Capítulo 6

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Después de la retirada de Tajeddin del castillo, Osman Bey decidió convocar un consejo. La atmósfera en la sala era tensa, con la ansiedad palpable en el aire.

Osman se puso de pie al frente, su presencia imponente llenaba el espacio.

—La decisión ha sido tomada; no hay vuelta atrás y no hay tiempo que perder. Antes de que el ejército de Tajeddin Noyan se desplace, iremos rápidamente a su campamento y los atacaremos —declaró Osman Bey, su voz resonante llenando la sala.

—Orhan Bey —continuó Osman—, cubrirás el ala izquierda.

—Mi bey —respondió Orhan, con un asentimiento firme.

—Gunduz Bey, cubrirás el ala derecha.

—EyvAllah, Osman Bey —respondió mi padre, su voz llena de determinación.

Después de las órdenes de Osman Bey, todos se retiraron del consejo. Me encontraba explorando el castillo, sumergido en la historia que sus muros guardaban, antes de partir junto a mi padre y Orhan Bey en la misión. Los pasillos, adornados con tapices que narraban hazañas de antaño, resonaban con el eco de mis pasos. Cada rincón parecía susurrar secretos de lealtad y valor.

Al llegar a la esquina del pasillo, me encontré con Orhan Bey, quien conversaba animadamente con su hermano Alaeddin Bey. Estaban tan concentrados en su charla que no se percataron de mi presencia. Me detuve un momento, intrigado por el tono de la conversación.

"Debo encontrarme con Holofira", decía Orhan Bey, su voz baja pero firme. "Necesito saber que está bien."

Alaeddin, asintiendo con seriedad, respondió: "Entiendo, pero necesitamos un plan sólido para que puedas encontrarte con ella. No podemos permitir que la ambición nuble nuestro juicio."

No pude evitar intervenir. "Orhan Bey, Alaeddin Bey," mencioné sus nombres, y al escucharme se giraron hacia mí, un poco sorprendidos.

"No había tenido la oportunidad de agradecerles por haber cuidado a Elcim Hatun mientras estábamos en cautivero," dije, tratando de quitar la incomodidad que sentía.

"Era nuestro deber brindarle nuestra protección a una hatun," respondió Orhan Bey, su tono firme pero amable. Su mirada era intensa, como si evaluara cada palabra que decía.

"A veces, el deber puede resultar abrumador," añadí, sintiendo la conexión entre nosotros. "Agradezco que lo hayan tomado en serio. En momentos de crisis, la humanidad se muestra en las acciones más simples."

Orhan Bey me observó durante un momento, como si ponderara mis palabras. "Es cierto, Ayca Hatun. La lealtad y el respeto mutuo son los cimientos sobre los que se construyen alianzas fuertes. Y tú has demostrado ser una aliada valiosa."

Estaba tan concentrada en Orhan Bey que al escuchar el carraspeo de Alaeddin Bey me sorprendí un poco.

-"Alaeddin Bey," dije, inclinando un poco mi rostro en señal de respeto. "Aprecio mucho su apoyo en esos momentos difíciles."

Alaeddin sonrió suavemente, sus ojos reflejaban comprensión. "Lo que hicimos no fue solo por deber, sino por convicción. Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar en esta historia, y el tuyo, Ayca Hatun, es más importante de lo que imaginas."

-"¿Cómo puedes estar tan seguro?" pregunté, sintiendo la incertidumbre que aún habitaba en mí.

-"Porque el valor y la determinación que has mostrado no pasan desapercibidos," respondió Alaeddin. "A veces, el futuro depende de aquellos que se atreven a actuar. No subestimes tu papel en esto."

Justo cuando iba a responder, mi padre, Gunduz Bey, se acercó a nosotros, interrumpiendo el momento. "Debemos partir al mercado. La misión no puede esperar," indicó con un tono que mezclaba autoridad y urgencia.

Sin pensarlo, salí del pasillo hacia mi caballo, sintiendo que cada segundo contaba. La adrenalina corría por mis venas. Cuando ya estábamos todos montados, fue mi padre, Gunduz Bey, quien rompió el silencio.

-"Escuchen," comenzó, su voz firme y clara. "El mercado es un lugar lleno de oportunidades, pero también de peligros. Debemos mantenernos alertas y unidos. Cada uno de ustedes tiene un papel importante en esta misión."


Entre el deber y el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora