Después de terminar de hablar con Orhan Bey en las caballerizas, decidí ir a mi habitación para reflexionar un poco y ordenar mis pensamientos. Sin embargo, al abrir la puerta, me encontré con Ayça Hatun, quien estaba allí esperándome, con una expresión seria y un brillo de complicidad en los ojos.
—Sabía que tarde o temprano regresarías —dijo, sin perder su porte tranquilo—. Espero no estar interrumpiendo.
—Nunca interrumpes, Ayça Hatun —le respondí, intentando relajarme.
Pero no tardó en notar mi inquietud, mientras daba vueltas por la habitación, con el ceño fruncido y sin poder ocultar mi frustración.
—¿Qué pasa, Elçim? —preguntó, con una mezcla de preocupación y curiosidad.
—No entiendo cómo siguen reteniendo a esa chica en el castillo, cuñada. ¿No crees que hay algo extraño detrás de esto? —dije, soltando un suspiro profundo.
Ayça suspiró, cruzando los brazos mientras me miraba con calma.
—Ya basta de pensar en eso. Si tanto te molesta, ¿por qué no tratas de dejarlo pasar? —me dijo, pero con tono suave, como intentando calmar mis temores.
—No se trata de mí, cuñada. Estoy pensando en mi tribu. ¿Qué pasa si Imre decide atacarnos mientras estamos aquí distraídos? —respondí, alzando la voz, aunque sabía que esos no solo eran los motivos por los que no queria a holofira en el castillo.
Ayça me miró con comprensión y se acercó, colocando una mano en mi hombro.
—Lo sé, Elçim. Estás tratando de proteger a tu gente, a tu familia. Pero también es importante que no te dejes consumir por el miedo.
Ayça me miró con una expresión que nunca había visto antes, sus ojos reflejaban una tristeza profunda que parecía haber estado escondiendo. Tomó aire y, tras un breve silencio, comenzó a hablar.
—¿Sabes? Me haces recordar a tu hermano... —dijo, casi en un susurro—. Él también era así, tan valiente, dispuesto a sacrificar todo por los suyos.
Mi corazón se estremeció al escucharle hablar de mi hermano, un mártir que siempre había sido mi inspiración, pero también una sombra dolorosa en mi vida. Ayça apartó la mirada, como si le costara recordar.
—A veces siento que también debería haber sido yo quien... —murmuró, sus palabras llenas de dolor.
Rápidamente, le tomé las manos, tratando de reconfortarla.
—No digas eso, Ayça. No eres una carga para nadie —dije con firmeza, esforzándome por inyectarle ánimo—. Mi hermano estaría orgulloso de ti, de cómo has cuidado de todos nosotros, de cómo sigues luchando.
Le dediqué una sonrisa reconfortante y, al hacerlo, sentí una sed repentina. En la mesa junto a nosotras había un vaso de agua, así que lo tomé entre mis manos, pero al ver la tristeza en los ojos de Ayça, dejé el vaso de lado y volví mi atención hacia ella.
Ayça tomó el vaso y bebió un sorbo, mientras yo trataba de infundirle ánimos.
—Estoy pensando en el futuro —le dije con suavidad—. Después de este matrimonio, sanaremos todas nuestras heridas, y tú también sonreirás como antes. No estás sola, Ayça.
Sin embargo, apenas terminé de hablar, noté que su rostro se tornaba pálido. El color se esfumaba de sus mejillas, y sus ojos comenzaron a perder el enfoque. De repente, su cuerpo se desplomó lentamente, deslizándose de la silla hasta el suelo.
—¡Cuñada! —grité, arrodillándome a su lado, sacudiéndola suavemente en un intento desesperado por despertarla—. ¡Ayuda! ¡Que alguien venga, rápido!
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Entre el deber y el corazón
FanfictionHistoria Basada en Elçim Hatun y su historia en Kurulus Osman