Mientras seguía conversando con Bala Hatun, una hatun ingresó a la habitación con paso apresurado. Su rostro reflejaba una mezcla de urgencia y preocupación. Se acercó y, con una inclinación respetuosa, le informó a Bala Hatun:
—Disculpa la interrupción, pero Tajeddin está llegando al castillo. Ha venido a hablar con Osman Bey.
Bala Hatun frunció el ceño, consciente de la importancia de esa reunión.
—¿Sabes qué asuntos trae consigo? —preguntó, intrigada.
La hatun negó con la cabeza, pero su mirada insinuaba que había más de lo que estaba dispuesto a revelar. Bala Hatun sintió una punzada de inquietud; sabía que las decisiones que se tomarían en esa reunión podrían tener repercusiones importantes para el futuro del castillo y sus habitantes.
—Debemos estar preparadas —dijo finalmente Bala Hatun, su voz firme—. Osman Bey debe ser respaldado en todo momento.
La hatun asintió y salió rápidamente de la habitación, mientras Bala Hatun se quedaba pensativa, sopesando las implicaciones de la llegada de Tajeddin y lo que significaría para la paz en el castillo.
Al cabo de unos segundos, Bala Hatun decidió retirarse de la habitación para ir con Osman Bey, así que decidí acompañarla. Quería mostrarle a Tajeddin que sus planes no habían funcionado.
Cuando llegamos a la entrada del castillo, nos encontramos con Osman Bey, Orhan Bey, Alaeddin Bey y los alpes de Osman Bey, todos esperando la llegada de Tajeddin. El ambiente estaba tenso, cargado de una anticipación palpable.
Osman Bey, con su mirada firme, se dirigió hacia mí y a mi padre. "Ayca Hatun y Gündüz Bey, quiero que se oculten. Cuando les llamemos, saldrán."
-"Entendido, Osman Bey. Estaremos listos para actuar en el momento preciso", respondí, sintiendo la adrenalina en mis venas.
-"Estaremos atentos, Osman Bey", añadió mi padre, con una determinación en su voz que no dejaba lugar a dudas sobre nuestra lealtad.
Con un gesto, nos señalizaron hacia un rincón del castillo, donde podríamos ver sin ser vistos. Nos movimos rápidamente, el corazón latiendo con fuerza en el pecho. Desde allí, podríamos escuchar todo lo que sucediera.
Mientras nos acomodábamos, la tensión aumentó aún más. Sabía que lo que estaba por venir definiría no solo nuestro futuro, sino el de todo nuestro pueblo. Miré a mi padre, que mantenía la mirada fija en la entrada, y supe que ambos estábamos listos para lo que fuera necesario.
De repente, la puerta se abrió y Tajeddin apareció en su caballo, su sonrisa arrogante brillando bajo la luz del sol. Era el momento que habíamos estado esperando, y mi corazón se aceleró al pensar en el desafío que teníamos por delante.
Al estar frente a Osman Bey, las primeras palabras que salieron de Tajeddin fueron: "Salam Aleikum."
-"Wa-alaikum as-salam", respondió Osman Bey, su tono sereno a pesar de la tensión en el aire.
Tajeddin desmontó con confianza y se acercó, observando a todos a su alrededor. "Entonces, Osman Bey, ¿ya te has decidido?"
-"Lo decidí hace mucho tiempo", le respondió Osman Bey, su mirada firme.
-"Estoy esperando con curiosidad tu respuesta. Sin embargo, tengo información para ti: la princesa María, a quien mantuviste alejada de mí, está en mis manos."
-"Lo sé", replicó Osman Bey con frialdad. "Sin embargo, deberías escuchar esto también: nunca me postraré ante ti, nunca te pagaré ningún impuesto, y si quieres alguno de mis alpes, nunca los tendrás. Debes saberlo."
"Estás cometiendo un error, Osman Bey. Piensa en lo que sucederá; estás amenazando la vida de Gündüz Bey y Ayca Hatun, a quienes tanto quieres", dijo Tajeddin, su tono burlón..
-"No amenazo la vida de nadie", replicó Osman Bey, su voz firme. "¡Traiganlos!" ordenó, y mi corazón se aceleró al pensar en la inminente confrontación.
Los alpes se movieron rápidamente, y la puerta se abrió de nuevo, dejándonos ver. Al ver la cara de sorpresa de Tajeddin, no pude evitar sentir una satisfacción creciente. Su arrogancia se desvanecía, y eso me daba fuerza.
-"¿Crees que eres el único que hace una mala jugada?" dijo Osman Bey, con una confianza que resonaba en la sala.
-"Por ahora nos hemos escapado de tus manos, Tajeddin Noyan. Sin embargo, pronto nos enfrentaremos a ti", añadió mi padre, su voz firme y decidida.
-"Me impresionas, Osman Bey", replicó Tajeddin, aunque su tono revelaba una creciente irritación. "Sin embargo, se me acaba la paciencia. Debes saberlo."
-"No le tenemos miedo a la muerte", respondí, sintiendo que era el momento de dejar claro nuestro compromiso. "Vivimos con la muerte a nuestro lado todos los días."
Las palabras quedaron suspendidas en el aire, y la tensión se intensificó. Tajeddin frunció el ceño, visiblemente molesto. "¿Te crees valiente por hablar así? Esa bravura podría costarte caro."
Osman Bey dio un paso al frente, su mirada inquebrantable. "No estamos aquí para amenazarte, Tajeddin. Estamos aquí para luchar por nuestra libertad y nuestra gente. Si quieres guerra, la tendrás."
-"Estamos listos para lo que venga. No dejaremos que nos intimides", dije, colocando una mano firme sobre la empuñadura de mi espada. La determinación en mi voz resonó en la sala.
Tajeddin, aunque aún desafiante, parecía comenzar a entender que nuestra resistencia no se quebraría fácilmente. -"Bien", dijo con una sonrisa forzada que no alcanzaba sus ojos. "Que así sea. Pero recuerda, la próxima vez que nos crucemos, las cosas serán diferentes."
Osman Bey, sin apartar la mirada, respondió: "No tenemos miedo de tus amenazas, Tajeddin. Hemos enfrentado peores adversidades y siempre hemos salido adelante."
-"Nuestra unidad es nuestra fuerza. Nunca subestimes lo que somos capaces de hacer cuando luchamos juntos."-dije con determinacion.
La atmósfera se cargó de un nuevo sentido de determinación. Tajeddin miró a cada uno de nosotros, y aunque intentaba proyectar confianza, podía notar su creciente frustración. "Lo veré en el campo de batalla", dijo finalmente, antes de dar media vuelta y marcharse con la cabeza alta, pero con la sombra de la duda acechando tras él.
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Entre el deber y el corazón
FanfictionHistoria Basada en Elçim Hatun y su historia en Kurulus Osman