ¿acaso era extraño que se preocupara por su salud? Era la estrella del equipo y el as número uno a nivel nacional, debía cuidarse. ¿Que tenía de malo en usar un cubrebocas la mayor parte del tiempo? Sakusa consideraba que las personas no eran lo suficientemente conscientes de todos los gérmenes que había en el aire y lo fácil que era contraerlos, si tan extraño era todo, ¿por qué sería igual de extraño tener novia?

Sakusa había descubierto que, desde que su relación se había dado a conocer en Itachiyama, la escuela se había dividido en tres bandos: los que te celaban a ti, los que le celaban a él y los que no comprendían la relación. Por su puesto, a Sakusa la opinión de los demás le importaba muy poco —por no decir nada—, pero era molesto caminar y escuchar una nueva pregunta cuestionando su relación.

—¡Ah, Sakusa! —Escuchó su nombre y al alzar la vista, se encontró contigo sentada en una mesa un poco retirada del centro donde se reunían más alumnos.

El pelinegro caminó hacia ti, ignorando a las personas que los miraban como si fuesen dos bichos raros, y esas miradas aumentaron cuando te disculpaste en voz baja con él antes de sacar un cubrebocas, ponértelo y llenarte las manos de desinfectante para saludarlo con un pequeño movimiento de manos.

Sakusa admiraba los hábitos de higiene que habías adquirido poco tiempo después de haber empezado a salir, aunque el contacto físico no era algo que les caracterizaba precisamente le hacía sentir más tranquilo al estar contigo en un mismo lugar, como en una mesa de la cafetería de su escuela, no había sido fácil acostumbrarse a tener una persona dentro de su espacio personal, pero te aceptaba, aunque al inicio habías sido rodeada de desinfectante, Sakusa había comprendido que debía limitar un poco más el uso de este cuando te ocasionó una alergia y estuviste en enfermería debido a que no dejabas de estornudar y rascarte el cuerpo debido a la comenzó.

Sin embargo, ahí estaban, compartiendo un desayuno en completo silencio, te observó durante unos segundos de la manera más disimulada que encontró, comiendo tu desayuno y guardando silencio, había algo que le llamaba la atención de ti, y es que, a pesar de que eras una porrista del equipo que te pedía gritar porras y aprenderte coreografías completamente sincronizadas con el resto de las chicas, tu personalidad parecía ser todo lo contrario a esa euforia que mostrabas en los partidos, eras más callada y menos habladora, parecías ser más del tipo que prefería escuchar a las personas, solo había algo que te distinguía cuando no estabas con él, y eso era tu sonrisa.

Haikyuu!! | EscenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora